El límite brutal

En los sistemas vivos, los límites son la distancia óptima, las reglas implícitas del grupo, el lugar de intercambio y crecimiento, la forma de respetar los derechos para una sana convivencia. En la educación escolar son un aprendizaje indispensable para socializar, adquirir tolerancia a la frustración, cooperación, respeto, control de impulsos y disminuir la violencia escolar.

Cuando era pequeña, a las niñas nos decían ¡cuídate!, pero no nos decían de qué o de quién; tarde entendíamos que de los hombres. Una paradoja, tener que perderles el miedo a la hora de enamorarnos. Los varones no pasaban por esas restricciones; pero, no sabían cómo controlar las hormonas. Hablar de sexo era tema tabú, además, compartían la creencia de que era pecado masturbarse, con tanta confusión, el instinto sexual se salía de control y sin poder contenerse algunos abusaban hasta de sus hermanas.

Los límites

Límites explícitos: son aquellos que están hechos para mantener el orden como el reglamento de vialidad, los reglamentos en la escuela y en la oficina. Las reglas necesitan ser visibles y además incluyen las sanciones por infringirlas. Se enfocan en horarios, respeto entre compañeros, manera de vestir, no respetarlos genera una sanción, una multa y hasta la expulsión de la institución o una demanda en caso de un accidente imprudencial.

 

En la familia los límites se van ajustando conforme a la edad, por ejemplo, los horarios para regresar a casa, la hora de comer, respecto de la economía el límite de gastos se ajusta al salario del proveedor. Otros límites se ajustan a la religión, idioma, costumbres.

Límites implícitos: aquello que culturalmente compartimos en el inconsciente. La edad para casarse, el número de hijos, el respeto a las figuras de autoridad, los valores como la fidelidad, la lealtad, la honestidad, el respeto a los padres, entre otros. Muchas de las costumbres han cambiado en los tiempos modernos, lo que para una familia es un valor, para otra ya no lo es y esto puede ser motivo de conflictos. Por ejemplo, las costumbres en cuanto a la religión diferente de los cónyuges.

Adaptarse a los límites

Para mantener el orden los sistemas tienen que poner reglas que nos permitan convivir en armonía; estar rodeados de estímulos incrementa el estrés que podemos controlar, lo que puede provocar desatención e impulsividad. Incluso los animales respetan el orden y el territorio, las especies que deciden prescindir de las relaciones y actúan de manera rapaz y voraz tienden a extinguirse; la violencia y el descontrol rompe el equilibrio. El individuo es gregario, no pueden sobrevivir sin los demás, de manera que el crecimiento se realiza plenamente en función y en relación con otros.

 

Desde el nacimiento, el ser humano necesita ajustarse a los límites. Cuando el bebé nace, no tiene control de sus estímulos, llora sin poder distinguir sus necesidades, los padres primerizos se angustian pensando que tiene hambre y lo alimentan a la libre demanda, bajo este sistema padece de reflujo; el ácido clorhídrico que sube irrita los bronquios, le causa inflamación, además de infecciones al sistema respiratorio. Hasta que lo someten a horarios, así, adquiere tolerancia a la frustración.

 

En la convivencia diaria vemos la necesidad de poner límites: el abuso de confianza y la ingenuidad para dejarse envolver por expertos defraudadores, problemas a los que nos enfrentamos todos los días. A muchas personas les cuesta poner límites, se sienten culpables, sobre todo con familiares y amigos; se dejan envolver por seductores con préstamos, fraudes, abusos de confianza.

 

El límite brutal

Esta es una muestra de casos que llevaron a las personas al límite brutal por no saber poner límite.

 

  • Lupita es tan buena que no sabe decir que no, siempre está disponible para hacer favores. Lety, su amiga, es compradora compulsiva, no hay dinero que le rinda. De nuevo le pidió prestado asegurando que le pagaría en la quincena. Lupita le recordó que no le había pagado el otro préstamo desde Navidad. “Te prometo que ahora si te voy a pagar lo que te debo”. No pudo negarse. Ya pasaron seis meses y ni siquiera le contesta el teléfono.
  • Luis se queja sin poder evitarlo: en cada salida al antro los amigos se hacen los desentendidos, siempre termina pagando la cuenta y ninguno le coopera ni para la gasolina.
  • La cuñada de Tere llegó del pueblo, se queda tres meses sin ser invitada; no coopera ni se acomide con los quehaceres de la casa, incluso, cuando se retira se lleva hasta las toallas.
  • Mary conoció a Oscar en unas vacaciones, una semana muy intensa, parecía amor a primera vista. Le propuso vivir en su casa y que la apoyara en su negocio. Oscar aceptó de inmediato. En unas semanas se dio cuenta que le gustaba beber, los conflictos se intensificaron, hasta que descubrió que le había robado una buena suma de dinero.

El límite brutal es un impulso, una emoción que se sale del control. Niños y adultos, aguantan y aguantan, reprimen emociones, el coraje, de manera que permiten abusos hasta que un día, como un volcán en erupción, sale lo reprimido como flecha disparada: con una enfermedad o un límite brutal. En las historias anteriores: Mary, al descubrir que Oscar le robó su dinero, tomó una de botella y se la quebró en la cabeza, ahora enfrenta cargos por agresión. Tere, cansada del abuso de la cuñada, aventó su ropa a la calle y la corrió de su casa; la cuñada, en plan de víctima, contó su versión y Tere resultó la mala de la historia. Lupita, al no tener respuesta de su amiga fue a buscarla a su casa, argumentó que no tenía dinero y no sabía cuándo podía pagarle; Lupita no pudo contenerse, perdió el control, rompió lo que tenía enfrente, Lety la denunció y ahora enfrenta cargos por agresión al no tener comprobantes del dinero que había prestado. Lety publicó las fotografías en las redes sociales y Lupita quedó como agresora, hasta perdió su dinero.

Recomendaciones

  • Di lo que sientas o esos silencios te harán ruido toda la vida.
  • Enseñen a sus hijos a no tolerar abusos, es la manera de evitar el bullying.
  • No se trata de ser egoístas, es necesario tomar consciencia para no sufrir abusos.
  • La baja autoestima y la falta de seguridad en sí mismo, son un obstáculo para poner límites.
  • En terapia se resuelve la falta de confianza y la dificultad para poner límites. En el trabajo pueden recibir apoyo de un especialista en estos temas.

 

* Dra. Rosa Chávez Cárdenas es psicóloga, homeópata y terapeuta, contáctala en: www.rosachavez.com.mx [email protected] https://twitter.com/DrRosaCh https://www.facebook.com/Tratamientointegral/

 

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