Miedos masculinos

Tú y yo como hombres, tenemos el derecho de decir “No”, ante una propuesta de connotación sexual sin que esto tenga que poner en duda nuestra orientación sexual por el sólo hecho de decir directa y amablemente: “No”. Este es sólo uno de los tantos miedos masculinos.

Como hombre, al enfrentar mis miedos sexuales puedo darme cuenta de todas las ideas erróneas que viven en mí y que de forma consciente o inconsciente repito y aplico en mi vida sin reflexionar. Al cambiarlas todo mi entorno interno y externo cambiará. Al suceder esto, es posible que se desencadenen reacciones absurdas en la pareja, familia o con las amistades: “¿Qué te está pasando, estás raro?”, “¿Quién te cambió?”, formándose una actitud colectiva para que se vuelva a ser el mismo, pues tu cambio amenaza lo cotidiano de la vida emocional y sexual del grupo con el que convives. ¿Te atreverías a enfrentar tus miedos?

El tamaño del pene
De las primeras referencias equivocadas del “Ser hombre” es el tamaño del pene, ya que en la fantasía colectiva se cree que aquel hombre que tenga un miembro grande y grueso será quien proporcione mayor placer sexual a su pareja, y esto es una idea equivocada. Durante la erección ocho centímetros como mínimo son suficientes para cubrir su función erótica y reproductiva. Al conocer mi cuerpo, sensaciones, necesidades y puntos eróticos podré conocer mejor el cuerpo de mi pareja. La capacidad sensitiva de la mayoría de las mujeres es infinita, con la estimulación adecuada de todos sus sentidos se pueden convertir en una maravillosa antena receptora de estímulos sensuales y sexuales. Los hombres podemos convertirnos en excelentes amantes, lo que necesitamos es educación, entrenamiento con un experto en sexualidad y confianza en nosotros mismos.

Disfunción Eréctil
Anteriormente conocida como impotencia; esta palabra ‘impotente’, tiene una carga energética negativa y resulta muy ofensiva para el hombre que la recibe, peor aún si es por parte de su pareja. La disfunción eréctil es la incapacidad para mantener una erección que conlleve a una relación sexual satisfactoria tanto para el hombre como para la mujer. Es común conforme se incrementa la edad y puede ser síntoma de varias enfermedades cardiovasculares o diabetes, colesterol, hipertensión, así como problemas emocionales: estrés, depresión, pérdida de autoestima y ansiedad previa al desempeño sexual. Ya se cuenta con medicamentos científicamente comprobados en su eficacia y resultado. Eviten la automedicación, acudan con su médico familiar o con el urólogo y si es necesario tomen una breve terapia sexual educativa. Mujeres, eviten frases como: “Ya no me quieres”, “Ya no te gusto”, “Andas con otra”, y hombres evitemos culpar a nuestra pareja, ser agresivos o buscar pleito para evitar el contacto sexual.

Disfunción Eyaculatoria
Anteriormente conocida como eyaculación precoz, término que trae consigo una carga energética negativa. Es la dificultad que tenemos los hombres para el control del reflejo eyaculatorio y se manifiesta durante la actividad sexual con la pareja antes, al inicio o al penetrar, ya que el hombre eyacula antes del tiempo que él quisiera, provocando malestar físico y emocional en la pareja y en el hombre que la vive. La experiencia sexual de un gran amante, con una gran capacidad del control de su eyaculación, es igual al de un deportista especialista en su área, la clave es el entrenamiento. Una práctica muy sencilla es, al orinar suelta el chorro, inhala profundo, sostén la respiración y corta el chorro de la orina; exhala y suelta el chorro, repite esto tres veces y al final orina plácidamente. Con esto estás activando el músculo pubo-coccigeo punto básico de entrenamiento.

Desempeño sexual
¿Qué se supone que debe de hacer un hombre con su pareja en la sexualidad?, ¿cuántos orgasmos debe ella tener para que tú te sientas bien y no tengas temor de que te deje? La ansiedad es una emoción negativa destructiva relacionada con el desempeño sexual, la forma directa de neutralizarla es respira lento y profundo y abrir el corazón ante mi pareja para dar paso a una comunicación clara y directa sobre mis temores, dudas e inseguridades en cuanto a nuestra vida sexual, para que así, el vínculo emocional y sexual que estamos disfrutando, y no sufriendo, sea cada vez mayor en entendimiento y acoplamiento.

La admiración de mi pareja
Ante una continua exigencia por parte de algunas mujeres hacia sus parejas, hay hombres que se sienten fracasados, otros empiezan a relacionarse con mujeres que no les exigen tanto y con quienes se sienten respetados y admirados, y unos más confrontan respetuosa y directamente a sus parejas dejando en claro que no están en una competencia contra el mundo. Es frecuente la frustración por parte de algunas féminas que, basadas en muy altas expectativas, se sienten traicionadas descargando su coraje contra sus parejas. Si el hombre no pone un límite a tiempo puede convertirse en esclavo del trabajo para dar gusto a su pareja, olvidándose de él mismo en espera de lograr algún día la admiración de su mujer (o quizás la aprobación para asegurar que no lo dejen de querer).

Carácter o fuerza emocional
Algunas mujeres traen la consigna de mandar hacia el interior de su relación: “Yo, cuando me case, no voy a permitir que me traten como mi papá trataba a mi mamá”, relación que de inicio se enmarca en un ring donde la mujer se convertirá en la justiciera que rescate el honor de su mamá. O mujeres de carácter muy fuerte que exclaman: “Yo quiero tener una pareja que me controle, que no me deje hacer lo que yo siempre quiera”. Por un lado el sentirse explotada y no valorada, por otro la necesidad interna de sentirse controlada; en ambos casos mujeres con la necesidad de sentirse queridas y protegidas, pero con el temor de expresarlo por miedo a mostrarse débiles o vulnerables. Aquí es muy importante la capacidad de comunicación y claridad del hombre para llegar a acuerdos con su pareja sin permitir la influencia negativa-destructiva de voces ajenas a la relación, así como poder contener con una fuerza emocional muy clara, los cambios drásticos de algunas mujeres para comprobar si su hombre tiene o no carácter.

El puesto laboral
Al parecer, una gran mayoría de hombres trabajan en áreas que no les gustan, decisión arrastrada desde su hogar por imposición o influencia de sus padres y por cubrir el “deber” de ser el principal proveedor de la familia. Para la mayoría de las mujeres es un orgullo el que su pareja sea el jefe, dueño o socio principal del lugar donde labora, porque eso habla de que es un hombre inteligente y capaz; no obstante, para algunas, el que su pareja no alcance estos puestos implica el haberse equivocado en su elección viéndose a ellas mismas como perdedoras. Es fundamental reflexionar sobre qué estás haciendo de tu vida, cuál es la calidad de vida que llevas, si te gusta o no tu trabajo y cuáles son tus potencialidades para laborar en lo que eres realmente bueno, estando bien contigo antes que con el resto de la familia, ya que si tú estás bien, tu entorno estará mucho mejor. No te estoy diciendo que renuncies a todo de tajo. No. Medítalo detenidamente y deja de cubrir las expectativas de los demás olvidando tus propias necesidades y deseos.

No tener a la mujer ideal
Parece ser que el éxito de la vida de la familia radica en la imagen, dado que si como hombre obtengo todas las cosas que la publicidad me vende, estaré en paz, seré respetado y exitoso. Por ejemplo, casarse con una de las mujeres Barbie, aquéllas que tienen una actitud extrema de no aceptar lo que son y erróneamente deciden operar su cuerpo en lugar de cambiar la percepción que tienen de sí mismas; mujeres extremadamente bellas —operadas y no operadas— que son muy inseguras, terriblemente vulnerables a la crítica. Como hombre, debo comprender que la calidad y calidez de la vida de pareja toma matices maravillosos cuando se encuentran dos personas plenamente identificadas cada una consigo misma, dando paso a una comunión de respeto y aceptación.

Expresar sentimientos y emociones
Uno de los más grandes miedos de la mayoría de los hombres es parecer débiles y vulnerables ante los ojos de su pareja por expresar sus temores, anhelos y deseos. Este es uno de los puntos más dolorosos del vivir: el no permitirse expresar, sintiendo un ahogo en el alma, porque se aprendió que los hombres no lloran, cargando así con todas sus frustraciones y solo permitiéndose hablar con los amigos con dos o tres copas encima; otros en el más profundo silencio y hermetismo, y unos más aislándose, llenándose de trabajo o actividades que los hagan distraerse de lo que sienten. Pero al final, todo eso que guardan va a estallar hacia afuera o hacia adentro, convirtiendo los sentimientos y emociones no expresados en enfermedad y dolor.

Hoy, tú tienes la libertad y la responsabilidad de cambiar o continuar igual, más no olvides que ya eres consciente de ello.

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