Colon irritable
La colitis o colon irritable se encuentra entre los más frecuentes trastornos somáticos derivados del estrés.
El mal funcionamiento de los intestinos es de tipo
somático, es decir que no presenta daño estructural del órgano, como ocurre en
otros padecimientos: el páncreas en la diabetes o el hígado en la hepatitis. En
la colitis nerviosa, colitis espástica o colon irritable, existe un aumento
crónico del tono muscular del intestino grueso que produce diversas molestias
digestivas: dolor abdominal, estreñimiento, indigestión, mal aliento y
trastornos del estado de ánimo, todos de tipo funcional somático. Las tensiones
y las emociones tienen un papel preponderante en el desarrollo de los
síntomas.
El concepto de colitis, en términos generales, abarca
una gran variedad de procesos, que van desde los crónicos hasta los agudos y
transitorios, los que tienen una causa específica hasta los que presentan una
causa desconocida.
Los que padecen colitis son opuestos a los
que padecen gastritis que son más activos, “se queman por dentro”. Por lo
regular se encuentran en puestos de dirección, comen y beben en exceso, actúan
por impulso, son los que ostentan personalidad de tipo A.
Los más afectados por la gastritis son los
hombres, la causa: el componente bioquímico, la estimulación hormonal de la
testosterona en sangre. Con la incorporación de la mujer al campo laboral, aún
sin la carga de hormonas, la mujer está presentando los mismos comportamientos
y padecimientos que el hombre. Por el contrario, los que padecen colitis son
más conservadores, muy sensibles, todo lo perciben en el plexo solar, cualquier
miedo, coraje, impresión, preocupación, angustia, ansiedad, inflama el
intestino. Actualmente no encontramos los tipos puros, la población sufre de
ambos padecimientos, oscila de un polo a otro, de la impulsividad a la
pasividad, sin ser bipolares como los están encuadrando, los comportamientos y
padecimientos son producto del exceso de estrés.
El intestino es afectado directamente por la
psiqué, es decir, todos los procesos y fenómenos que conforman la mente humana
como unidad, permiten al organismo orientarse en el
mundo a través de varios factores: los reflejos cognitivos, sensaciones,
percepciones, pensamientos, reflejos afectivos, emociones y sentimientos.
Perfil
de los afectados
Personas pasivas, sensibles, obedientes,
aprensivas, inseguras, con apariencia muy tranquila que, no obstante, esconden
emociones llamadas socialmente “negativas” como el enojo y la insatisfacción,
la inseguridad, el miedo y la culpa.
Los intestinos expresan funciones similares a
“dar y retener”, respecto a las figuras paternas, el control por no expresarse
se manifiesta en estreñimiento, la inflamación o colitis puede tener como
origen un coraje no expresado, un elemento de terquedad y frustración, una
lucha por ser bueno y obediente contrario a ser maleducado y agresivo. Los
síntomas permiten a las personas funcionar cuando su psiqué está amenazada, es
decir, una alternativa a desequilibrios mentales.
Causas
- Factores
ambientales y emocionales. - Agentes
infecciosos como virus, bacterias, amibas, etcétera. - Trastornos
en la dieta. - Medicamentos.
- La
constitución individual.
La salud es orden, la enfermedad desorden; el
organismo oscila entre ambos factores. El ambiente interno del cuerpo reacciona
al ambiente externo. El desorden ocurre cuando los dos están en desequilibrio,
es necesario entender la enfermedad como un proceso para poder cambiar el
ambiente interno y equilibrarlo con el externo.
El estado de salud llamado homeostasis está en
equilibrio cuando el “fuego digestivo” está en armonía; los humores corpóreos y
los tres productos de desecho: orina, heces y sudor funcionan a nivel normal, y
el cuerpo, la mente y la conciencia trabajan en armonía como unidad. Cuanto uno
de ellos se desequilibra comienza el proceso de enfermedad.
Las emociones reprimidas crean un desequilibrio que
afecta la respuesta inmunológica del cuerpo. Las toxinas se crean por causas
emocionales, la ira reprimida cambia por completo la flora de la vesícula
biliar y del intestino delgado por lo que se inflaman las zonas de la membrana
mucosa del estómago e intestino. Además, el miedo y la ansiedad alteran la
flora del intestino grueso, como resultado el vientre se inflama con gases que
se acumulan en las cavidades causando dolor. A menudo ese dolor se confunde con
problemas del corazón o del hígado. Reprimir las emociones y las necesidades
básicas, como la sexualidad, causa efectos nocivos a la salud, por lo que no es
conveniente limitar acciones naturales como toser, estornudar o evacuar gases.
El desequilibrio en los sistemas de excreción causa
enfermedades. La orina y las heces se forman en el intestino grueso durante el
proceso digestivo de asimilación y absorción; las heces pasan al recto para ser
evacuadas, la orina a los riñones para ser filtrada y almacenada en la vejiga y
posteriormente desechada, y el sudor se elimina por los poros de la piel. Aún
cuando la orina y las heces son productos de desecho, son esenciales para el
funcionamiento fisiológico. Las heces fortalecen el intestino grueso y
mantienen el tono muscular, sin heces el intestino se desploma, como en la
anorexia. Con diarrea la deshidratación es inmediata y puede sucumbir. El
estreñimiento causa inflamación, incomodidad, gases, mal humor, dolor de
cabeza, de espalda y mal aliento.
Los afectados por colitis, peregrinan en busca de
soluciones inmediatas sin tomar en cuenta que la causa es emocional y social.
Los tratamientos con fármacos causan más problemas que soluciones ya que
desequilibran la función natural de recuperar la salud. Gastos excesivos en
estudios de laboratorio para diagnosticar un colon irritable, dejando de lado
que el intestino es el órgano más sensible a las emociones.
Recomendaciones
La colitis tiene causas biológicas, psicológicas,
sociales, emocionales y espirituales por lo que los tratamientos tienen que ser
implementados de manera holística, es decir “el todo como unidad”.