Rusia: una luna de miel enigmática

“No es posible contemplar sin arrobamiento esta ciudad [San Petersburgo] que surgió del mar por orden de un hombre y que vive en lucha constante con el hielo y las aguas… Inclusive quien no se maraville con ella, le temerá —y del miedo al respeto hay muy breve paso”, fragmento del libro La Russie (1839), escrito por el Marqués de Custine en su visita a Rusia, el destino perfecto para una luna de miel inolvidable.

De exquisito buen gusto y con la nostalgia por un tiempo perdido, Rusia
fusiona de manera perfecta dos mundos: Europa y Asia. Residencia palaciega de
opulencia y esplendor es la mística Rusia, quien se despliega de manera
imponente sobre medio globo terrestre para convertirse en la nación más extensa
del planeta con sus cinco grandes regiones: la Llanura de Europa oriental, los
Montes Urales, la Llanura de Siberia occidental, la Meseta de Siberia central y
las remotas regiones montañosa del sur y del este de Siberia.

 

Majestuosas ciudades llenas de
historia y encanto, exquisitos palacios, pomposas catedrales, museos con
colecciones únicas en el mundo y una red de metro, verdadera obra de arte, son
la carta de presentación de la hija y heredera legítima del Bizancio, Rusia.

 

Moscú, La Tercera Roma

Rodeada por colinas y surcada por el río Moscova se erige la señorial Moscú,
capital más grande del mundo y núcleo económico, político y cultural de la
nación cosaca, ofrece todo un banquete visual con sus cúpulas doradas
retorcidas en dirección al cielo e impresionantes edificios mastodónticos
admirados no sólo por los rusos sino también por los extranjeros.

 

En el centro de la metrópoli se ubica el majestuoso
conjunto arquitectónico del Kremlin, blasón de la colina Borovitsi y remota
fortaleza de los zares que alberga fastuosos monumentos como la catedral de la
Asunción (siglo XV), de la Anunciación y de San Miguel Arcángel (siglo XVI),
así como el famoso Zar de los cañones y la Campana de la Zarina.

El corazón latente de toda Rusia es la Plaza
Roja, nombre que deriva de la palabra rusa Krasnaya,
que significa rojo y en el ruso antiguo era sinónimo de bonito, es decir,
Plaza Bonita. Allí residen las mayores atracciones y reliquias de la ciudad
como la hermosa catedral de San Basilio, edificada en el siglo XVI por Iván el
Terrible; goza de fama mundial por sus singulares cúpulas en forma de bulbo
(acebolladas), además de sus diversas construcciones: Museo Estatal de
Historia, Mausoleo de Lenin y las tiendas GUM (Galerías Principales de
Comercio).

 

El Teatro Bolshoi (Gran Teatro) es el emblema
teatral de esta metrópoli, sede de espectáculos operísticos y del ballet ruso.
El famoso tren de Moscú, también conocido como Palacio Subterráneo, es un
auténtico museo con 165 estaciones colmadas de esculturas, mosaicos, cuadros,
mármoles y grabados, imposible no maravillarse ante tales construcciones.

 

San Petersburgo, la última joya del
Imperio Ruso

La antigua Petrogrado, renombrada Leningrado y
actualmente San Petersburgo, nombre que la convierte en el mito de la gran
novela rusa, se encuentra situada en el Golfo de Finlandia y es esculpida por
numerosas islas y el río Neva. Fundada con la intención de convertirla en una
nueva ventana hacia Europa, la creación del zar Pedro el Grande ha logrado
sobrevivir a los más inesperados virajes históricos para convertirse en una
asombrosa e irrepetible urbe.

 

Llamada también la Venecia del Norte,
fascina con sus románticos canales, colosales iglesias, soberbias galerías y
palacios, espléndidos parques y el embeleso de las famosas Noches Blancas a las que tanto ensalzaron Pushkin y otros poetas rusos,
fenómeno ocurrido durante
el solsticio de verano donde la noche se
convierte en un abreviado crepúsculo que envuelve a la ciudad en una aureola
inusual.

 

El museo del Hermitage es una de las
mayores pinacotecas de antigüedades del mundo; atesora objetos culturales y
artísticos de los pueblos de Europa y Oriente, desde los tiempos más remotos
hasta el siglo XX. La colección ocupa un complejo formado por seis edificios
situados a la orilla del Neva.

 

La suntuosa y una de las más grandiosas iglesias
de San Petersburgo es la catedral de San Isaac, de impresionantes mosaicos y
cúpula. Otras de sus grandes reliquias son la Iglesia de la Sangre Derramada,
obra erigida en el lugar del asesinato del zar Alejandro III, y la Catedral de
San Nicolás de exquisito carácter barroco ruso. La fortaleza de San Pedro y San Pablo es el baluarte
original de la Última Joya del Imperio cosaco, engloba edificios remarcables
como la catedral de San Pedro y San Pablo, aposento que alberga los restos de
los zares. Petergof, también conocida como el Versalles ruso, es un
impresionante complejo de palacios y parques de los zares con espectaculares
fuentes y estatuas doradas. Sin duda, “la ciudad inventada, la más fantástica y
premeditada del mundo”, tal como lo decía el gran escritor ruso Fiodor
Dostoievski.

 

Anillo de Oro

El Anillo de Oro es la ruta turística que atraviesa un conjunto de antiguas
ciudades de la región central de Rusia, muestra de la cultura y tradición del
país. Entre las más importantes sobresalen Serguéi Posad, Yaroslavl, Súzdal y
Vladimir.

 

Serguéi Posad,
conocida como el Vaticano ortodoxo, se establece a partir de la fundación del
antiguo convento de la Trinidad – San Sergio, laureado conjunto arquitectónico
donde sobresalen impresionantes obras como la catedral de la Santa Trinidad, la
elegante iglesia del Espíritu Santo, la catedral de la Asunción y el Palacio de
los Zares.

 

Yaroslavl, su
nombre proviene del epónimo de Yaroslav el Sabio. En ella destaca el Monasterio
de la Transfiguración del Salvador (siglo XIII), la iglesia de la Epifanía,
cuyos muros están decorados con azulejos multicolores, y el templo de Ilyá el
Profeta.

 

Súzdal, ícono
de la arquitectura rusa medieval por poseer maravillosos monumentos, entre los
que destacan: la Fortaleza de Súzdal, la Catedral de
la Natividad de Nuestra Señora y el Monasterio de San Eufemio Redentor.

 

Vladimir es la
Joya del Anillo de Oro, fundada por Vladimir el Grande, cuenta con verdaderas
reliquias arquitectónicas como la catedral de la Asunción, decorada con frescos
de Andrei Rubliov y Daniíl Chiorny; la catedral de San Demetrio, y la Puerta
Dorada.

 

No es el lujo ni el glamour de sus pomposas
construcciones lo que mejor define a Rusia, sino el gran bagaje
histórico-cultural que ha aportado a los anales de la humanidad y que hoy se
convierten en una sólida invitación para disfrutar el inicio de tu nueva vida.
Consulta a tu agente de viajes y dulce luna de miel.

 

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