Las amigas: alimento para el alma
reunidas en una tertulia que han organizado para platicar sobre cómo han
estado. Cada una va tomando la palabra para compartir sus últimas experiencias.
Entonces, toca el turno a Mona, quien después de un intenso relato, declara:
“Yo no creo en la amistad entre mujeres”. Todas se quedan heladas.
resulte sorprendente, es una realidad que existen cientos de féminas con esa
creencia. “Esto viene de un discurso que se ha construido desde una lógica
donde lo femenino es devaluado, es una idea descalificatoria que también
nosotras hemos incorporado y que nos lleva a pensar que es cierto”, explica la
maestra Elsa Guevara, profesora titular de Psicología de la Facultad de
Estudios Superiores Zaragoza y del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias
en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México.
La especialista
indica que las mujeres han tenido muchas dificultades para relacionarse unas
con otras porque están subordinadas a esquemas de autoridad de los hombres,
sean padres, familiares, parejas o jefes.
En ese sentido,
tienden a verse como rivales en todos los ámbitos, desde las relaciones
interpersonales hasta el trabajo. Dichas rivalidades son provocadas
principalmente porque ellas compiten por el reconocimiento de los varones.
“Aunque no lo digamos, en términos cotidianos hemos asimilado que nos tenemos
que cuidar de la otra porque nos puede quitar el amor, la atención o el
reconocimiento del hombre”, señala la maestra Guevara.
Sin embargo, la
amistad entre el sexo femenino no sólo es posible, sino que además es una de
las mayores herramientas de empoderamiento, apoyo y crecimiento que existen,
pues cuando son unidas aprenden a evolucionar juntas.
Para derribar
estas creencias y establecer relaciones sanas de amor y afecto con otras, es
necesario empezar a desmentir estos mitos, valorar la cualidad femenina y
difundir precisamente la cara positiva. “Si se logra romper ese esquema, se
encuentra en las amigas una fuente muy valiosa de apoyo, solidaridad y
empatía”, asegura Elsa Guevara.
Asimismo, la
maestra en Psicología comenta que para que se dé este vínculo es fundamental
que haya buena comunicación, sobre todo cuando hay malentendidos. “No hemos
desarrollado las habilidades para enfrentarnos y hablar serenamente de nuestras
diferencias y de las cosas que nos lastiman. Tampoco nos damos la oportunidad
de reconciliarnos cuando tenemos problemas”, apunta.
De igual forma, es
importante procurar un espacio para ellas, porque a veces se le brinda más
importancia a la pareja, la familia o el trabajo. Elsa Guevara sugiere dar a
cada uno su lugar. “Hay que trabajar esa parte de nosotras que nos permita
reconciliarnos y replantear nuestra posición frente a todos esos mitos”,
enfatiza.
Las amigas son
tesoros que se deben cuidar. Hay que quererlas, procurarlas, escucharlas,
apoyarlas sinceramente, así como nutrirlas y disfrutarlas. Ellas serán
compañeras a lo largo de la vida y cómplices de miles de aventuras.
Finalmente, hay
que apreciar una de sus más grandes cualidades: han aprendido a dar apoyo
emocional. “Sabemos cuándo escuchar, cuándo sólo dar un abrazo o cuándo
hablar”, concluye la maestra Elsa Guevara. Esta virtud es sin duda la que
distingue la amistad entre mujeres, la cual hace que tenerlas y conservarlas
valga aún más la pena.
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Fotografía
Barrera & Fitch
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* Barbrha Ibáñez V., contáctalo
en www.sermexico.org.mx,
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