Festival Gastronómico de Día de Muertos en El Sueño Hotel & Spa, al rescate de las tradiciones poblanas

Publicado por Gabriela Salas en viernes, octubre 29, 2021 · Deja tus Comentarios

Inició el Festival Gastronómico de Día de Muertos de El Sueño Hotel & Spa, que año con año conquista hasta a los paladares mas exigentes con sus propuestas de desayunos, comidas, cenas y mixología, siguiendo como es costumbre la esencia poblana y dando un toque contemporáneo y original que perdurará hasta el 15 de noviembre.

El altar a los que ya no están

El tradicional y espectacular altar de Día de Muertos se colocará a partir de la última semana de octubre y estará en exhibición iniciando la segunda semana de noviembre para ser visitado por huéspedes y visitantes a la ciudad, pretexto perfecto para quedarse a disfrutar de una deliciosa comida o cena en el restaurante de este Tesoro del centro de Puebla, que además de distinguirse por su belleza y elegancia, sobresale por su original gastronomía.

Tradición poblana llena de sabor

Puebla es uno de los estados mexicanos referentes en gastronomía y durante la conmemoración de Día de Muertos no podía quedarse atrás. Por eso, el equipo de El Sueño Hotel & Spa rescata a través de la cocina, platillos emblemáticos de la temporada con el sello especial que lo caracteriza.

Es bien conocido el Mole de caderas del sur del estado como uno de los platillos insignia del estado especialmente en esta temporada, con su indispensable Huaxmole, que los chefs de El Sueño Nataly Soto y Omar Huesca preparan en el desayuno para llenar de personalidad a unos deliciosos chilaquiles en el desayuno.

Desde el desayuno hasta la cena, el horno de la cocina de El Sueño brindará el sabor más delicioso de un pan de muerto insignia (también conocido como hojaldra) hecho en casa, con rellenos tan sugerentes como el camote tradicional de Puebla o una creativa combinación de nata fresca con frutos rojos, simplemente imperdible.

Los más atrevidos a probar sabores nuevos habrán de dar oportunidad a los Golletes, panes con influencia oaxaqueña pero con la particularidad de presentarse horneados, crujientes y cubiertos de azúcar rojiza, lo que añade al platillo un sentido ceremonial y no solo delicioso.

Ambos postres pueden también adquirirse para llevar a casa y continuar disfrutando del sabor del sueño en esta temporada de rituales y cultos tradicionales.

Pero las delicias no terminan ahí, ya que por la tarde, Natalia y Omar, chefs ejecutivos de El Sueño Hotel & Spa sugieren probar el Punche, una bebida antigua que solía disfrutarse en las casas poblanas pero que ya pocos recuerdan. Se trata de un tipo de atole cuajado, elaborado a partir de maíz azul, endulzado con canela y piloncillo y rociado con agua de jazmín, algo que definitivamente, se mimetiza con la personalidad de El Sueño. Puede acompañarse con un pay de calabaza en tacha, también de temporada, si la dulzura no ha sido demasiada.

Los martinis, siempre presentes

Algo que siempre ha caracterizado a El Sueño Hotel & Spa son sus martinis, una extenso menú que complica a veces la elección pero la facilita en temporadas especiales, ya que siempre hay algo nuevo.

Y la celebración de Día de Muertos no es la excepción gracias a los martinis de camote, de calabaza o un refrescante Gin tonic de infusión de canela o con clavo, para brindar por la vida.

Espacio seguro

Gracias a que el riesgo de contagio por Covid-19 ha disminuido, El Sueño Hotel & Spa está listo para tener el aforo completo y un horario de servicio abierto en el restaurante y el bar, haciendo posible que estas delicias se prueben entre las 8 de la mañana y hasta la media noche y los fines de semana hasta la 1 am.

Por supuesto, las medidas preventivas continúan habilitadas, como lo es el uso de cubrebocas, la toma de temperatura, desinfección de espacios comunes y habitaciones, áreas ventiladas, un control estricto con el personal de servicio y la habilitación de todos los espacios abiertos de El Sueño, como terrazas y patios, procurando la sana distancia.

El Sueño está más que listo para recibir a huéspedes y visitantes con los brazos abiertos, celebrar la vida, y homenajear con cariño a quienes se fueron.