Síndrome del corazón roto
Los primeros en describir esta condición médica, en 1991, fueron los doctores japoneses, en un principio le llamaron “Cardiopatía Takotsubo”. Takotsubo es un tipo de canasto que utilizan los pescadores en Japón para capturar a los pulpos; cuando los doctores tomaron imágenes de una persona que experimentaba el síndrome del corazón roto, una parte de su corazón se asemejaba al canasto de los pescadores. Después de investigar el fenómeno concluyeron que el padecimiento es un tipo de cardiomiopatía provocada por el estrés.
Fisiológicamente, el padecimiento es causa del repentino estrés emocional que puede provocar un debilitamiento serio, pero reversible, del músculo cardiaco, parecido al clásico infarto. Las hormonas que se liberan por el estrés como la adrenalina pueden ser tóxicas para el corazón, aturdiendo el músculo y provocando síntomas similares a los de un infarto, incluyendo líquido en los pulmones, dificultad respiratoria y descompensación cardiaca. Esto puede ser provocado por una noticia alarmante como la muerte de un ser muy querido, una enfermedad grave, un asalto a mano armada, el abuso o cualquier pérdida importante. Entre los estresores físicos se encuentran: un ataque de asma o un accidente de trafico; el accidente en sí puede ser la causa de muerte, pero provocado por el estrés agudo generado más que por el impacto en sí mismo.
¿Síndrome peligroso?
En algunos casos, dependiendo de la persona, puede producir la muerte; no obstante, la mayoría de los que experimentan el síndrome del corazón roto se recuperan rápidamente y no sufren efectos colaterales.
Según las estadísticas, afecta más a las mujeres, en un porcentaje de 9 a 10, en un rango de edad por arriba de los 50 años. Los síntomas que preceden al ataque son: dolor en el pecho y dificultad en la respiración.
Luis y su madre discutían por un permiso que la ella no quería otorgarle. La discusión subió de tono hasta que el hijo sin tenerlo planeado rebeló que era homosexual. De pronto, la mamá no tomó consciencia del secreto e hizo bromas llamándolo niña, provocando que el hijo se sintiera ofendido. Luis, preocupado, le pidió que no le dijera a su padre quien padecía del corazón, para evitar que por su causa pudiera sufrir un infarto. Esa noche la madre no pudo dormir y al día siguiente rompió la promesa compartiendo el secreto al padre. Tal como lo imaginaba el hijo, el secreto fue un duro golpe para el padre quien imaginaba que los nietos heredarían su apellido; se puso como loco, apretaba el pecho y no podía respirar. Tuvieron que llamar a la ambulancia. Afortunadamente, no llegó a mayores, estuvo en observación y regresó a su casa al día siguiente; sin embargo, Luis se fue de la casa debido a toda la culpa que sentía.
Sin ser diagnosticado como tal, el caso de la señora Tina presentó los mismos síntomas del síndrome. Hace seis meses quedó viuda. Su marido murió después de padecer cáncer en los pulmones. Los problemas se le vinieron encima: de tener una familia unida, los dos hijos varones se pelearon por el poder; las deudas casi terminaron con el negocio; cuando parecía que retomaba el control de la economía, descubrió que la hija de 17 años tenía tres meses de embarazo y este acontecimiento fue la gota que derramó el vaso. Al enterarse sintió un duro golpe en el pecho, con dificultad para respirar, se tiró en la cama sin poder levantarse durante tres días. Cuando llamaron al médico, concluyó que no era necesario hospitalizarla, le recetó unos tranquilizantes y a pesar del dolor emocional pronto se reincorporó a sus actividades.
Hombres y mujeres contra el estrés
Las mujeres manejan mejor el estrés que los hombres; aparte del factor cultural, fisiológicamente está situación tiene una explicación. Las hembras de muchas especies, incluyendo las de los humanos, responden a situaciones estresantes protegiendo a sus crías buscando el contacto social, así como el apoyo de otros particularmente femeninos. Esta respuesta se refiere a “cuidar y socializar”. La respuesta es el resultado de la selección natural gracias a la hormona oxitocina, que se libera como respuesta al estrés; las hembras, al presentar más altos niveles de la hormona, se muestran más relajadas, sociables y menos ansiosas. En los varones los efectos de la hormona oxitocina se reducen a causa de las hormonas masculinas, por lo qué la respuesta inmediata es: “Correr o pelear”.
Recomendaciones
- Una dieta saludable controlando el colesterol y los triglicéridos para mantener las arterias en buenas condiciones.
- El ejercicio es una de las maneras más eficaces de estimular al cerebro para la producción de endorfinas que tienen efectos benéficos para la salud física y emocional.
- El enojo debe ser digerido de manera constructiva; una vez procesado de manera constructiva podrá expresar sus sentimientos sin dañarse a sí mismo o a los demás.
- Mantenerse en contacto con la naturaleza. El solo hecho de plantar una semilla, regarla con esmero y observar como crece y florece brinda una experiencia natural de genuina riqueza.
- Es importante la atención inmediata con el especialista de confianza para
evitar complicaciones mayores.