Conoce los secretos para ser mamá y darte un respiro

Publicado por Fundación Teletón en viernes, enero 18, 2013 · Deja tus Comentarios

Hay mamás para quienes parecería que el día tiene más de 24 horas debido a la gran cantidad de actividades que logran cumplir; para estas mujeres que viven bajo el lema de “siempre hay tiempo, la clave es organizarse”, es frecuente olvidar que su hijo tiene un ritmo de vida que en nada tiene relación con el trajín al que ellas están acostumbradas, por lo que a veces lo hacen vivir situaciones poco cómodas que pueden impactar en su crecimiento y bienestar.

Stephanie Schneider, autora del libro “Los secretos de las madres felices”, Editorial Oniro, explica que si bien es cierto que es estupendo que la madre busque el máximo aprovechamiento del tiempo, también lo es que haga todo lo posible para aligerarse la vida cotidiana y de esta forma lograr que lo que planea no signifique un martirio para su pequeño, por lo que aconseja considerar los siguientes puntos:

Los niños tienen hambre y sed: si se estará varias horas fuera de casa, hay que tener a la mano un bocadillo, galleta o fruta y algo para beber. Algo que puede ser de mucha utilidad es llevar en el bolso fruta seca o semillas, así como una pequeña botella de agua.
Los pequeños quieren moverse y gritar: hay que evitar ir de visita a casas o sitios donde no hay niños y tienen una decoración que justo puede poner en riesgo la tranquilidad de los anfitriones. Su naturaleza los llama a jugar, así que considera que aunque sepa actuar en sitios de este estilo, podrá ser una tortura.
Un infante, necesita de sus pares: los compañeros de juego ideales son otros niños de su edad, y eso lo puede hacer más feliz que las golosinas, dibujos animados o el regazo de su mamá. Por lo que, nada mejor que buscar que asista a lugares en el que habrá personas de su edad.
Los niños necesitan dormir: es importante para ambos que cuiden su tiempo de descanso y que el horario de ir a la cama se cumpla con regularidad. Esto le permitirá al pequeño fortalecer su crecimiento y, por ende, su salud y a la mamá le brindará un momento para cubrir pendientes personales o disfrutar de un merecido descanso.

El reto: un respiro

Pocas mamás con un espíritu enamorado a la acción y a la eficiencia, pueden imaginar quedarse quietas por un momento, pensar en hacerlo por cinco largos minutos es un reto; sin embargo, es tan necesario ese instante como lo es la buena actitud con la que se muestran en la vida. La autora explica: “Si es muy difícil ver un programa televisivo sin doblar ropa, estar en la computadora o haciendo otra cosa, es momento de poner en pausa al motor materno”, ya que se tiene tal aceleramiento que quizá se dejen a un lado reflexiones, aprendizaje e interiorización de la vida cotidiana.

¿Qué significa ‘hacer absolutamente nada’? En palabras de la autora es no leer, ni escribir mensajes de teléfono, no ordenar bolsillos, bolsa o cajones, tampoco escribir en la agenda, ni si quiera un breve recordatorio sobre algún tema: “Son precisamente esos cinco minutos en los que siempre somos más rápidas, mejores y más eficientes que el resto del mundo. Por un momento, convéncete de que el mundo sigue girando sin ti y que puede resultar agradable formar parte de la estadística”, explica.

El trajín diario no siempre permite contar con un momento para meditar sobre los cambios importantes que hay en la vida tanto personal, de pareja y familia a partir de la llegada de un bebé, por lo que es fácil caer en una rutina que contemple solamente actividades, tareas y una larga lista de pendientes.

Una mamá deseosa de cumplir con las expectativas que tiene de sí misma y hacer de su hijo una persona feliz, debe destinar un instante a las propias reflexiones, las cuales renovarán su actitud y ayudarán a su estado de ánimo para todo lo que está por venir. Claro está, que tras esos cinco largos minutos y un fuerte respiro, ella seguirá cual maga del tiempo multiplicando las 24 horas que tiene el día, pero ahora a diferencia de antes, con una nueva sonrisa que verá reflejada en los ojos de su pequeño.