Cuándo acudir a terapia
Todos los seres humanos enfrentamos problemas a lo largo de nuestras vidas. Problemas que ocasionan conflictos, tensiones dentro de nosotros. En ocasiones este malestar es tan fuerte que es necesario buscar ayuda para sentirnos mejor.
Me parece
que cada uno de nosotros, tiene la capacidad de resolver este
malestar buscando la ayuda en los lugares adecuados desde nuestro propio
mundo. Habrá quien se refugie en la religión, otros en los amigos, unos más en
la ayuda psicoterapéutica. ¿Cuál ayuda es la mejor? Sencillo, la que nos ayude
a sanar de una manera eficiente y con crecimiento. No creo que exista un solo
camino correcto para reintegrarnos. Lo que puede ser de ayuda para
nosotros, puede no serlo para nuestro mejor amigo, a pesar de que pensemos que
somos muy parecidos.
Existen
tres grandes corrientes o escuelas de psicología: el psicoanálisis, el
conductismo y el humanismo, basado en la corriente humanista existencial. Esta
última es la que utilizamos como plataforma de despegue en Vida Plena Centro de
Desarrollo Humano. A este enfoque me refiero en esta entrada cuando hablo del
proceso psicoterapeútico.
Acudir a
tomar psicoterapia, no quiere decir que «estemos locos» o que
«nos falte un tornillo». La ayuda psicoterapeútica puede ser
extremadamente valiosa en momentos de nuestra vida que pueden ser fuente de
tensión o malestar interno, como:
•
Pérdida de un
ser querido.
•
Proceso de
divorcio.
•
Rompimiento de
una relación afectiva.
•
Cambio de
trabajo o de ciudad.
•
Enfermedad
propia o de una persona cercana.
•
Cualquier evento
que nos impida llevar una vida funcional y feliz.
Nuestra
función como terapeutas es ayudar al cliente (en nuestro enfoque así les
llamamos, ya que la palabra paciente se relaciona con un ente pasivo,
mientras que cliente se refiere a la persona que busca y colabora
activamente en su proceso de reintegración) a recuperar partes de si que
no es capaz de ver por su cuenta. El terapeuta sirve como espejo para que el
cliente o consultante pueda verse completo y tenga acceso a partes de su ser
que completan y actualizan su autoconcepto o imagen de si.
Cuando
vamos manejando en el auto, tenemos un «punto ciego». Esto también
ocurre cuando nos vemos a nosotros mismos, hay partes que sólo podemos ver con
ayuda de otros. Una vez que la persona se ve completa así misma, viene un
proceso de aceptación de quiénes somos realmente en nuestro presente. A mis
clientes les digo al respecto, «Tienes derecho a decir que no te gusta la
película, pero no puedes decir que la película no existe». De la misma
forma, tenemos derecho a expresar nuestra incomodidad o desagrado por la
realidad presente, más no podemos decir que esa realidad no existe. De ahí
parte en buena medida, el proceso psicoterapeútico.
No es
necesario que tengamos un problema o preocupación específica para ir a tomar
psicoterapia. Cada vez más personas, utilizan esta herramienta como una forma
de autoconocimiento y de desarrollo personal. Tengo clientes que vienen a mí
buscando ayuda para comprenderse mejor a sí mismos y a los que le rodean, para
expandir sus horizontes, para abrir puertas a formas de vivir y convivir más
sanas, libres, integradas y felices.
Otro
momento en el que es conveniente tomar psicoterapia, es cuando las personas que
rodean al cliente, expresan alguna queja o incomodidad respecto a su
convivencia con él. En muchas ocasiones llega a consulta, alguna persona que me
dice que tiene fuertes problemas con los demás, y no sabe por qué. Es mi labor
acompañarlo para ir descubriendo qué esta haciendo o dejando de hacer en su
forma de relacionarse con los demás, que está atrayendo problemas o desacuerdos
con su círculo de convivencia.
En Vida
Plena, Centro de Desarrollo Humano, atendemos también adolescentes de 13 años
en adelante (aproximadamente). La adolescencia está llena de cambios en muchos
niveles para hombres y mujeres. En ocasiones los conflictos más graves se
relacionan con la comunicación con los padres, la convivencia con compañeros de
escuela, sentimientos de soledad, inadaptación y vacío, así como problemas
relacionados con su identidad y orientación sexual. La psicoterapia puede ser
una excelente opción para acompañar estos procesos de una manera más liviana,
efectiva y plena.
Los
problemas de pareja, parecen ser una de las preocupaciones más comunes en
nuestros días. Sin importar el tipo de pareja que sea (mujer-hombre,
mujer-mujer, hombre-hombre), las dificultades y desencuentros parecen ser
casi idénticos en los tres casos. Es una buena idea recurrir a un tercero, en
este caso el psicoterapeuta, para que se encargue de acompañar a
reestablecer la comunicación entre la pareja, ventilar libremente los conflictos,
expresar necesidades de ambas partes, explorar alternativas de acción y
establecer acuerdos y compromisos.
Les
agradecería que cualquier pregunta o comentario que tengan respecto a este
tema, me lo hagan saber a través de mi email [email protected],
recuerden que su retroalimentación es básica para mantener vivo y fuerte este
espacio que es para ustedes.
* Raúl Antonio Reding,
consultor en desarrollo humano, terapeuta individual, de parejas y facilitador
de grupos. Contáctalo en Vida Plena GDL (Guadalajara, Jalisco), web: http://vidaplenagdl.blogspot.mx/,
Cel. 33 3952 7845, [email protected],
Twitter:
@VidaPlenaGDL
Artículos relacionados
La infidelidad
http://fiancee.mx/revista/1246-la-infidelidad-cuando-no-son-dos-sino-tres
Profecías que se autocumplen
http://fiancee.mx/revista/256-profecias-que-se-autocumplen
Autoestima, un valor a cultivar
http://fiancee.mx/revista/627-autoestima-un-valor-a-cultivar