Descifra su lenguaje
Con el paso del tiempo, dominarás su lenguaje corporal y entenderás al máximo todo lo que te comunica.
Qué maravilla tener a tu lado a ese pequeño que esperaste paciente y cuidadosamente durante nueve meses, los cuales seguramente te parecieron los más largos de tu vida, pues ansiabas conocerlo y disfrutar de su presencia. Y aunque ahora ese sueño está hecho realidad, en ocasiones puedes sentirte desconcertada porque crees que no puedes comunicarte efectivamente con tu bebé; sin embargo, debes saber que aún cuando por ahora no pueda articular palabras, todo el tiempo te transmite algo.
Durante los dos primeros años de vida postnatal, cuando los bebés no cuentan con un amplio repertorio de palabras para poderse dar a entender, utilizan cuatro formas de comunicación: el llanto, el balbuceo, los gestos y las expresiones emocionales. A través de estas herramientas de comunicación preverbales te hará saber si tiene hambre, sueño, si necesita que lo limpies, si le duele algo o si desea sentirte cerca.
¿Por qué llora?
Ésta es una de las primeras formas en la que los niños logran comunicarse con el mundo, pues a través de la diferencia de la calidad tonal del llanto —la cual aparece entre la tercera y cuarta semana de vida—, podrás saber qué es lo que necesita tu pequeño. Por ejemplo, cuando al bebé le duele algo su llanto se caracterizará por gritos fuertes y agudos, interrumpidos por gruñidos y gemidos; si se trata de hambre, entonces será fuerte e interrumpido por movimientos de succión.
Elizabeth B. Hurlock explica en su libro “Desarrollo del niño” que a la comprensión del significado del llanto contribuye su intensidad y los movimientos corporales que lo acompañan, mientras más fuerte y persistente sea el llanto, tanto mayor será la necesidad tu bebé.
Durante los primeros años de vida, los bebés además del llanto, emiten sonidos simples: gruñidos de dolor o desagrado, gritos de alegría, suspiros, eructos y bostezos. Cuando los mecanismos neuromusculares se desarrollan estos sonidos explosivos se convierten balbuceos.
Aunque los balbuceos no tienen ningún significado para el bebé, y son considerados como una actividad de juego que produce alegría, son la herramienta más importante para el desarrollo del habla, pues establece las bases para las comunicaciones orales reales.
En busca de una muestra de cariño
Las emociones que le agradan a tu bebé irán acompañadas de vocalizaciones de placer, es decir, con ruidos, chasquidos de los labios y risas, en tanto las que le disgustan se expresarán con llanto y gemidos.
Si observas a tu pequeño cuanto esté contento podrás ver que relaja su cuerpo, agita los brazos y las piernas y sonríe con gran facilidad. Por el contrario, cuando esté enojado tensará el cuerpo y el rostro mediante movimientos bruscos acompañados de un llanto de ira.
Las expresiones de las emociones son una forma de comunicación muy útil, pues a los bebés les resulta muy sencillo interpretarlas cuando éstas son utilizadas por sus padres.
La psicoterapeuta Claudia Santiesteban explica que a través del conocimiento y el entendimiento de los mensajes del bebé los padres pueden satisfacer sus necesidades físicas, no obstante, recomienda ser sensibles para cubrir sus necesidades emocionales, es decir, el niño a través del llanto y de otras manifestaciones reclama cariño y atención, pues necesita sentirse amado y protegido para poder cumplir con su primer tarea emocional que es la de sentirse seguro. Además, afirma que al cubrir estas necesidades creas un vínculo afectivo, cuyos principales elementos son el amor y la seguridad emocional, fundamentales para el desarrollo óptimo de los seres humanos.
Desde los primeros días al lado de tu bebé surge la oportunidad de crear un lazo de comunicación que les permitirá aprender a conocerse y a amarse. Aprovecha cada instante a su lado para observarlo y escuchar con atención esos tiernos balbuceos con los que intenta establecer contacto contigo, si lo haces desde ahora, ten por seguro que conforme crezca esta unión entre ustedes se hará más estrecha y permanente.