¡Adiós al sudor excesivo!
La transpiración es un proceso necesario porque ayuda al cuerpo a regular su temperatura, controlada por el sistema nervioso autónomo, mismo que regula procesos como la respiración o el ritmo cardiaco. La transpiración es algo natural, pero no si se presenta en exceso.
Eventos como el hecho de tener las manos húmedas todo el tiempo, tener que llevar una muda extra de ropa debido a que se moja por el exceso de sudor o un pañuelo para secar frente y cuello después de estar expuesto al calor, pueden ser síntomas de hiperhidrosis, un padecimiento que se caracteriza por la transpiración excesiva, que puede tener su origen a nivel psicológico o ser indicio de una enfermedad más delicada.
La doctora Elsa Campos Díaz, dermatóloga del Hospital General Regional número 25, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), describe que la hiperhidrosis puede ser primaria, de causas emocionales o desconocidas, o secundaria, debida a una enfermedad de mayor cuidado como pueden ser la diabetes, algún tumor, enfermedades de tiroides o de las glándulas suprarrenales.
Además de la sudoración excesiva también se presentan síntomas como comezón, ardor, irritación o piel macerada (ablandada) a causa de la humedad constante. Ante esta sintomatología lo más recomendable es acudir con el médico especialista, que en estos casos es el dermatólogo.
La respuesta terapéutica
El punto de partida para tratar este padecimiento es obtener un diagnóstico preciso. La doctora Campos Díaz hace hincapié en que los procedimientos a seguir solamente pueden ser prescritos por el médico, porque dependiendo de la gravedad de cada caso se manejan sustancias y procedimientos complejos que sólo él puede regular con base en la respuesta del paciente en las distintas fases terapéuticas.
El tratamiento va de menos a más. De inicio se usan productos tópicos, como antitranspirantes con cloruro de aluminio o terapias farmacológicas a base de clonidina o glicopirrolato, sustancias que pueden inhibir la producción excesiva de sudor. La iontoforesis también ayuda, consiste en que el paciente introduce las manos en un medio acuoso y a través de él recibe descargas eléctricas que disminuyen la sudoración. En el caso del uso de bótox, éste se aplica en las áreas afectadas y se logra el control de la transpiración por seis, siete u ocho meses.
La especialista puntualiza que también existe la simpactectomía, una cirugía para controlar este padecimiento. “Es una laparoscopía de tórax que limita la sudoración de por vida. Sin embargo, puede tener efectos secundarios, como alteraciones del pulso, dolor muscular o la condición de que al disminuir la transpiración en la cara, axilas, manos o pies, ésta aumente en áreas como la espalda, abdomen o piernas, por la necesidad del cuerpo de termorregularse”.
La experta señala que cuando esta afección está presente, la calidad de vida de las personas se ve disminuida por conductas emocionales como el aislamiento social, originado por la permanente humedad en la ropa y el mal olor corporal. Uno de los aspectos más importantes de atender la hiperhidrosis es evitar las infecciones por hongos y lograr la mejoría de los síntomas, lo que restablecerá la autoestima del paciente.
* Verónica Piña Jarillo, contáctala en www.sermexico.org.mx [email protected]