La paciencia del bambú
La paciencia podría
ser la cualidad que te ayude a alcanzar lo que más anhelas. ¿Quieres saber
cómo?
Existe, dentro de una
antología de cuentos sufíes una historia que nos invita a reflexionar sobre el
sentido de la paciencia: un agricultor siembra una semilla de bambú, la abona y
se ocupa de regarla constantemente. Durante los primeros seis años no sucede
nada apreciable y el hombre, inexperto, se desespera y llega a dudar si la
semilla fue realmente fértil. No obstante, durante el séptimo año, en sólo seis
semanas, la planta crece ¡más de treinta metros!
Aunque, aparentemente, el bambú estuvo en inactividad un largo
periodo, la realidad es que trabajó arduamente bajo la tierra para crear las
raíces que le servirían como cimiento para desarrollarse plenamente.
Como podemos observar, la paciencia es la virtud de mantener la calma
ante la adversidad. En la vida diaria, realizamos tantas actividades y tratamos
de enfrentar las dificultades tan de prisa que no nos detenemos a pensar que
los logros más trascendentes son consecuencia de un crecimiento interior
profundo y sosegado.
Según Tarthang Tulku, autor de “El camino de la mente libre, la falta
de paciencia elementos que debilitan tanto el cuerpo como la mente”, cuando perseguimos con urgencia una
meta, nuestra respiración se acelera y se entrecorta, los movimientos son
imprecisos y los pensamientos quedan fuera de control. Al correr de aquí para
allá, podemos cometer demasiados errores y si no logramos lo que nos habíamos
propuesto, empezamos a experimentar ansiedad y a desanimarnos.
En consecuencia, nuestro potencial para la acción inteligente y
positiva queda neutralizado. Perdemos confianza y nos volvemos vulnerables. La
impaciencia traiciona los esfuerzos hechos y puede llegar a persuadirnos de
abandonarlo todo, justo cuando nos acercamos a la meta.
En cambio, la suave y complaciente energía de la paciencia puede
llevarnos a aceptar, valorar y trabajar con la propia experiencia, ya sea
positiva o negativa, en vez de luchar en su contra. Nos permite tornar las
dificultades a nuestro favor. Es posible que nos sintamos malhumorados,
indecisos o críticos, pero gracias a este valor seremos capaces de tolerar
todo, protegiéndonos en un nivel profundo de nuestro ser.
Algunas recomendaciones
Para evitar
impacientarnos en un momento crítico, el maestro Tarthang Tulku recomienda
algunas acciones específicas:
· Dar un paseo a un sitio alto, donde el aire sea
más puro y fresco con el fin de que este ambiente promueva una tranquila y
hermosa atmósfera en nuestro interior.
· Elegir un color de nuestro agrado y permitirnos
disfrutar sus cualidades. Evocar dicho color en nuestra conciencia nos ayudará
a disminuir la ansiedad.
· Llenar nuestra mente con imágenes de flores,
obras de arte u otros objetos bellos con el fin de que sus diferentes formas y
tonalidades transformen la cualidad fragmentada de la impaciencia, en una
energía agradable.
Para el escritor tibetano, la paciencia es el ingrediente secreto que
enriquece la vida. Nos concede tiempo para valorar la experiencia, así como
para profundizar la relación que establecemos con el entorno. Es una virtud que
irradia una actitud amigable que va desde el corazón hacia las relaciones
interpersonales, produciendo efectos positivos en nuestra existencia.
Si no conseguimos lo que anhelamos, no desesperemos pues quizá, al
igual que los bambúes, sólo estemos construyendo los cimientos que nos ayudarán
a florecer.
Fuentes
· Cuentos sufíes: Islam y Al-Andalus. Publicaciones
de la Yama’a Islámica de Al-Andalus. Liga Morisca. Recopilación de Juan
Bautista Pirio Pérez. Copyright 2006. www.islamyal-andalus.org/.
· Tulku, Tarthang: El camino de la mente libre.
Grupo editorial Pax (Colección BODHI). México D.F., 1999.