¿Quiero ser una súper mujer?
Los hijos, las clases, el trabajo, el hogar, son un conjunto de retos para destacar y demostrar que todo puede fluir perfecto. Pero, qué eres ¿una madre o una máquina de orden y perfección que busca satisfacer sus irreales pretensiones?
Actualmente, ser madre no es una tarea tan fácil, aunque el número de hijos sea menor, la mujer se ha integrado de golpe a una sociedad mucho más competitiva y productiva —en el área laboral— lo cual la obliga a cumplir una gran lista de actividades entre el hogar, la educación y el trabajo.
¡Mi vida es admirable!
Yo soy esa mujer que tiene a sus hijos en una escuela que además de ser bilingüe inculca verdaderos valores; por las tardes los llevo a clases de natación, ballet y con su maestro de música y siempre estoy al pendiente de las tareas y los materiales que necesitan en estas instituciones. Por otro lado, en mi trabajo cuido mi imagen y tengo todos mis pendientes laborales organizados: juntas, entregas y cursos profesionales externos; asisto a un curso de cocina mediterránea —ya que es la más sana— y no olvido tomar el complemento vitamínico que se encuentra en boga. Dentro del hogar, es indispensable para mí tener la casa limpia, la ropa ordenada, la decoración bonita y en la alacena los productos esenciales para que los niños tengan una alimentación adecuada y, claro, me mantengo al pendiente de la fruta de temporada porque es la que da los nutrientes ideales al organismo. Todo esto y más lo puede realizar, perfecto, una superwoman.
Uno de los nuevos males
Síndrome de la superwoman, es así como se le nombra a esta nueva epidemia silenciosa que puede estar pasando inadvertida y podría llegar a convertirse en una auténtica alarma social. Comúnmente son las mujeres casadas y con hijos quienes tienen este perfil, no obstante, también se da el caso en mujeres independientes que viven solas. Las súper mujeres por lo general son aquellas que aunque no puedan, quieren hacerlo todo y sin errores.
Se exigen demasiado a sí mismas y buscan encontrar lo ideal sin margen de error en su vida laboral, matrimonial, maternal y, en particular, dentro de su hogar. Son mujeres que no saben decir “No”, y se ven motivadas a seguir adelante para conseguir éxito en todos los roles de su vida. Quieren ser el prototipo ideal de que todo se puede lograr en esta vida y marcar la pauta como una mujer fuera de serie. Se podría describir como una combinación de ideas y costumbres de la esposas de la década de los cincuenta, conjugadas con las nuevas propuestas de la emancipación de las mujeres de hoy que son profesionistas y que económicamente pueden llegar a ser independientes. En conclusión pueden hacerlo todo y se sienten responsables de todo.
Todo está perfecto, pero…
Este mal ya es conocido en ciudades europeas y es uno de los diez factores que más estrés está desencadenando. Uno de los focos rojos de este padecimiento es el insomnio, ansiedad y depresión, resultados por obsesionarse con algo tan irreal como la perfección.
Debe ser difícil querer hacerlo todo bien sin perder el nivel obtenido para ser tratada como un ejemplo; pero, también hay que comprender que este síndrome silencioso afecta los días con tensiones musculares, dolores de cabeza, náuseas y mareos. Lo ideal es aprender a organizar mejor el tiempo, delegar responsabilidades, establecer prioridades, aprender a decir “No” y ser realista con las metas y objetivos. Estas mujeres deben darse cuenta de que la imperfección es parte del ser humano.
¿Quieres ser una súper mujer?
Es necesario decir que no existe ni la madre ni la mujer que pueda hacerlo todo perfectamente bien, y si las hay, las consecuencias las pagaran muy caro. En estos casos, la perfección puede ser vista por los demás, pero una súper mujer no verá los resultados.
Los hijos de estas madres pierden la oportunidad de compartir con ellas momentos que podrían ser inolvidables e irremplazables como deleitarse con un día de ocio, jugar a darse con las almohadas, bañarse con la manguera, disfrutar un día de campo, etcétera, pues estarán ocupadas en actividades que les resultan mucho más importantes.
Dentro de lo social, las personas muestran mayor estima y afecto por quien sabe reírse de sus equivocaciones e imperfecciones logrando identificarse con ellas, ya que resulta difícil convivir con un ser sobrenatural que nunca se equivoca.
Una verdadera mujer sabe reconocer sus límites y está consciente de la imposibilidad de hacerlo todo, es honesta y sabe pedir ayuda. Lo que verdaderamente necesita una familia es una madre.