Insomnio
El insomnio es un trastorno que se presenta tanto en niños como en adultos. Descansar menos de cinco horas y más de nueve incrementa el peso corporal; la duración del sueño afecta la producción de las hormonas Grelina y Leptina lo que estimula el apetito y afecta el metabolismo.
Dormir es una de las necesidades básicas del ser
humano. No dormir lo suficiente afecta el estado de ánimo, el nivel de energía,
la salud, el rendimiento laboral y sexual, causa fatiga y afecta la calidad de
vida en general. Los cambios en el ciclo estándar de sueño de los que rolan
turnos de trabajo como médicos, enfermeras, bomberos, policías, artistas,
obreros, estudiantes que se desvelan, afectan su calidad de vida.
Síntomas
Dificultad para conciliar el sueño, despertar durante
la noche, despertar muy temprano, fatiga, somnolencia durante el día,
irritabilidad, depresión, ansiedad, dificultad para prestar atención y para
concentrarse, aumento en los errores y accidentes, cefaleas tensionales,
problemas gastrointestinales, preocupaciones sobre cualquier tema y pérdida del
deseo sexual.
Causas
El estrés. La preocupación por el trabajo, por la
escuela, la salud, el dinero, la familia mantienen la mente activa durante la
noche, por lo que es difícil conciliar el sueño. De
igual manera, los eventos dolorosos como la muerte, la enfermedad de un ser
querido, el divorcio, la pérdida del empleo, los conflictos familiares, las deudas
económicas, las preocupaciones por el futuro…
La ansiedad. La ansiedad es causada por varios factores,
además de la soledad, vergüenza, culpa… Altera el sueño.
Depresión y trastornos psico-emocionales. Los
síntomas de la depresión se
manifiestan en el sueño,
dormir demasiado, no conciliar el sueño, despertar en la madrugada sin poder
dormir de nuevo (lo que ocasiona despertar sin energía). La depresión se
presenta por un desequilibrio químico en el cerebro, particularmente en los
neurotransmisores que son los encargados del funcionamiento del sistema
nervioso.
Medicamentos. Muchos medicamentos interfieren con el sueño,
incluyendo algunos antidepresivos (no se toman por la noche), fármacos para el
corazón y la presión arterial; los prescritos para las alergias, los
estimulantes, la cortisona los analgésicos, los descongestionantes para la
gripe, los productos para bajar de peso, contienen cafeína y otros
estimulantes. Los
antihistamínicos causan sueño, además hiperactividad, sobre todo en los niños, y deseos de orinar.
La cafeína, la nicotina y el alcohol. Café, té, refrescos de cola y bebidas que
contienen cafeína son estimulantes que alteran el sueño. La
nicotina en los cigarrillos causa insomnio. El alcohol es sedante en cantidad
moderada y ayuda a conciliar el sueño; en exceso interfiere en la etapa del
sueño MOR, la etapa más profunda del sueño, tan necesaria para un verdadero
descanso.
Cambios en el medio ambiente y los horarios
de trabajo. Los viajes, el clima y los cambios de turno para trabajar alteran los
ritmos circadianos del cuerpo. Los ritmos circadianos actúan como reloj
interno, regulan los ciclos: el
ciclo sueño-vigilia, el metabolismo y la temperatura corporal.
Los malos hábitos de sueño. Dormir es un hábito que ayuda a promover un
estado de vida saludable llamado higiene del sueño. Consiste en sujetarse a
horarios para el descanso, incluye los rituales antes de ir a la cama: lavarse
los dientes, desmaquillarse la cara, apagar las luces, leer un libro,
actividades placenteras como el sexo, sacar al perro, cerrar las puertas, en
fin, cada quién va llevando a cabo sus rutinas que marcan el fin de las
actividades del día.
La preocupación por el insomnio. Cuando se refuerza la preocupación por no
dormir y se esfuerza demasiado para conciliar el sueño. La mayoría de las personas con esta
condición duermen mejor lejos de su entorno de sueño habitual, y cuando no se
esfuerzan en dormir, como en las vacaciones. Dejar la televisión o una luz
prendida es pésimo para las funciones químicas del cerebro, interfiere en la
producción de hormas. Muchas personas tienen adicción a las pastillas para
dormir, la adición psicológica más que la química hace que se despierte en la
madrugada para tomar la pastilla que se había olvidado, son altamente adictivas
y con muchos efectos secundarios, con el tiempo menos se recuperan los patrones
naturales de sueño. Suelta la preocupación por no dormir hasta que se recupere
la “natural, naturaleza del descanso”.
Cenar muy tarde. Comer demasiado causa incomodidad, lo que dificulta
conciliar el sueño. Muchos
experimentan ardor, reflujo de ácido desde el estómago hacia el esófago después
de comer, la desagradable sensación puede mantenerlo despierto, causa problemas
de alergias, inflamación de garganta frecuentes. Elevar la cabecera de la cama
ayuda.
El insomnio y el envejecimiento. El insomnio es habitual con la edad, los hábitos
propios de los años afectan el sueño como dormitar sentado, la falta de
ejercicio y volverse más sedentario.
El ruido. Los ruidos del entorno causan que se despierte
continuamente y que no se pueda llegar al sueño profundo. Dormir cerca de la
pareja con la que se tiene conflictos, de una persona que ronca, de un
regulador de energía, del refrigerador, de las vías del tren o de una vía con
tráfico vehicular, afecta considerablemente.
La salud. El dolor crónico de enfermedades como la
artritis, problemas de espalda, depresión, ansiedad y estrés, interfieren con
el sueño. Los
hombres mayores suelen desarrollar agrandamiento de la glándula de la próstata (hiperplasia
prostática) que causa necesidad de orinar con frecuencia interrumpiendo el
sueño, así como los bochornos en la menopausia.
La
tecnología. La adicción al
internet por las noches y los juegos de video son altamente adictivos,
despiertan la zona de recompensa en el cerebro lo que ocasiona la adicción con
todos los síntomas: irritabilidad, déficit de atención, síntomas físicos, dolor
de cabeza, pérdida de placer en otras actividades.
Recomendaciones
- Beber
dos litros de agua al día, alimentarse de manera saludable, practicar
ejercicio, masajes relajantes, yoga, meditación, no fumar, ingerir alcohol con
moderación. - El
Magnesio y el Potasio (K) son químicos que ayudan al buen funcionamiento de los
neurotransmisores encargados del estado de ánimo, de la atención y del placer.
Hay que ingerirlos en alimentos naturales (el K en pastillas causa gastritis)
como almendras, cacahuates, frijoles, lentejas, plátano, jitomate, coco,
zanahorias, calabacitas, aguacate, nueces, acelgas, uvas (masticar unas semillas), fresas, soya y ajonjolí
tostado (natural puede causar gastritis). - No
ingerir vitaminas, antidepresivos y aspirina por la noche, causan insomnio y
gastritis. - Acudir a
terapia para encontrar las causas de las preocupaciones como el resentimiento,
los conflictos familiares, laborales y de pareja. - Aprender
a relajarse. - Terapias
alternativas como la homeopatía son buenas para el insomnio y para tratar a la
persona en su constitución. - El té de
hierbas como pasiflora y el de siete azahares ayudan. Tres tazas de té verde al
día resulta un buen antioxidante y termogénico (baja de peso). - Lo mejor
es dormir de lado, ni boca abajo ni boca arriba (posición de los que roncan).
* Dra. Rosa Chávez
Cárdenas es psicóloga, homeópata y terapeuta. Consultorio: Tenochtitlan No.
361, Jard. del Sol, Zapopan, Jal. Tels. (33) 3631 8312 y 3632 3166, Cel. 333
166 92 72, [email protected]
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