El descanso: tu mejor regalo
¿Te has dado cuenta que, muy probablemente, las frases que más veces repetimos al día son: “No tengo tiempo”, “Hay muchos problemas” y “Estoy cargadísimo de trabajo”? Expresiones que ya forman parte de nuestro vocabulario cotidiano y que nos provocan un alto grado de estrés al desear cumplir con todas esas resposabilidades que, incluso, evocamos antes de dormir.
Y claro
que a la mañana siguiente nos levantamos como si hubiéramos pasado la noche en
vela, pese a dormir las horas necesarias. Esto es un indicador de que no
estamos descansando pues nuestro organismo permanece en un estado de tensión
que le impide recuperar la energía perdida, acumulando el cansancio físico y
mental.
“Para
llevar una vida armoniosa es fundamental el descanso, actividad reparadora del
cuerpo humano que proporciona un estado de reposo y relajación que conforta y
permite al individuo afrontar de mejor manera las situaciones de la vida
cotidiana”, afirma la doctora Bertha Ramos del Río, coordinadora del programa
de Psicología de la Salud de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Y añade:
“Lo más grave de esto es que produce daños psicosomáticos como fuertes dolores
de cabeza, malestares musculares y estomacales además de problemas emocionales
como mal humor, irritabilidad, ansiedad y muchas dificultades para dormir, lo
mismo que problemas interpersonales con la pareja, los compañeros de trabajo y
los hijos”.
Agenda
llena, ¿corazón contento?
Pero,
¿cómo se puede descansar en medio de tantos pendientes? La clave está en la
organización de nuestra vida cotidiana. El orden es estratégico para realizar
con buenos resultados todas aquellas actividades que no sólo debemos, sino
deseamos llevar a buen término.
En este
sentido, por más específicos que seamos en el tiempo que necesitaremos disponer
para el cumplimiento de ciertas responsabilidades, compromisos, etcétera, será
fundamenal evitar sentir preocupación o ansiedad por todo aquello que ha
quedado pendiente.
Para
implementar el orden en nuestra vida, podemos apoyarnos con la elaboración de
una lista de actividades por realizar, el llenado puntual de una agenda o
anotaciones en una libreta; hay teléfonos celulares que permiten llevar el
control de tareas y cuentan con recordatorios para no pasar por alto nuestros
pendientes. Esto nos ayudará a evitar la ansiedad y desesperación al hacer o no
labores que bien se pueden cumplir sin atentar contra nuestro estado emocional.
¡A descansar!
Bertha
Ramos Ríos recomienda cuidar que los periodos dedicados al descanso funcionen
como tal, y puntualiza: “Es importante olvidarse del celular, del trabajo y
sobre todo, disfrutar sin ninguna culpa de relajarse. Finalmente, las cosas no
van a cambiar por esos minutos que utilizamos para reparar energía, y sí va a
mejorar sustancialmente la calidad de vida”.
La
catedrática afirma que hay una técnica muy eficaz y simple para bajar los
niveles de presión, consiste en organizar y planear el tiempo de manera
adecuada: “Basta con hacer un listado de actividades y analizar cuáles son
urgentes, cuáles son importantes y cuáles no. Una vez que tengamos esto,
establecemos cómo y cuándo se van a realizar, empezando por lo importante e
intercalando actividades de recreación para el descanso y la relajación”.
No se
necesita estar acostado para descansar, “esto se puede obtener al darse diez o
quince minutos, una o dos veces al día, en el horario de trabajo para realizar
alguna actividad que nos relaje —señala la especialista—. Puede ser física como
caminar, realizar ejercicios de estiramiento y respiración, o mental, como
pensar y visualizar cosas agradables, lugares o personas que nos hagan sentir
bien y nos motiven a seguir de buen humor durante el día”.
El ritmo
de vida actual exige que seamos más eficientes y ordenados en la administración
de nuestro más preciado recurso: el tiempo. La meta es tener una vida
balanceada en donde la vida amorosa, familiar, de trabajo y social estén
atendidas, y sea la armonía quien rija el ritmo de cada día.