Poda neuronal en la adolescencia
La adolescencia es una etapa del desarrollo, una transición entre dejar de ser niño y adquirir las responsabilidades de los adultos. En este periodo surgen sentimientos y emociones que no saben controlar, cambios de conducta, comportamientos de la cultura y la época.
En la modernidad es más notorio y prolongado el proceso de la adolescencia. Depende de la economía de las familias: en las zonas de bajos recursos los niños pasan de ser niños a ser adultos, los padres necesitan su fuerza de trabajo; en las familias con recursos económicos altos se prolonga porque estudian una carrera, luego una maestría, otros disfrutan de que los padres patrocinen todos sus caprichos. Cuando yo era niña le llamaban la edad de la “choca”, sufrimos el ocultismo, no se hablaba abiertamente de la sexualidad, no teníamos motivación, solo recibíamos críticas y castigos, la obediencia era el valor número uno, de manera que no teníamos el derecho de dar opinión. Nos costó, sobre todo a las mujeres, recuperar la autoestima.
La rebeldía propia de la adolescencia es un proceso cuyo propósito es separarse de la dependencia de los padres, la crisis se incrementa ya que la mayoría de los padres tampoco pasaron bien esta etapa y se “proyectan” con sus hijos. La inteligencia de sus hijos los domina, los padres pierden la autoridad y no son firmes a la hora de poner límites. La falta de autoridad y firmeza es causa de que se atrapen en adicciones y en la búsqueda de placer sin restricciones.
Este proceso tiene una explicación neurológica: los cambios que surgen en el cerebro, descubierta hace poco por investigadores. Ahora podemos entender el proceso que sufren los adolescentes en su forma de pensar, sentir y comportarse. Como si les faltara, también influyen los cambios hormonales que obviamente son los más conocidos: el nacimiento del vello en genitales, axilas, bigote, el cambio de voz, la menstruación en las niñas y las características físicas. Otro proceso agregado es la adaptación al medio ambiente, a su grupo de pares y las responsabilidades que lo preparan para su etapa de adulto.
La poda neuronal hace referencia al proceso por el que se eliminan conexiones sinápticas entre neuronas. Anteriormente se creía que al llegar a la adolescencia el proceso en el cerebro estaba definido, se pensaba que el sistema nervioso ya había terminado su función; sin embargo, las investigaciones recientes en neurociencias muestran que hay zonas en el cerebro que continúan en configuración en la adolescencia y hasta el inicio de la edad adulta, este proceso tiene importantes implicaciones.
¿En qué consiste la poda neuronal?
En los primeros años de vida el número de conexiones neuronales es el doble que el de los adultos, lo que significa que llegan a alcanzar hasta 40 mil nuevas sinapsis por segundo. Sinapsis es la zona de transmisión de impulsos nerviosos eléctricos que se lleva a cabo entre dos células, entre neuronas y también de una neurona a una glándula o célula muscular. Las conexiones neuronales permiten a los bebés y niños adquirir nuevos aprendizajes a medida que exploran el mundo y de acuerdo con la motivación y modelos que reciben de su entorno.
Durante este proceso y hasta los 12-13 años los niños cuentan con más neuronas y sinapsis de las que necesitan. El elevado número de sinapsis se va reduciendo en la etapa de la adolescencia, es el momento que comienza la “poda sináptica”, el proceso dura aproximadamente hasta los 20 años. Por poner un ejemplo, el cerebro en la infancia se vuelve acumulador, en la adolescencia está tan saturado que necesita una limpieza, tirar lo que ya no necesita.
La poda sináptica es un reajuste en el número de neuronas en determinadas áreas, así como de su cableado neuronal. Por esa maravilla bioquímica se van eliminando las conexiones que ya no utiliza y refuerza las que son útiles para su funcionamiento.
Las áreas del cerebro en donde ocurre la poda neural
Inicia en la zona posterior del cerebro, pasa a los lóbulos prefrontales que son los últimos en formarse y luego a los temporales, en estas zonas se lleva a cabo la pérdida de neuronas, la poda neuronal. Tanta sabiduría sorprende, el proceso deja al final la parte prefrontal, el área más evolucionada del cerebro, el centro de las funciones ejecutivas. Esta zona tiene un papel fundamental en el comportamiento de los adolescentes y adultos.
El área prefrontal se encarga de las funciones ejecutivas más importantes: el autocontrol, la memoria para el trabajo, la organización, la planificación, la solución de problemas y la flexibilidad de pensamiento, entre otras. Además, las capacidades primordiales para un adecuado aprendizaje, el desempeño del adolescente y su comportamiento.
Gracias al desarrollo del lóbulo prefrontal se mejoran las conexiones, por ejemplo, en la amígdala, que pertenece al sistema límbico, el centro emocional cerebral, la parte instintiva, esta funciona en automático, gracias a este sistema que nos protege del peligro. Poco a poco va madurando y podrá controlar los impulsos tan conocidos de los adolescentes. En el otro extremo también observamos que muchos adultos se quedan como adolescentes eternos. Los problemas de conducta como la rebeldía, tan característica de esta etapa, tiene que ver con los modelos que observa en su familia, los patrones de conducta se guardan en el inconsciente y se repiten de manera automática.
La historia de José. Cuando niño, siempre estaba solo, su padre los abandonó y su madre tomó el papel de proveedora, tenía que salir a trabajar, al llegar a casa por la noche, tenía que encargarse de los quehaceres de la casa y la comida. A petición de José, su madre le compró un celular, el más sofisticado; José, se la pasa pegado al aparato. Ahora su madre no sabe cómo controlar la adicción de su hijo. Está desesperada, le grita, pero no se le ocurre retirarle el aparato. Por las mañanas, José no quiere despertarse para ir a la escuela. En una ocasión, por la madrugada, su mamá entró a la recámara de José, al verlo con el aparato perdió el control, le quitó el celular y lo aventó por la ventana. Triste historia, no ponen límites hasta que llegan al “límite brutal”.
Recomendaciones
- ¿Qué pueden hacer los padres? Entender el comportamiento del adolescente, no todo es falta de voluntad o rebeldía. Entender la etapa que atraviesan los hijos, ser más tolerantes. Sería bueno que lo entendieran los maestros y directivos en las escuelas, suelen ser intolerantes y los castigan por cualquier nimiedad.
- Al inicio de la adolescencia se observa un “retroceso cognitivo”. Actúan como niños, parecen tontos, pierden la autoestima, les cuesta poner atención, solo atienden lo que les interesa, tienen poca energía y regularmente están de mal humor. Al entender el proceso y la energía que consume el cerebro, tengan empatía con ellos y acompañen en este proceso de cambios. Si el árbol tiene nutrientes dará frutos deliciosos.
- Generar un ambiente de confianza, fomentar el diálogo, los límites y las reglas. Necesitan motivación no solo críticas y rechazo. Ser firmes. También que aprendan a solucionar los conflictos. Necesitan autonomía con responsabilidad.
- No engancharse con los altibajos emocionales, “dejar pasar” la situación, cuando esté calmado, propiciar el dialogo.
* Rosa Chávez Cárdenas es psicóloga, homeópata y terapeuta, contáctala en: [email protected] Visita su sitio web: www.rosachavez.com.mx Síguela en Facebook: https://www.facebook.com/DrRosaChavez y https://www.facebook.com/Tratamientointegral/