Introvertido – Extrovertido
La personalidad se mueve en dos direcciones diferentes: extrovertidos e introvertidos. Polos opuestos dispuestos a atraerse.
Los extrovertidos se mueven en dirección de la gente, hacia el mundo objetivo y a una vida centrada en la acción. Los introvertidos se mueven en dirección opuesta, su mundo es tranquilo, lejos de la gente, es decir hacia su interior; sus sueños y aspiraciones en forma de fantasías, representan su deseo de ser más franco y directo en el contacto con las personas.
El introvertido tiene que luchar en contra de la supervaloración que da nuestra sociedad a los extrovertidos. La extraversión se impone en Occidente, mientras que la introversión ha sido el enfoque del Oriente durante millones de años.
Antes de casarse, María y José se entendían a la perfección; ella, sumamente social y extrovertida, en cada encuentro con el amado le compartía a detalle todas las actividades del día, además de realizarle varias llamadas por telefónicas. José la escuchaba embelesado sin perder la atención; sus encuentros con la amada eran de lo más placenteros para él. Tiempo después de casados, los opuestos que tanto disfrutaban causaron conflictos: las presiones económicas dejaron ver las diferencias. José se encerraba en sí mismo, al grado de molestarle la cercanía de Mary. Ella presionaba preguntando si estaba enamorado de otra. La relación se polarizó de tal manera que las diferencias que los complementan resultaron la causa de su fracaso.
A los introvertidos les limita la capacidad o voluntad de expresarse exteriormente. Como la actividad que desarrollan está proyectada hacia adentro, no aparecerán de puertas afuera más que con reservas. Para los que los rodean parecen vacíos, fríos o chocantes. En una sociedad tan llena de prejuicios y apasionamientos, el introvertido no puede dejar de sentirse presionado porque tiene que buscar su verdadero sentido de ser con sus valores internos, no con los del mundo exterior. Sin embargo, el silencio le permite tomar en cuenta muchos más detalles con el pensamiento, con sus sensaciones y su intuición.
Los extrovertidos en nuestra cultura se sienten como pez en el agua ya que vivimos bajo el lema: “El que tiene más saliva traga más pinole”. Desde pequeños son los simpáticos, dicharacheros, bromistas, el foco de atención, por lo que se da a entender que ese, es un gran valor. La mayoría de las profesiones necesitan extrovertidos, incluso la más introspectiva de las ciencias, la psicoterapia, tiene una orientación decididamente extrovertida. El extrovertido está orientado hacia las metas, se proyecta hacia afuera en todos los sentidos de la palabra. A los extrovertidos los encontramos en la política, en el medio artístico, en los medios de comunicación y en las ventas de cualquier objeto, incluso de mentiras.
El doctor García es tan amable con sus pacientes, que su familia no puede entender cómo en su casa es tan retraído que hasta les cuesta trabajo comunicarse con él. Esta ambivalencia es causa de muchas peleas con su pareja; él discute que ella reclama con tanta insistencia que no le permite hablar. En la terapia se dieron cuenta que él se desgasta en demasía en su trabajo mostrándose extrovertido, razón por la cual llega a casa debilitado.
El verbo de los extravertidos es tan seductor que atrapa en las promesas de lo que no se puede cumplir. Las promesas de los políticos de lo que no van a poder cumplir, los falsos profetas de las pseudo religiones o las sectas.
Cuando las parejas están en crisis, los reclamos están a la orden del día sobre lo que ha cambiado en su relación, sin darse cuenta que no ha cambiado, sino que ha terminado la fantasía de la mente, se saca a la luz todo lo que no se vio. Cuando surge el enamoramiento, la pareja se encuentra en un estado alterado de la conciencia, es decir fuera de la realidad.
Ninguno de estos opuestos es bueno o malo; la dificultad surge de la convivencia diaria, de que en lugar de aprovechar la energía de complementarse se hacen cada vez tan opuestos que se rechazan.
El enamoramiento en nuestra cultura tiene varias características:
– Está dado por opuestos que se atraen y que dan energía como: introvertido extrovertido; pasivo, activo.
– Fluye en ambas direcciones.
– Es inconsciente.
Recomendaciones
El Introvertido corre el peligro de perderse en su mundo interior y el extravertido de extraviarse en el mundo exterior.
Tanto uno como otro deben dirigir sus ojos síquicos en dirección del opuesto.
La familia desde que la infancia de los pequeños debe respetar su personalidad, no imponer ni rechazar.
Tolerancia. Respetar los tiempos para que los introvertidos externen su opinión sintiendo confianza de poder hablar sin miedo al rechazo.
Los extrovertidos tienen que aprender a escuchar, tanto a sí mismos como a los otros.
Los adjetivos calificativos como “el mudo” en los introvertidos, es una grave falta de respeto.