Alimentos Vs. Enfermedades
Para disfrutar de una vida saludable y poner un alto a todas las enfermedades comunes contamos con grandes aliados naturales, ¿quieres conocerlos? Te sorprenderá saber que muchos de ellos ya están en tu dieta.
Una alimentación adecuada puede librarnos de resfriados inoportunos, dolores de huesos, enfermedades relacionadas con el corazón, afecciones estomacales y hasta reducir considerablemente el riesgo de contraer cáncer. Antes de buscar pastillas en el botiquín, llena tu despensa con estos alimentos milagrosos y disfruta de sus beneficios.
Aceite de oliva: el escudo del corazón. Rico en grasas ‘amigas’ monoinsaturadas, protege el corazón, reduce el colesterol y mantiene las arterias saludables. La vitamina E lo convierte en un poderoso antioxidante que previene el cáncer y el envejecimiento.
Ajo: ¡fuera el catarro! sería el eslogan de este peculiar alimento que refuerza nuestras defensas, estimula la producción de glóbulos blancos, produce enzimas que previenen el cáncer, mejora la circulación y nos libra de los catarros y enfermedades bronquiales.
Apio: es el vigilante de la presión arterial. Contiene una sustancia que se encarga de cumplir esta función y reduce la acumulación de líquidos, alivia reumas, artritis y gota, y tiene propiedades tranquilizantes y antiéstres.
Cebolla: para respirar a gusto. Rica en sulfuro, querticina y vitamina C; posee propiedades descongestivas y antiinflamatorias. Previene los coágulos de la sangre, es antibacteriana y ataja a tiempo los problemas respiratorios.
Espinaca: la verdura de las embarazadas. Obligatoria para ellas debido a su alto contenido en ácido fólico. Buena para la vista, y gracias a sus altas dosis de clorofila, combate la anemia y el agotamiento mental.
Kiwi: un laxante suave y efectivo. ¿Sabías que un kiwi tiene más vitamina C que una naranja? Pues así es, nada menos que el doble, mejora el sistema inmunitario, ayuda a hacer la digestión y sienta muy bien a los ancianos.
Limón: el alto a las bacterias. El limón fortalece el sistema inmunitario y los tejidos del aparato digestivo y el estómago. Unas gárgaras a tiempo a base de limón, eliminan las infecciones de garganta y muchos problemas bucales.
Manzana: el mejor seguro médico. Su pectina protege el corazón, reduce los niveles de colesterol, mejora la circulación sanguínea y cura el estreñimiento y la diarrea. Es inmunológica y rica en vitamina C y fibra soluble.
Mejillón: un molusco muy completo. Este inofensivo molusco es un auténtico desconocido para la salud, pero está repleto de vitaminas A y B, minerales (sodio, selenio, potasio, fósforo, yodo y calcio) y proteínas.
Mora: la fruta de la memoria. Además de ser infalible para la memoria, depura el organismo y combate la cistitis y las infecciones de vejiga y riñón. En el plano intestinal tiene acción antibacteriana.
Nuez: la aliada del corazón. Asegura el buen funcionamiento del sistema cardiovascular. Su secreto es que el 93 por ciento de las grasas que contiene son insaturadas y ricas en ácido linoleico, que el organismo convierte en los beneficiosos omega-3.
Pepino: un elixir de belleza. Debido a su alto contenido en azufre, vitamina A, yodo y agua, es excepcional para la piel. Tiene propiedades diuréticas y laxantes. Cien gramos contienen sólo diez calorías.
Pescado azul: articulaciones de acero. Rico en ácidos grasos omega-3, bloquea la producción de sustancias causantes de problemas articulatorios, acérrimo combatiente de la artritis y la osteoporosis. También es un antiinflamatorio.
Semillas de girasol: el ‘vicio’ más saludable. Contienen más nutrientes que los frutos secos, en especial vitaminas E, B6, B1, y ácido fólico, además de otros minerales. Ayudan a formar glóbulos rojos, nos ayudan a recuperar la energía perdida y tienen propiedades antioxidantes.
Plátano: el escudo del estómago. En la medicina tradicional se receta cuando se trata de calmar el ardor de estómago. Reduce el riesgo de úlceras, alivia las diarreas y el estreñimiento y reduce el nivel de colesterol. Es un buen remedio contra los calambres nocturnos.
Col: la medicina de los pobres. Tiene propiedades anticancerígenas, protege el intestino y el estómago, y es un remedio contra la anemia y las enferemedades respiratorias. Una ración tiene sólo 24 calorías.
Soja: femenino singular. Durante la menopausia se convierte en un complemento obligatorio, ya que reduce los sofocos y protege del cáncer de mama y de ovarios; mantiene unos huesos de hierro y previene la aparición de celulitis.
Uvas: juventud en la piel. debido a sus propiedades antioxidantes, las mejores cremas cosméticas las están incluyendo en sus formulaciones. Son desintoxicantes y pueden prevenir los ataques del corazón.
Yogur: salud embotellada. Más completo imposible: vigila la flora intestinal, previene la osteoporosis, refuerza el sistema inmunitario, cura la cistitis, es antibacteriano y mejora los sistemas de defensa de nuestro organismo.
Zanahoria: vista de lince. Gracias a su alto contenido en vitamina A o betacaroteno supone una excelente ayuda para la piel (la protege de los radicales libres, responsables del fotoenvejecimiento) y la vista. Una ración posee sólo 21 calorías.
La clave está en distribuir los alimentos correctamente en tu dieta diaria, hazlo de la siguiente manera: grasas: alrededor del 30 por ciento del total de calorías ingeridas al día; proteínas: 10 por ciento del total; carbohidratos: el 60 por ciento de las calorías deben proceder de ellos; fibra: un 30 por ciento del total de calorías es más que suficiente.