Silver Linings Playbook (2012)

Publicado por Tomás Alatriste en viernes, febrero 22, 2013 · Deja tus Comentarios

“Este loco se va con otra loca”, es una línea de la rola Nos sobran los motivos, del maestro Sabina. Sí, fue lo primero que me pasó por la cabeza una vez que vi la película Silver Linings Playbook, del director norteamericano David O. Rossell que adapta de la novela homónima de Mathew Quick.

Pat (Bradley Cooper) tiene un trastorno metal: bipolaridad, se la diagnostican después de golpear al amante de su esposa; tras este incidente es hospitalizado en un psiquiátrico para ser atendido. Ocho meses después lo dan de alta, él está consciente que debe continuar con su vida, a pesar de que ya perdió todo lo que tenía, aún así debe reinsertarse a la sociedad y controlar su enfermedad para recuperar a su esposa.

Pat se va a vivir a la casa de sus padres, Pat Sr. (Robert DeNiro) y Dolores (Jacki Weaver), quienes evitan a toda costa cualquier comentario sobre Nikki, la ex de Pat, porque temen que eso lo haga recaer en su enfermedad; sin embargo, todo lo que él hace es con el fin de recuperarla.

En una cita arreglada, Pat conoce a Tiffany (Jennifer Lawrence), la cuñada de su mejor amigo. Tiffany también está pasando por una etapa complicada, la muerte repentina de su esposo la llevó a una depresión que la hizo tener sexo con todos los compañeros de su oficina, motivo por el cual fue despedida y tratada con medicamentos para controlar su depresión. En la cena ellos hablan poco de sí mismos, pero discuten con singularidad de los medicamentos que han tomado y los efectos que los hacen sentir.

Hay química entre ellos, aunque Pat está concentrado en recuperar a su esposa, por lo que rechaza cualquier indicio de una relación; además, él pretende establecer contacto con Nikki, a pesar de la restricción que existe de no acercarse a ella, por lo que Tiffany se ofrece a ayudarlo. Ella va a entregar una carta a Nikki, a cambio le pide a Pat que participen en un concurso de baile, en el que siempre ha querido competir.

Renuente al principio, pero con más interés después, Pat dedica tiempo para ensayar la coreografía del baile. Para Tiffany el baile es como una tabla de salvación en su mundo caótico y perturbado. Pat descubre que el baile también lo mantiene más equilibrado y sin los ataques contrastantes de la bipolaridad, hay química entre ellos.

Por otra lado, el padre de Pat es un fanático del football, un apostador compulsivo y supersticioso que cree que no dedicó el tiempo suficiente a su hijo y que esa puede ser la causa de su enfermedad. Ahora que él está en casa quiere que vean todos los partidos con el fin de pasar un rato juntos, la realidad es que Pat Sr. está convencido de que su hijo le da buena suerte para que gane su equipo favorito, los Eagles; por esta razón, lo obliga a ir a un partido con su hermano y sus amigos, Pat ya estaba comprometido con Tiffany para el ensayo y falta a su promesa, la ida al partido termina en una trifulca y todo sale mal.

Tiffany está molesta y el padre de Pat decepcionado, el único que sale ganando es Randy (Paul Herman) con las ganancias de la apuesta del partido. Después de una discusión acalorada acuerdan una apuesta doble, los Eagles de Pat Sr., contra los Cowboys de Randy, y 5 puntos de calificación en la competencia de baile, si pierden los Eagles y no sacan 5 puntos, el padre de Pat pierde un restaurante y todo lo que tiene.

La apuesta parece una locura, además, los dos eventos se llevan a cabo el mismo día. Pat no quiere participar, pero Tiffany y los padres de él acuerdan que le van a mentir, diciéndole que Nikki va a estar en la competencia, así ella va a comprobar que él está controlado y que pueden volver a estar juntos. Sin embargo, Nikki sí se presenta, lo que ocasiona un desajuste en todo lo planeado.

La cinta está catalogada como un drama y comedia romántica; yo me quedaría solo con la comedia romántica ya que el drama de la bipolaridad y la depresión queda en un segundo plano, sí, claro, están las secuencias llenas de optimismo que se contraponen con los arranques de locura provocadas por las enfermedades, pero creo que ganan las escenas de humor como las fugas de Danny, otro enfermo mental, del hospital psiquiátrico. O el constante asedio de un adolescente que pretende hacer una investigación sobre enfermedades mentales y la presencia del oficial de policía que está cerca de Pat y lo amenaza con regresarlo al hospital, y la misma relación extraña entre Pat y Tiffany, dos locos que se entienden a la perfección.

Cabe decir que Silver Linings Playbook participa en diferentes categorías en la 85ª entrega de los “Premios Oscar” de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood, estoy seguro que la van a disfrutar.

* Tomás Alatriste, contáctalo en [email protected]

FICHA TÉCNICA