Trastorno obsesivo compulsivo

El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es un trastorno de la salud mental que se ha incrementado de manera significativa en los tiempos modernos, estos de tecnología; pero la pandemia resultó un disparador de las crisis mentales.

Los trastornos de ansiedad, las crisis de pánico, la depresión, las ideas de suicidio se incrementaron durante el confinamiento. Dos años después, seguimos en incertidumbre, la publicidad sigue enfocada en las noticias falsas que infunden miedo; cualquier síntoma de gripa es covid, de inmediato se dispara la alarma en el cerebro se les nubla la mente y experimentan los síntomas. Los efectos psicológicos, el miedo que sufrimos, son similares a los que han estado inmersos en una guerra con armas poderosas, no tienen idea por donde atacará el enemigo.

 

El confinamiento afectó demasiado, somos seres sociales que vivimos en sociedad a pesar de quejarnos por vivir en las grandes ciudades; la identificación con los clanes familiares y las amistades tiene origen biológico, eleva la oxitocina, la hormona de la pertenencia, el amor y la identificación con otros. Es notorio como las personas que padecen depresión, psicosis, como esquizofrenia, se apartan, por ejemplo, algunas personas sin hogar con este tipo de trastornos viven en su mundo. A los adultos mayores, con el argumento de protegerlos, los dejaron solos, son los que más sufrieron, sin saber manejar la tecnología perdieron la comunicación con su familia, bajaron sus niveles de la hormona y sus defensas. Reportan que se agudizaron los fallecimientos, la demencia senil y la pérdida de memoria. La mayoría aún no entiende que los anticuerpos se elevan al contacto con los patógenos (virus, bacterias). No podemos menospreciar lo que tenemos, como lo hace la Industria farmacéutica y la OMS, tenemos dos sistemas tan poderosos que no han podido superar: la intuición y el sistema inmunológico, tan poderosos que han mantenido a los humanos y a los animales en el planeta.

 

Es durante la pandemia que se dispararon los trastornos psicoemocionales. Nos paralizamos, lo que disminuyó la liberación de adrenalina, dopamina y serotonina, la carencia de químicos y hormonas disparó la obsesión. La ansiedad y la sensación de indefensión. La palabra obsesión viene del término latín obsessio que significa asedio, la obsesión es como un delincuente que te persigue, escuchan voces, el cerebro acelerado es como un helicóptero a punto de estrellarse.

 

El sentimiento que aparece va en desacuerdo con los pensamientos conscientes, el problema surge al no poder controlarlo de manera que incrementa la ansiedad. La ansiedad necesita fantasías de control para sentirse seguro; un temor irracional de que algo grave va a suceder. Los afectados tienen ideas o sensaciones (obsesiones) que no pueden controlar, pensamientos, recurrentes y persistentes que las impulsan a hacer algo repetitivamente para mitigar la obsesión, por la actividad química surgen las compulsiones.

 

Las compulsiones son comportamientos repetitivos molestos que se dan en automático. Lavarse las manos, revisar si cerraron la puerta, si apagaron la estufa, la obsesión exagerada por el orden y la sanitización al grado de que su casa parece un hospital. Morderse las uñas y todo tipo de conductas autoagresivas. El objetivo de las compulsiones es tratar de reducir la ansiedad asociada a las obsesiones.

Los afectados por el TOC, incluso los niños, presentan pensamientos persistentes y comportamientos rígidos, que de no realizarlos les provoca angustia. Cuando aceptan el diagnóstico saben o sospechan que sus obsesiones no son realistas; pero otros pueden pensar que podrían ser ciertos (lo que se conoce como conocimiento limitado). Incluso si saben que sus obsesiones no son realistas, tienen dificultades para ignorar los pensamientos obsesivos y siguen repitiendo las acciones compulsivas, como escuchar la misma canción sin poder desconectarse.

La incertidumbre, el miedo al contagio y la psicosis social son causantes de que las personas presenten trastornos psicosociales como depresión, ansiedad, TOC y las ideas recurrentes de suicidio. Aproximadamente un 40% han descrito un empeoramiento muy significativo de sus síntomas durante la pandemia y un 65% ha manifestado un deterioro en su calidad de vida.

 

La edad de inicio se presenta desde la infancia al repetir los modelos que aprendió en casa; este sería por imitación, pero los niños son el síntoma, el foco de atención de que hay un problema en casa. En la adolescencia se presentan las agravaciones.

Disparadores: posterior a un secuestro, un accidente, una cirugía, por las calificaciones en la escuela, por guardar un secreto, un trauma como abuso sexual, una enfermedad, el abandono de los padres, un divorcio, sentir culpa, vergüenza por algo que han cometido como masturbación, relaciones sexuales tempranas y por las adicciones.

 

Compulsiones frecuentes

  • Lavarse frecuentemente las manos.
  • Morderse las uñas.
  • Obsesión por el orden y la limpieza.
  • La anorexia y bulimia.
  • Las compras, el juego (ludopatía).
  • Conteo repetido, por ejemplo, al subir escalones, contar objetos, entre otros.
  • Por utilizar sanitizantes y productos para la limpieza, como el cloro.
  • No podemos dejar fuera a los acumuladores, el síndrome de Diógenes. Un trastorno del comportamiento que se caracteriza por la acumulación de objetos, desperdicios y basura en la propia casa. En la pandemia se agudizó, las compras por paquetería se incrementaron, acumulan hasta las cajas de empaque, ropa, zapatos, objetos que no utilizan y otros que coleccionan, dependiendo de su economía, unos los boletos del camión, otros hasta automóviles. El tío de una paciente vivió pobremente, hasta comprar comida le pesaba; con sus ganancias como médico, compraba centenarios de oro, los envolvía en un papel y los escondía entre los muebles. Cuando falleció fue el ministerio público a contar las monedas para repartirlas entre los herederos.

 

Recomendaciones

  • Como en las adicciones, la aceptación es primordial, quitar el freno y meter velocidad en la recuperación. Los compulsivos por la limpieza viven negando que su conducta sea síntoma de un problema, la familia por llevar la fiesta en paz contribuye con sus reglas de manera que todos sufren las consecuencias. El aplanamiento en sus sentimientos es notorio, en su salud física sufren problemas digestivos y dermatológicos por los productos de limpieza y sanitizantes que utilizan.
  • La terapia recomendada es la cognitivo conductual. La homeopatía puede acompañar a la psicoterapia. Si el problema le impide hacer su vida normal es importante tratamiento con fármacos prescrito por un psiquiatra.
  • El trastorno, el TOC, se puede agravar al grado de una psicosis. Si te sientes identificado y está en tus posibilidades, acude a terapia.

 

* Rosa Chávez Cárdenas es psicóloga, homeópata y terapeuta. Visita su sitio web: www.rosachavez.com.mx Síguela en: https://www.facebook.com/DrRosaChavez y https://www.facebook.com/Tratamientointegral/ Comentarios a la autora: [email protected]

 

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