Bebidas energetizantes y la escuela

Si cada vez que te preparas para la temporada de exámenes, recurres a consumir bebidas energetizantes mezcladas con algún otro truco aparentemente inofensivo, con la única idea de mantenerte alerta y activar tu cerebro para poder cumplir con este periodo, vale la pena que conozcas los efectos que esto te ocasiona y que en algún momento, puede pasarte una alta factura por cobrar.

Por: Mónica Rodríguez

Algunas de las sustancias que se combinan con estas bebidas son por ejemplo el ginkgo biloba, la cafeína y la glucosa, que mezcladas tienen el objetivo de eliminar la sensación de agotamiento, pero como explica el doctor Juan José Rodríguez, miembro del Hospital Español, estas son las verdaderas acciones de estos componentes: “la cafeína es una sustancia psicoactiva que provoca el bloqueo del sistema nervioso central e inhibe la adenosina, una sustancia que libera los neurotransmisores de la tranquilidad, lo cual genera una sensación de ansiedad. Además de elevar los niveles de dopamina y de noradrenalina fuera de la célula, estas sustancias incrementan la concentración, pero sin control, representan el riesgo de elevar la presión arterial; mientas que la glucosa (azúcar) proporciona energía al cuerpo, pero no eliminan la fatiga muscular ni el agotamiento como tal”.

El especialista afirma que en los jóvenes, el consumo frecuente de este tipo de bebidas les provoca dependencia social, estrés, cansancio físico, insomnio, entre otras consecuencias, ya que gran parte de los energizantes proporcionan fisiológicamente padecimientos similares a las personas que consumen drogas en una etapa de desintoxicación, como sudoración, palpitaciones y taquicardia, insomnio, aumento de la presión arterial, arritmias e incluso ataques cardiovasculares, esto por la dependencia y el consumo frecuente de las bebidas.

Una ayudadita…

Es cierto que a veces, por un descuido, puedes dejar en segundo término el estudio y de pronto el tiempo ya te ha superado al grado de que lo único que queda por hacer es un esfuerzo extremo, pero si ya estás en ese momento, es mejor recurrir a otras medidas, como las que a continuación te proponemos:

• Date un tiempo: para preparar un buen examen no es necesario estudiar una noche antes. Tómate de 10 a 20 minutos diarios para repasar lo visto en clases, pero sobre todo, respeta este tiempo de estudio para logar mejores resultados.
• Lugar de estudio: tener un lugar de estudio limpio y organizado, te permitirá lograr una mayor concentración y te ayudará a administrar mejor tú tiempo.
• Evalúa tus compromisos: si tiene una fiesta y sabes que al día siguiente presentarás un examen, evalúa que es más importante en ese momento; dejar pasar la fiesta y optar por estudiar, te brindará mayor concentración y satisfacción personal, ya que fiestas hay muchas y una buena nota en tu examen no es exclusiva de la gente que no sale de fiesta.
• Mapas: utiliza mapas conceptuales o mentales, estos te ayudarán a mejor tu capacidad de concentración y entendimiento en tus clases.
• Grupos de estudio: organiza un grupo de estudio con tus amigos verás que no son tan aburridos como lo parece e incluso pueden apoyarse a explicar un tema difícil o que no entiendan y de esta manera tanto tú y tus amigos repasaran de una forma tan efectiva y divertida.

Para estudiar, rodéate de elementos que realmente te ayuden a obtener nuevos conocimientos y a conservarlos vigentes. En realidad, de nada sirve una noche intensa de aprendizaje, que se borrarán tan pronto hagas tu examen.

* Mónica Rodríguez, contáctala en www.sermexico.org.mx [email protected]