La psiconeuroinmunología, ¿qué es y cómo puede ayudarnos?

Es una ciencia multidisciplinaria conformada por un grupo de profesionales en psicología, psiquiatría, inmunología, epidemiología y el área biomédica. El objetivo es conocer la dinámica de la salud, un área que poco se le ha dado un lugar, pero falta mucho.
Las emociones reprimidas encuentran salida en la somatización: las alergias respiratorias, las de la piel, las infecciones urinarias, los trastornos digestivos: gastritis, colitis, del sueño, la tensión muscular, la artritis, el asma, la diabetes, las del aparato cardiocirculatorio y hasta el cáncer. La medicina institucional busca la causa de la enfermedad en la herencia, los contagios por virus y bacterias, la obesidad y la presión arterial. Bajo el enfoque de la psiconeuroinmunología, se trata de descartar el tema de la herencia y buscar de manera individual el tema psicológico, el neurológico, el entorno social, el emocional y hasta el espiritual.
La psiconeuroinmunología estudia la relación entre las conductas, el sistema nervioso, el endócrino y el sistema inmune. El objetivo es investigar la supresión del sistema inmune, la acción del sistema nervioso central, el sistema límbico, los nervios simpáticos, el eje hipotalámico-hipófisis y las glándulas suprarrenales. Para entender la supresión del sistema inmune, los pacientes que han recibido un trasplante de órgano sufren la supresión de su sistema de defensas, tienen que ingerir fármacos para suprimir el rechazo del órgano trasplantado, no importa que en los estudios sea compatible.
Los pacientes que padecen depresión crónica, estrés prolongado y duelos, disminuyen las defensas naturales del cuerpo contra las infecciones bacterianas y virales y contra otras enfermedades. Su metabolismo está lento por esa causa; muchos en el proceso aumentan de peso. Las células T y las células asesinas naturales no cumplen su función de manera que algunas bacterias, virus y hongos que se encuentran naturalmente en la microbiota encuentran el terreno propicio y se vuelven patógenas. Un ejemplo son los que padecen diabetes, sufren por la infección del hongo Cándida, inicia en los dedos de los pies por esa causa muchos sufren amputación de sus dedos, otros sufren de gangrena y les amputan alguno de sus miembros. Los estudiantes de medicina sufren estrés prolongado, entre los estudios, el internado, no duermen lo suficiente de manera que padecen el burnout (estar quemados) y padecen enfermedades como herpes, alergias, trastornos de la digestión: colitis, gastritis, hasta ulceras y trastornos mentales como depresión y ansiedad.
Laura, emigró de su pueblo a estudiar medicina, trabaja para pagar sus gastos y la renta del cuarto donde vive ya que su madre apenas gana para la manutención de sus tres hermanos. El salario apenas le alcanza, hay días que solo se conforma con un taco de huevo. Hasta que se desmayó en el hospital, le hicieron estudios, el resultado mostró que padece anemia, le comentó a su maestro que ya tenía tiempo padeciendo dolores de cabeza y mareos. Sus compañeros al darse cuenta le sugirieron que pidiera beca de apoyo en la universidad.
Entre los factores psicológicos que producen enfermedades graves como el cáncer, la diabetes, el Alzheimer se encuentran la depresión, los trastornos de ansiedad, la culpa, el miedo, las emociones no resueltas y hasta la inseguridad. El sistema biomédico no le da la importancia que requiere, lo que buscan en los pacientes son síntomas, síndromes, no las causas y encuadrarlos en una enfermedad.
Entre los factores psicológicos que se pierden en la depresión es la actitud mental, el optimismo, la inseguridad y la confianza en sí mismo. El que carece de falta de seguridad en sí mismo, trata de ocultarlo, hace esfuerzos para que no se den cuenta el esfuerzo que le cuesta tomar decisiones, se compara con los demás y carece de amor propio. La seguridad en sí mismo es un valor que se adquiere en la infancia con la aceptación, el amor y el reconocimiento de los padres. La carencia de reconocimiento de los padres se vuelve una necesidad, queda un vacío que buscan llenarlo, lo que genera frustración y baja autoestima. Algunos se atrapan en las drogas de todo tipo incluso económicas. Sin darse cuenta adoptan roles para ser reconocidos ante los demás, dispuestos a servir, a llamar la atención. Incluso pueden tener muchos estudios, ser de los mejores estudiantes sin darse cuenta de la necesidad de reconocimiento del inconsciente; desde niño le dijeron que no lograría salir adelante, que su hermano era más inteligente, lo culpaban de todo. Hasta que acepta que tiene una la necesidad que le causa problemas, se revisa a sí mismo, se da cuenta de sus fortalezas y logros cuando se somete a un trabajo terapéutico.
En el caso de las fobias, las alergias, el asma, los problemas con la digestión, los síntomas recurrentes y las visitas constantes al médico, es importante tomar en cuenta los factores psicológicos. Es una creencia generalizada que un fármaco puede resolver un problema sin identificar la causa. En el caso de los trastornos recurrentes en los niños, es importante una revisión al sistema familiar, las discusiones de los padres, los castigos severos, el divorcio que no se concluye los que no ponen límites; los padres inmaduros afectan a sus hijos, los hijos lo reflejan en el bajo rendimiento escolar, en enfermedades psicosomáticas recurrentes y en la adolescencia por el uso de drogas. Cuando les menciono a los padres que sus discusiones afectan la salud de su hijo, algunos no regresan y llevan al niño a terapia individual evadiendo el problema de pareja.
Las cuatro últimas décadas se ha hecho un enfoque sobre el rol que ocupa la mente en la salud y en las conductas. Las actitudes tienen un papel muy importante en el mantenimiento del sistema inmunológico; en la pandemia, la ansiedad por el miedo que causaron las redes sociales y los medios fue crucial para que las personas experimentaran los síntomas, muchas por miedo bajaron considerablemente las defensas. Mi tío, de 90 años, es un hombre muy sano y optimista; enfermó por un enfriamiento, tan seguro e independiente, declaró una profecía “si en quince días no me alivio, me muero” y cumplió la profecía, falleció a los quince días muy consciente, su temor era permanecer entubado.
Está muy arraigada la creencia de los estudios clínicos de laboratorio, quieren que la depresión aparezca en un estudio clínico de sangre o en un aparato. Por un problema de colon irritable gastan en estudios y peregrinan con médicos a ver si les dan un tratamiento para dejar de padecerlo. Se trata de aceptar que el colon es como un radar de las emociones, es el órgano más sensible, un problema digestivo por la alimentación y por el estrés puede ser causa de depresión.
En el intestino se producen neurotransmisores como la serotonina, dopamina y GABA, influyen en el estado de ánimo y la función cognitiva. El 95% de la serotonina se fabrica en el intestino. La microbiota juega un rol importante en la regulación de la actividad del cerebro y las funciones cognitivas. La bacterias son las mediadoras de la comunicación entre los sistemas metabólico, inmune y el nervioso central a través del eje: microbiota-intestino-cerebro. La microbiota intestinal regula la producción, el transporte y el funcionamiento de los neurotransmisores. La disbiosis del microbioma afecta la función cognitiva especialmente en las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, el Parkinson, incluso los trastornos del espectro autista. El abuso de antibióticos, cortisona y otros fármacos afectan la microbiota (la flora intestinal) por lo que afecta el sistema de defensas.
Recomendaciones
- El coraje, la rabia, el rencor son como un ácido dentro de nuestro organismo, afectan al sistema de defensas, obstaculizan el sistema de curación. Acude a terapia para evitar enfermedades tan temibles como el cáncer.
- La voluntad, la confianza en sí mismo y en el sistema inmune tienen un enorme poder en la curación y en mantenerse sano.
- Que tu medicina sea tu alimento y tu alimento sea tu medicina, recomendación sabia del padre de la medicina, Hipócrates. Es un hecho que hoy en día, los alimentos están procesados por lo que es importante ingerir suplementos como; ácido fólico, aceite de aguacate, magnesio, alga espirulina, levadura de cerveza para los veganos, cúrcuma, el ajonjolí contiene calcio, además de vitamina B.
- La chía es una semilla rica en grasas saludables, vitaminas, proteínas y minerales, ayuda a mantener la salud intestinal. Las semillas son ricas en fibras, cuando se remojan forman una especie de gel en el estómago, aumentando el tiempo de digestión de los alimentos y prolongando la saciedad.
* Rosa Chávez Cárdenas es psicóloga, homeópata y terapeuta. Visita su sitio web: www.rosachavez.com.mx Síguela en: https://www.facebook.com/DrRosaChavez y https://www.facebook.com/Tratamientointegral/ Comentarios a la autora: [email protected]