Cronopatía, el trastorno de la era moderna
Lo cronopatía es un impulso obsesivo por aprovechar el tiempo, la palabra se deriva de Cronos, dios griego del tiempo, la agricultura y la vegetación, y pathos que significa enfermedad.
La cronopatía es una condición que se vuelve un trastorno obsesivo compulsivo por estar en actividad todo el tiempo, se vuelve costumbre de los tiempos modernos; los químicos en el cerebro están muy activos, así como el router del internet, prendido las 24 horas. Las horas del día no les son suficientes, dormir les parece una pérdida de tiempo, no toman en cuenta que las horas del sueño son indispensables para mantenerse activos y saludables. No dormir lo suficiente o dormir pocas horas les va a causar una crisis de agotamiento severa. Incluso pueden somatizar con síntomas de enfermedades: digestivas, trastornos mentales, alergias, ulceras, diabetes, entre otras. Hoy en día se da mucho valor a lo que se relaciona con la actividad, lo que deja ganancias económicas o simplemente para sentir que le ganan al dios Cronos, un ganar-ganar.
Los seres humanos se caracterizan por la manera en que multiplican el tiempo, las personas ordenadas, metódicas organizan su día y saben sus metas a corto y mediano plazo, llevan el control y no aceptan otras labores fuera de sus compromisos. El otro grupo, el que malgasta el tiempo, tratan de evitar la “fatiga” como los que padecen depresión crónica. Otros sin saber porcentajes se la pasan a todo dar, viven de los otros, los patrocinan sus padres, hermanos, el Gobierno (con nuestros impuestos) y otros, los nefastos, los delincuentes, viven del robo y la extorsión. También llama la atención los eternos estudiantes, buscan becas para seguir estudiando: licenciatura, maestría, doctorado y hasta post doctorado, no es que esté mal, pero algunos no trabajan.
Es un hecho, vivimos tiempo de inmediatez, todo lo queremos en el momento, el dolor no se tolera y se recurre a los analgésicos más fuertes y adictivos con las consecuencias, él cerebro se vuelve adicto al fármaco, manda el dolor para que le den el medicamento y cada vez el efecto de analgesia es menor.
La comida rápida se volvió negocio en la vida moderna y se multiplicaron los negocios de hamburguesas, pizzas y le hacen competencia al taco, con las consecuencias del colesterol elevado, la glucosa y la obesidad. Así nació otro movimiento llamado slow food, los platillos preparados de manera tradicional con ingredientes naturales, se han rescatado recetas de la cultura ancestral y con negocios fuera de las ciudades. Otro tema de moda es la compra por internet, se volvió adictiva, la entrega de los pedidos tiene que ser inmediata. El negocio en línea creció en la pandemia y está acabando con muchos negocios tradicionales.
Para entender, lo peor que le pueden decir a un ejecutivo que padece cronopatía es que descanse, no puede y no quiere, es como controlar una adicción, se pierde la fuerza de voluntad, hasta que sufra una enfermedad grave. En Japón conocen muy bien este fenómeno el karoshi (derrames cerebrales y ataque al corazón) la muerte ocasionada por exceso de trabajo, la obsesión por la productividad y la perfección en lo laboral. Son ejecutivos que no descansan ni los fines de semana y se niegan a tomar vacaciones, ya lo observamos en nuestro país y sin distingo en hombres y mujeres. Los japoneses han encontrado maneras de mitigar la cronopatía en los que trabajan en exceso, los obligan a salir unos días de vacaciones acompañados de una geisha, como dama de compañía, conversar es parte de la terapia; a otros los envían a un monasterio en donde los someten a tareas de meditación, los ponen a barrer con grandes escobas, cada movimiento de la escoba sirve de meditación y para poner los pies en la tierra, conectar la mente con el cuerpo y las emociones.
Las redes sociales causan adicción
Los jóvenes de las generaciones de la tecnología tienen la idea de qué dormir es una pérdida de tiempo, entonces la aprovechan en el silencio de la noche para ver videos, chatear, otros en la ludopatía de los juegos electrónicos, en los juegos de apuestas y hasta en la pornografía. Los padres se quejan de que sus hijos se la pasan pegados al celular y no saben que hacer. Necesitan reglas estrictas, quítenles el celular en la noche, algunos apagan el internet. Otra regla es mientras están juntos que nadie utilice el celular y que ellos paguen el tiempo aire con dinero que se ganen en las labores de casa, lavando el carro, pintando la casa, incluso si es mayor, ayudando a un hermano menor con la tarea, cortando el pasto, en fin. Es muy simple, el día tiene 24 horas: 8 para trabajar o asistir a la escuela, 7, 8 para dormir y las restantes para alimentarnos, para los quehaceres de la casa, desplazarnos y unas horas para la recreación.
El caso de Adriana resulta ilustrativo. Se casó con Luis, médico de profesión, los dos primeros años de casados el salario de Luis apenas alcanzaba para lo básico: pagar la renta, la comida y los gastos del bebé de un año y el otro que venía en camino. Para incrementar su salario Luis aceptó dos turnos de trabajo, para mantenerse activo en lugar de dormir, ingería un fármaco que tomaba del hospital, Los ingresos mejoraron, pero la relación de pareja entró en conflicto, Adriana cansada de cuidar a los niños y aceptar que no tenía pareja. Luis con el exceso de estrés se volvió un neurótico, se perdió el deseo de intimidad, la comunicación, las pocas horas de convivencia se volvieron un suplicio. A los cuatro años de casados el divorcio fue inminente.
La depresión del fin de semana
Los adictos a trabajar, los que padecen cronopatía, se agobian los fines de semana que dejan sus actividades habituales, se dan cuenta que no tienen nada que hacer porque han perdido amistades; la familia aprendió a no tomarlos en cuenta, aceptaron su ausencia, aprovechan el fin de semana para divertirse. Algunos para evitar la depresión o la ansiedad se llevan trabajo a casa. No se dan cuenta, con el tiempo se despersonalizan ya no saben quién son como personas, traen colgado el titulo profesional o la actividad que realizan como carpinteros, mecánicos, albañiles, electricistas y hasta campesinos, pero no conectan con sus emociones.
Es un hecho, en ocasiones no duermen lo suficiente por diferentes causas; la preparación de los exámenes, algún proyecto para el área laboral y hasta para la pachanga, pero esto debe ser ocasional y no cotidiano. Los beneficios del sueño son incalculables, pero tiene que ser a oscuras y sin ruido: fuera los relojes esos con luz y la lamparita para los niños, no les inculquen miedo. Por la noche nuestro cerebro tiene una fábrica de hormonas como la melatonina y el cortisol, la hormona que en exceso causa obesidad, pero crea masa muscular, protege la memoria, mejora la atención y reduce el estrés. Si no puedes conciliar el sueño, busca ayuda profesional para encontrar la causa. El orden es el placer que nos evita estrés.
Recomendaciones
- Que quede claro, el organismo necesita descanso, buena nutrición y beber agua, estos elementos proporcionan la energía y son esenciales.
- Para la convivencia en casa, pongan reglas para dormir, para comer y repartan las tareas cotidianas.
- La adicción al trabajo es muy común en la vida moderna, vale la pena hacerse una pregunta, ¿para qué trabajas?
- El dinero no compra la felicidad. En el opuesto, no tenerlo complica la vida, pero el exceso de dinero también la complica, los vuelve desconfiados y siempre con la obsesión de tener más.
- Trabajar en exceso causa divorcios, y algo que en ocasiones no se recupera, ocasiona falta de comunicación de los padres con los hijos.
- La soledad de los hijos o la pareja causa ansiedad, algunos hijos al no sentir que tienen familia la buscan y pueden atraparse en adicciones o con embarazos a edad temprana.
- Un tema es trabajar para la sobrevivencia y otro por ambición, revisa tus objetivos. Si crees que, por tener un buen carro, vestir bien, tener una casa en cierta colonia vas a ganar autoestima, puedes estar equivocado, ve a terapia y te sale más barato. El resultado es la seguridad en ti mismo sin esperar el reconocimiento de los demás. Por supuesto la autoestima no está peleada con la ambición, esta es buena, en el extremo no tener ambición tampoco es bueno, en estos tiempos de materialismo y consumismo, el dinero es necesario.
- Como le dijo el Quijote a Sancho: “Aquel oficio que no da para comer a su dueño, no vale dos habas”.
- El descanso, la soledad, el silencio, trabajar con pausas, comer con calma son claves para vivir la vida con ilusión. La vida actual tan competitiva de producción causa un exceso de estrés, y el estrés causa neurosis y psicosis.
* Rosa Chávez Cárdenas es psicóloga, homeópata y terapeuta. Visita su sitio web: www.rosachavez.com.mx Síguela en: https://www.facebook.com/DrRosaChavez y https://www.facebook.com/Tratamientointegral/ Comentarios a la autora: [email protected]