La dieta de fuego
Publicado por Dra. Rosa Chávez en viernes, enero 1, 2021 · Deja tus Comentarios
El alimento es la principal fuente para mantenernos saludables. La mejor farmacia es la cocina, el laboratorio donde preparamos los alimentos. Además de las frutas, verduras, cereales y productos animales que ingerimos, las hierbas y especias pueden ayudarnos a combatir desequilibrios antes de que se vuelvan enfermedades.
De los alimentos nacen todas las creaturas que viven de alimento, todo ser vivo, incluidos los microscópicos son parte de una cadena alimenticia. Es un hecho que en la naturaleza está la medicina para todas las enfermedades, también tenemos que aceptar que las tierras están desgastadas por los agroquímicos y el medio ambiente está contaminado. Todos los seres se alimentan de comida y cuando mueren, la comida se alimenta de ellos.
Es importante conocer nuestras características, esas que tienen que ver con el temperamento desde el nacimiento, el metabolismo y los ritmos circadianos, horarios, preferencias y la cultura alimentaria donde vivimos:
- Se siente cansado, aletargado después de comer. Rara vez se siente hambriento o entusiasta por alimentarse.
- Regularmente tiene hambre voraz, al grado de no esperar por horarios, pica cada rato lo que encuentre. Mal carácter si no come a tiempo, le cuesta controlar su ansiedad.
- Variable. El hambre es errática, no siempre tiene hambre a la hora que acostumbran los demás. Pierde el apetito con facilidad.
Los ritmos circadianos son diferentes, varían de persona a persona: el momento ideal, en el que se sienten motivados, puede ser diurno o nocturno. De acuerdo a sus actividades, algunos funcionan mejor muy temprano por la mañana y otros tienen mucha energía por las noches. Es un hecho que los jóvenes hoy en día duermen pocas horas por estar pegados a la tecnología. Los padres creen que están dormidos, pero se pasan las horas en la pantalla. La consecuencia de mal dormir deja incremento de peso, aunado a la vida sedentaria que las mayorías llevamos por el trabajo con la tecnología.
Pocos comprenden la influencia tan profunda de la comida en la mente y las emociones. Es fácil ver la conexión entre comer azúcar, carbohidratos y sentirse con mucha energía, lo vemos en los niños, cuando ingieren dulces con colorantes artificiales, se activan al grado de no tener sueño y estar distraídos, el dulce es un placer momentáneo que crea adicción. También experimentamos pesadez y hasta las ganas de dormir cuando ingerimos demasiada carne, lácteos o alimentos muy procesados. Los que se alimentan de una dieta vegana, sin conocimiento, con jugos, verduras crudas, se pueden sentir sin energía, ausentes o incapaz de enfocarse.
Cuando un paciente me comenta que ingiere fármacos para la presión arterial alta, lo primero que le pregunto es cuánta agua bebe y su respuesta inmediata es: “No me gusta beber agua”. Que fácil es diagnosticar a un paciente con presión arterial sin informarse de sus hábitos, regularmente no practican ejercicio, se guardan las emociones, se “tragan” los corajes. Es decir, el fuego está en su interior, las dolorosas gastritis que se convierten en úlceras y sino aprenden a apagar el fuego puede surgir un cáncer. Muchos prefieren quemarse a defender sus ideas, les enseñaron que tienen que ser: obedientes, educados, tolerantes y llevar la fiesta en paz. Se tienen miedo a perder el control y se conviertan en un volcán en erupción. Pero si siguen con esos hábitos quizás la insatisfacción no salga por su boca, sino por el daño a uno de sus órganos.
Como adultos somos capaces de controlar el estilo de vida, como alimentarnos, procesar las emociones y el estrés, elegir pareja, un trabajo, el número de hijos, etc. Es lo ideal, sin embargo, resulta poco posible controlar todo, con el tiempo viene el arrepentimiento de vivir con cierta pareja, no controlar el nacimiento de los hijos, incluso no poder elegir un buen trabajo por la carencia de empleo. Todos pasamos por malos momentos, malas elecciones, por transiciones, crisis personales y mundiales que se salen del control. Podemos rescatarnos y no dejarnos vencer, ciertas crisis personales son necesarias para tomar consciencia y hacer cambios.
La meta es contar con la conciencia de luchar por hacer algo bueno por sí mismo: mentalmente, en tu cuerpo, y espiritualmente. Tan fácil como iniciar a beber 2 litros de agua, dejar las bebidas azucaradas, controlar el tabaquismo y aprender a respirar, tomar consciencia de los alimentos que se llevan a la boca, aceptar que las horas de sueño son un reparador de procesos internos y que cultivar una relación es una buena inversión. Es increíble pero las relaciones inician con mucha emoción y con el tiempo al sentirse seguros se descuidan y hasta la intimidad se vuelve aburrida.
Rechaza la creencia de que la enfermedad es inevitable, que a cierta edad tienes que ser diabético, hipertenso y esperar que en un tiempo te sometas a diálisis. Rechazo esas creencias, lo vi con mi padre, si en aquel momento hubiera tenido los conocimientos que tengo ahora, él no hubiera muerto tan joven (62 años). En el seguro social le prescribían una cantidad de medicamentos cuando inició con dolores en su pierna por problemas circulatorios, codeína en inyecciones, es como heroína, causa adicción inmediata, obvio resultaba peor el remedio. Lo peor es enterarme de que aún lo siguen haciendo, no van a la causa, solo atarantan el síntoma. Hasta que le amputaron la pierna. Siento rabia, impotencia, no es tan complicado adivinar por qué estudié psicología, homeopatía y practicó yoga.
De manera personal les comparto, cuando era niña me dio shock anafiláctico por la penicilina que me prescribían para las amigdalitis frecuentes. De milagro estoy viva; pero, me dejó secuelas en el intestino, padezco de colitis y también intolerancia a ciertos alimentos que al ingerirlos me producen dolor de cabeza y hasta depresión. Fortalecer la resiliencia para adaptarme y cada paso que doy es parte del ciclo de dar y recibir, mis pacientes y seguidores salen beneficiados.
Millones de personas padecen desordenes digestivos: acidez, constipación (estreñimiento), gastritis, colon irritable, reflujo y el tan temido cáncer de colon. Millones de visitas al médico, automedicación y las consecuencias van al hígado, la vesícula y al páncreas. El síndrome del intestino irritable es la segunda causa de faltas al trabajo, después del resfriado. Los desórdenes digestivos son complejos, algunos tienen causas genéticas, otros se desarrollan a partir de sensibilidad a las emociones: las personas aprensivas, el estrés, la fatiga, la dieta inadecuada, el hábito del tabaco, el abuso de alcohol y tema aparte merece la pérdida de la “microbiota” esas bacterias que mantienen en equilibrio las funciones de absorción y excreción.
Cada neuroquímico que produce el cerebro se genera en el estómago, los neurotransmisores como la serotonina se relacionan con el estado de ánimo y la atención. El sistema digestivo produce el 80 por ciento de serotonina. Los dos cerebros están conectados, el tracto digestivo es el órgano sensorial más largo del cuerpo, por eso es tan importante cuidar lo que nos llevamos a la boca, las emociones que nos tragamos y no las digerimos.
Tenemos hormonas que mandan señales al cerebro, su función: estar satisfecho y tener hambre: la grelina, regula el apetito y la homeostasis nutricional. Los niveles circulantes aumentan durante el ayuno e inducen el hambre. La grelina modula procesos fisiológicos aparentemente tan dispares como la secreción de insulina y la memoria.
La otra hormona es la leptina se produce en el tejido adiposo. Su función principal es la de inhibir la ingesta de alimentos y aumentar el gasto energético, para mantener el peso corporal. La leptina es la responsable de generar la señal de saciedad en el cerebro, circula acompañada de una proteína que es similar al receptor que se encuentra en los ovarios, la placenta y el hipotálamo que es el sitio donde suprime el apetito a través de inhibir al neuropéptido. La función principal es inhibir la ingesta de alimentos y aumentar el gasto energético, para mantener el peso corporal. La leptina es la responsable de general la señal de saciedad en el cerebro.
Recomendaciones
- El síndrome metabólico es una señal de alarma, un grupo de factores de riesgo que implica fluctuaciones en el azúcar de la sangre, un signo temprano de diabetes: presión arterial alta, exceso de grasa abdominal, altos niveles de grasa en la sangre y bajos niveles de colesterol bueno.
- Para bajar de peso es importante tratar las emociones, de manera inconsciente puede que el sobrepeso tenga que ver con las cargas fuera de tu control. ¿Eres el único proveedor de la familia?, ¿de tus padres, hermanos?, ¿de una pareja que es compulsiva con las compras? También es importante preguntarte si tienes miedo al amor, si tu madre te ha reforzado que los hombres son malos, o que las mujeres son peligrosas. Es recomendable la terapia para resolver las creencias y los asuntos no resueltos en familia. De manera consciente quieren una relación y de manera inconsciente no se dan cuenta que sus creencias los alejan.
- En la depresión hablamos de un metabolismo lento, no solo la controlan con antidepresivos, es importante revisar la causa: los problemas digestivos, los traumas y el estilo de vida. Muy importante el ejercicio eleva las endorfinas, esos químicos que contrarrestan la carencia de serotonina el neuroquímico del placer. El mejor antidepresivo: el enamoramiento.
* Rosa Chávez Cárdenas es psicóloga, homeópata y terapeuta, contáctala en: www.rosachavez.com.mx [email protected] https://twitter.com/DrRosaCh https://www.facebook.com/Tratamientointegral/
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