¿Qué tanto conoces sobre vitaminas?

Las vitaminas son un elemento constante cuando de salud se trata, y aunque muchos sabemos que son importantes y necesarias, pocos conocemos realmente qué son o para qué sirve cada una en específico, de dónde provienen o qué pasa si nos faltan.

Alicia Ramírez Huerta, especialista en nutrición, define a las vitaminas como nutrimentos esenciales para vivir, cuyo propósito es actuar como catalizadores en todas las reacciones del organismo, ya sea de manera directa o indirecta. Declara que “las vitaminas más comunes o de las que más se habla son la C y el famoso complejo B, sin embargo, existen muchas más de las que se sabe aún menos. Un ejemplo de ello es la Vitamina D a la que normalmente se le ubica como fijadora de calcio en los huesos, a pesar de que hoy en día su importancia y valor en la salud va mucho más allá”.

En tiempos recientes, algo que ha llamado mucho la atención de los médicos es la propiedad inmunoreguladora que la vitamina D ha demostrado, además de diversos beneficios no relacionados con la fijación del calcio.

El sistema inmunológico es una de las armas que tiene el cuerpo contra enfermedades e infecciones virales. La actividad inmunoreguladora de la vitamina D puede ser utilizada como una estrategia terapéutica en dichas enfermedades. De acuerdo con la especialista en nutrición: “La vitamina D y sus metabolitos participan activamente en la regulación de las respuestas inmunes innatas y adaptativas. Se ha visto, por ejemplo, que esta vitamina ha mejorado el control de la glucosa en pacientes con diabetes”.

Desafortunadamente, en México 1 de cada 3 adultos presenta deficiencia o insuficiencia de dicha vitamina. ¿Qué pasa con ellos? “La deficiencia de vitamina D se ha asociado con una serie de afecciones patológicas, incluidas infecciones, enfermedades autoinmunes y alérgicas. Además, esta insuficiencia puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades como diabetes y depresión”, explica la nutrióloga.

Entonces ¿cómo evitamos tener deficiencia de vitamina D? ¿Cómo podemos obtener esta vitamina?

A diferencia de todas las demás, la vitamina D es la única que se adquiere mayoritariamente por los rayos del sol (alrededor de un 90%), mientras que el restante proviene de los alimentos, como el atún, salmón, champiñones, leche fortificada, aceites de hígado de pescado, entre otros. Para tratar efectivamente su deficiencia o insuficiencia en el organismo, se recomiendan suplementos de 4000 UI (unidades internacionales) al día.

Bien, ahora que ya sabemos un poco más acerca de las vitaminas y en especial que la vitamina D es un aliado más en esta lucha contra las enfermedades virales, debemos poner aún más atención en lo que hacemos y comemos para mantener los niveles óptimos. Si por alguna razón sospechamos que tenemos alguna deficiencia lo ideal y más responsable es consultar primero con el médico, por medio de estudios clínicos, los niveles vitamínicos con los que contamos en nuestro cuerpo, para que después, sea él quien nos recomiende una suplementación responsable si es que esa es la vía de tratamiento.

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