Cómo salir adelante cuando no te gusta estudiar
¿Últimamente has dicho alguna de estas frases: No me gusta la escuela o yo no sirvo para estudiar? Si es así, quizá has perdido la motivación para prepararte académicamente, conseguir un título universitario o concluir un ciclo escolar.
Por: Fabián Rodríguez
La primera recomendación es que mantengas una actitud flexible y dispuesta a encontrar opciones de preparación que sí te interesen antes de tomar una decisión precipitada y riesgosa que signifique abandonar tus estudios.
Martha Noemí López, psicóloga del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), explica que “conocer nuestras destrezas, gustos y aptitudes es imprescindible, si cuando estamos estudiando nos preguntamos ¿en qué somos buenos? o ¿qué me gusta hacer?, nos daremos cuenta del abanico de posibilidades que tenemos enfrente. Así, se podrán explotar mejor las propias capacidades y encontrar algo acorde al desarrollo personal de interés”.
¿Para dónde voy?
Existen un sinnúmero de universidades, tanto públicas como privadas, que ofrecen una amplia gama de carreras en muchos ámbitos de estudio. ¿Te imaginas trabajar como buzo marino, pilotear un avión, hacer robots o adentrarte al mundo de la gastronomía?
También hay oficios y carreras técnicas que pueden ser estudiados y darte la respuesta a lo que estás buscando, el abanico de posibilidades es ilimitado, el secreto está en encontrar aquello que te haga feliz, realice y sí te apasione.
Dedica tiempo a investigar qué te gustaría hacer y mantén una actitud dispuesta a la búsqueda, ya que no entrarás con prejuicios a informarte sobre una u otra materia. Además, míralo de esta forma, el autoconocimiento te ayudará a dar pasos firmes hacia la confianza en ti mismo, así como a tener más elementos para una mejor toma de decisiones.
Martha Noemí López recomienda continuar con la preparación, sea esta cual sea, para abrirse paso en la vida y enfatiza: “Para una persona, el costo de no prepararse en alguna materia es alto, ya que le será muy difícil sostener la búsqueda de un empleo que le implique crecimiento y realización; puede también perder la oportunidad de hallar en él, el conocimiento sobre las propias cualidades que podrá utilizar para lograr día con día la superación personal”.
Si eres bueno en algo o te apasiona una actividad, busca un camino que te lleve a explotar esa condición. Por ejemplo, si te gustan los autos, averigua cuáles opciones existen en ese campo como pueden ser el diseño, armado, compostura, arreglo, ventas, etcétera; el universo de actividades relacionadas a esto es enorme.
No te rindas
Acércate a orientadores vocacionales, quienes podrán guiarte sobre tus destrezas y afinidades; también te darán información para que descubras en qué carreras, profesiones u oficios podrás fluir como pez en el agua.
No permitas que la falta de conocimiento sobre la oferta del mundo académico y laboral limite tu desarrollo y formación. Así, que la siguiente vez que pienses que ‘no eres bueno para la escuela’, pregúntate qué es lo que pasa, averigua si es falta de esfuerzo y estudio el problema o, bien, necesitas abrir más tus ojos y explorar nuevos horizontes que te motiven a sacar provecho de tus talentos.
* Fabián Rodríguez, contáctala en www.sermexico.org.mx [email protected]