Dile que sí a Canadá en un viaje para celebrar al amor

El proceso de la boda es largo. La fiesta dura poco y ustedes deben estar disponibles para cientos de invitados. En cambio, la luna de miel es para dos y puede durar semanas. Y esto aplica para cualquier viaje de romance. Es un regalo que va derechito al corazón.

Sobran motivos para viajar a Canadá: un viaje romántico, de aniversario o de luna de miel. Celebrar la vida con tu pareja es más que suficiente para volar al norte, donde los cielos se pintan de colores sorprendentes y la naturaleza es tan perfecta que parece fantasía. En esta ocasión hablaremos de tres tesoros que tienen un irremediable encanto: Quebec, Ontario y Yukón. Será difícil decidirse por uno y en ese caso, ¿para qué limitarse?

Quebec, para los más románticos

Los rincones de esta provincia inspiran amor y sus experiencias los animarán a intentar cosas nuevas. Además, Quebec tiene todo lo necesario para rebasar las expectativas de los sibaritas más exigentes.

Empezar con Montreal es una buena idea. Esta ciudad presume el Río St. Lawrence, el mayor sistema fluvial de agua dulce del mundo y, además, su propia montaña ¡en plena ciudad! Sí, Mount Royal. Para una vista espectacular suban hasta el mirador Kondiaronk de Mont Royal Park. Continúen su travesía romántica en el St. Joseph’s Oratory que cuenta con una cúpula imponente. Mientras, la Basílica de Notre-Dame, en el barrio Old Port, no se puede quedar fuera, pues se trata de la primera iglesia gótica de estilo renacentista construida en el país. Aquí disfruten de Aura, un espectáculo inmersivo que bien vale la pena.

Hôtel Birks Montréal en invierno. Fotografía: Tourisme Montréal/Alexandre Parent – Studio Point De Vue.

¿Con ganas de compras? Vayan a  Sainte-Catherine Street con casi 15 kilómetros de boutiques de diseñadores renombrados y establecimientos con recuerditos para llevar a casa. Lleven su romance a una cita en Place-des-Arts para disfrutar de un programa lleno de música y otras artes. El amor en Montreal también se siente bajo tierra en RÉSO, una ciudad subterránea de más de 30 kilómetros con centros comerciales, estaciones del metro, museos, clubs nocturnos y restaurantes. Dediquen un día a Espace pour la vie para descubrir un conjunto de maravillas que incluye un Biodomo, el Jardín Botánico, el Insectarium y el Rio Tinto Alcan Planetarium. Y, si viajan a finales de enero, los espera Igloofest, donde la nieve, la música electrónica y la diversión están garantizadas. No pueden irse de la ciudad sin subir a la Grande Roue de Montréal, su famosa rueda de la fortuna.

Grande Roue de Montréal en invierno. Fotografía: Poulin, Stéphan/Bonjour Québec.

Montreal también es un viaje gastronómico en sí mismo. Vayan a La Finca para desayunar como reyes y luego, visiten el mercado Jean-Talon. El Tiradito tiene lo mejor de la cocina peruana y, si las pastas los llaman, entonces hagan una parada en Fiorellino. La ciudad tiene su Chinatown y para comer, nada mejor que Kim Fung con delicias cantonesas. Hagan una pausa en Le Petit Opus Café, ideal para brindar con un buen vino. Dos tips extras: amarán Crew Collective & Café tanto por el edificio histórico que lo resguarda como por su menú exquisito.  Olive + Gourmando, es el más amado por los locales, entonces, se convierte en un infaltable.

Panadería-café-restaurante Olive + Gourmando. Fotografía: Laure Illian/Tourisme Montréal.

Laurentidas, el destino del amor

Caminar juntos, disfrutar de la vida y despertar en una cabaña cuyo paisaje exterior se pinta de blanco cada invierno. Así es esta región que incluye al famoso Mont-Tremblant, con 102 pistas de nieve que invitan a esquiar o practicar snowboarding. También podrán explorar con raquetas de nieve y fat biking o, bien, a pie si se trata de explorar sus calles adoquinadas. Hay muchas opciones de alojamiento, tiendas y boutiques, decenas de restaurantes y espacios perfectos para disfrutar de su tiempo a solas con una cena romántica.

Ski en Mont-Tremblant en las Laurentidas. Fotografía: Bonjour Québec.

La Ciudad de Quebec, entre murallas

La Ciudad de Quebec es Patrimonio Mundial por la UNESCO y sus calles empedradas con aire europeo invitan a recorrerlas de la mano del amor de su vida. El corazón de la ciudad es Old Quebec y lo mejor es programar un paseo con un guía local para que les cuente todos sus secretos.

Pareja caminando en la nieve en el viejo Quebec. Fotogafía: Gagnon, Francis/Bonjour Québec.

¿Qué ver? El sector de Parliament Hill, que agrupa edificios imponentes del gobierno como la Asamblea Nacional, cuya arquitectura se inspira en el Palacio del Louvre. Justo enfrente se encuentra la Fontaine de Tourny, que en invierno se llena de magia con luces resplandecientes. Por su parte, el Battlefields Park es un espacio natural que durante el invierno se transforma en un escenario de ensueño. La Ciudadela, la Basílica Catedral Notre-Dame, Place-Royale y Fresque des Québécois, un mural con efecto visual que ilustra 400 años de historia, son la cereza del pastel de un día repleto de historia y estímulos visuales. Terminen la jornada en Quartier Petit Champlain para subir al funicular.

Si buscan diversión en la nieve invernal, en la Ciudad de Quebec también podrán deslizarse a 70 kilómetros por hora en el tobogán de Dufferin Terrace y, para patinar sobre hielo, vayan a Place D’Youville. Este destino también tiene una cara bohemia para celebrar el amor: el barrio Saint-Jean-Baptiste. En la caminata encontrarán el ascensor del Faubourg que los llevará a otra zona repleta de color: Saint-Roch. Ahí podrán gozar de gastronomía, cultura, tecnología, moda y vida nocturna.

Pista de patinaje en Old Quebec. Fotografía: Jopusselin, Fabrice/Bonjour Québec.

Las parejas más aventureras querrán visitar las Cascadas de Montmorency, que son incluso más altas que las del Niágara. También están las del Cañón Sainte-Anne y el Parque Nacional Jacques-Cartier. En invierno, el paisaje se vuelve aún más cautivador. Y si aman los festivales, no se pierdan el  Carnaval de invierno que, durante 17 días, se llevan a cabo carreras de canoas sobre el lago helado y esculturas monumentales creadas por artistas de todo el mundo. La carrera de trineos jalados por perros que recorren las calles estrechas de Old Quebec a toda velocidad, los sorprenderá.

Para hospedarse, reserven en Fairmont Le Château Frontenac, Hotel Clarendon, La Mansión Monsieur Jean, Hotel Le Capitole, Palace Royal, Marriott Québec Centre-ville, Hôtel Château Laurier Québec, Hotel 71 y el famoso Hôtel de Glace, que cada invierno se reconstruye desde cero con nieve y hielo para convertirse en una obra de arte efímera.

Hôtel de Glace en invierno. Fotografía: Bonjour Québec.

Para comer y relajarse, la «La Belle Province» tiene propuestas irresistibles: Tanière3 con creaciones locales innovadoras, Chez Muffy donde se evocan sabores europeos, Laurie Raphaël cuyo chef privilegia ingredientes en tendencia, Legend de La Tanière con mucha sazón local, Saint-Amour ofrece una fusión perfecta entre la cocina europea y la quebequense. Reserven también en Le Clan y prueben la trucha ártica Salluit y la langosta Natashquan! Además, Le Continental, una joya de Old Quebec de cocina francesa.

Experiencia gastronómica en el restaurante Chez Muffy. Fotografía: Destination Québec Cité/Francis Gagnon.

Y como no hay viaje memorable sin un buen momento de relax, piensen en el peculiar Bota Bota, que antes era un ferry y hoy reposa sobre las aguas del Río St. Lawrence convertido en un spa imperdible. Desde sus cubiertas, la vista del río congelado es encantadora. El circuito de hidroterapia y los jacuzzis al aire libre están disponibles para que se relajen mientras la nieve cae. Un masaje en pareja y un facial serán el toque final. Otra opción muy recomendable es el Strøm Spa Nordique donde presumen tener la alberca de flotación más grande de América del Norte.

Momento de relajación en Strøm Spa Nordique. Fotografía: Destination Québec Cité/Jeane Photographie.

Ontario, diverso y hermoso

Explorar esta provincia canadiense requiere varias visitas porque ofrece tanto que, como los buenos manjares, no se debe degustar de un solo bocado. Toronto, la capital, es reconocida por su riqueza cultural. En invierno una de las actividades favoritas es patinar sobre hielo. ¿Dónde hacerlo? En la pista Nathan Phillips Square con su famoso letrero como telón de fondo o en Bentway Skate Trail que ofrece una pista de casi dos kilómetros en forma de ocho. También visiten Union Winter en Union Station, de muy fácil acceso, rodeado de edificios imponentes.

Pista de hielo de Nathan Phillips Square. Fotografía: Destination Toronto.

Una parada obligada de esta ciudad es la CN Tower. Tiene las mejores vistas y por eso, muchas parejas se fotografían en abrazos. Deben saber que aquí hay restaurantes galardonados por la Guía Michelin. Algunas recomendaciones son Aburi Hana que fusiona la comida japonesa con ingredientes locales, Alo con lo mejor de la cocina francesa, Don Alfonso 1890 con delicias italianas, Quetzal con una parrilla de casi 9 metros, donde el maíz y México son los protagonistas. Mientras, en DaNico compartan el cangrejo salvaje del Pacífico Norte, el solomillo de wagyu marinado durante 12 horas y el tartar de atún chutoro japonés. En Kappo Sato, el chef cocinará frente a ustedes manjares de la cocina japonesa.

Para estadías memorables están  el 1 Hotel Toronto, el Bisha Hotel elegante en todos los sentidos, el Four Seasons cuyo spa es un oasis, así como el Park Hyatt Toronto y el W Hotel Toronto.

Las Cataratas del Niágara, amor sin límites

Han sido inspiración para artistas y enamorados. De hecho, a esa región ubicada al sur de Ontario se le conoce como la «capital mundial de las lunas de miel». Y es que disfrutar de este espectáculo natural, en pareja, es algo que todos merecemos vivir al menos una vez. Lo que vemos en primera fila es el resultado de tres cascadas donde fluyen más de 2.2 millones de litros de agua por segundo. El invierno esculpe algunas formaciones de hielo que hacen que las cataratas parezcan congeladas, aunque no lo estén. Verlas en la tarde es una gran idea: los colores las iluminan. Pregunten por Journey Behind the Falls, un tour que los conducirá por túneles hasta pararse detrás de la caída de agua.

Propuesta de matrimonio en Niagara Falls. Fotografía: Destination Ontario.

Cataratas del Niágara en invierno. Fotografía: Destination Ontario.

Esta región también sorprende con una rica zona vinícola para brindar por el amor. Se trata de Niagara-on-the-Lake, que produce etiquetas de gran calidad como Ravine Vineyards, Two Sisters Vineyards, Peller Estates Winery, Trius Winery y Strewn Winery. Un tip más: prueben el famoso icewine o vino de hielo que se hace con uvas congeladas que se procesan en el momento justo.

Blue Mountain, para los más extremos 

¡Es hora de esquiar! Si aman la aventura invernal, vayan al principal destino de esquí en Ontario, ubicado a sólo dos horas en carretera de Toronto. Para acelerar sus corazones y ver paisajes de ensueño, los espera Ridge Runner Mountain Coaster, además del puente colgante de Scenic Caves Nature Adventures y  Woodview Mountaintop Skating.

Après-ski en Blue Mountain. Fotografía: Blue Mountain.

Las noches decembrinas se tornan mágicas en Blue Mountain Village gracias a sus miles de luces que anuncian la llegada de la Navidad. Además, las experiencias gastronómicas los esperan: Cheezed donde el gouda es el protagonista, Chuck Burger con hamburguesas exquisitas y The Pottery Alpine Restaurant con una fusión única de sabores.

Después de mucha diversión y aventura, regálense un día de relajación en Scandinave Spa Blue Mountain, un refugio ubicado en el corazón del bosque de la Escarpa del Niágara.

Muskoka y el Parque Algonquin al natural

Vistas espectaculares, lagos y rutas para practicar esquí de fondo forman parte de la oferta de estos paraísos para los más enamorados. En Muskoka, por ejemplo, el bosque del Arrowhead Provincial Park tiene senderos iluminados para patinar. Además, podrán descubrir el proceso de elaboración del jarabe de maple en la propiedad familiar Sugarbush Hill Maple Farm. Caminen en Limberlost Forest and Wildlife Reserve y se sentirán más cerca de la natualeza que nunca. No pasen por alto comprar arándanos en Muskoka Lakes Farm & Winery, una bodega con muchas delicias para degustar y llevar a casa.

Por su parte, el Parque Algonquin es el escenario indicado para ver las estrellas y disfrutar del esquí de fondo, caminar con raquetas de nieve, zambullirse en un lago congelado, acampar y conocer la fauna local como lobos e imponentes alces.

Caminata con raquetas de nieve en el Parque Algonquin: Fotografía: Destination Ontario.

Yukón, romance ártico y recuerdos inolvidables

Auroras boreales, glaciares y regalos de la naturaleza por todas partes, ¡un paraíso! Yukón, al norte de Canadá, es el destino perfecto para aquellas parejas aventureras que quieren salir de su zona de confort. En invierno (entre diciembre y marzo), las temperaturas oscilan entre los -13 y -40 grados Celsius. Y es real: esta región del mundo no se parece a nada.

Trineo jalado por perros en Ski High Wilderness Ranch. Fotografía: Cathie Archbould/Government of Yukon.

¿Están listos para el viaje de sus vidas? Empiecen por Whitehorse, la capital de este territorio canadiense. No se pierdan una visita al S.S. Klondike National Historic Site, un barco de vapor que data de 1937. También vale la pena ir a  Yukon Beringia Interpretive Center  para conocer todo sobre las grandes especies que habitaron la región, como el mamut lanudo o el castor gigante. Y claro, la Cabaña de Jack London, marinero tenaz desde joven.

Auroras boreales, un top en la lista de deseos

En Yukón las luces pintan el cielo nocturno para regalar un espectáculo natural que nos hará agradecer estar vivos y disfrutar experiencias únicas con el amor de sus vidas. Los expertos de Northern Tales los llevarán a las afueras de la ciudad para esperar la aurora cómodamente. Durante el día, pueden sumar adrenalina con paseos en trineo de perros, motos de nieve o pesca en hielo. Por su parte, Arctic Range los llevará a contemplar las luces desde su AuroraCentre, un refugio diseñado para disfrutar del show lejos de la contaminación lumínica. Con Epic North la experiencia, que se hace en grupos pequeños, incluye chocolate caliente y malvaviscos en un espacio con calefacción.

Aurora boreal en el Lago Nares. Fotografía: Jonathan Tucker / Travel Yukon.

Aurora Boreal en Yukon. Fotografía: Jonathan Tucker/Tourism Yukon.

Otra opción es dejarse llevar por un experto local y salir a “cazar” las auroras en un tour que los transportará a zonas alejadas. La experiencia es privada, así que será de lo más romántico que pueden planear. Reserven con Nomada Excursions guiados por Sandra Peña, una mexicana que, cautivada por las luces polares, encontró su hogar en Yukón. Otra opción es Klondike Experience, que los llevará a las afueras de Dawson City, un pueblo legendario de Yukón.

Y para el día…

En lo que llega la noche, ¡hay tanto por hacer! Para las parejas que desean llegar más lejos y a mayor velocidad, los paseos en motos de nieve están entre las actividades favoritas. Durante el camino, su guía les enseñará a leer las huellas de animales y les contará historias fascinantes. Además, podrán disfrutar de bocadillos y bebidas calientes que los mantendrán con energía. Y si conducen hasta un lago congelado, practicarán la pesca en hielo.

Paseo en motos de nieve en los paisajes de Yukón. Fotografía: Adam Brownfield/Destination Canada.

Otra opción son las raquetas de nieve que los conducirán al escenario perfecto para su historia de amor. Sientan el crujir de la nieve bajo sus pies mientras se abren paso entre los árboles. Caminen juntos por senderos tranquilos, hasta llegar a lagos congelados y miradores con vistas impresionantes.

Raquetas de nieve en zona nevada de Yukón. Fotografía: Adam Brownfield/Destination Canada.

El cielo de Yukón les regalará una experiencia tan única como su amor. Sobrevuelen  la región de Klondike y verán cómo los campos de oro y la tundra se despliegan cual lienzo pintado con colores intensos y naturaleza salvaje. Sigan el curso de su aventura hacia el Parque Nacional Kluane, con montañas majestuosas y glaciares. Es posible aterrizar sobre el hielo, justo frente al imponente Mount Logan.

En Yukón, el invierno también sabe ser cálido. Reserven una cabina en Eclipse Nordic Hot Springs, donde se combina el diseño japonés, turco y nórdico para una experiencia única. Es sólo para adultos, tiene cuatro albercas de aguas termales, hamacas con calefacción personalizada, saunas, una sala de vapor, tinas de arcilla, jacuzzis y mucho más. También hay clases gratuitas de yoga y meditación. Mientras tanto, Yukon Spa en Dawson Lodge disfruten en pareja de un masaje relajante, una terapia de acupuntura y sesiones holísticas.

Aguas termales de Eclipse Nordic Hot Springs. Fotografía: Taylos Burk/Tourism Yukon.

Para noches románticas y reparadoras, hay un amplio abanico de posibilidades. Black Spruce es un conjunto de 4 cabañas bellísimas y modernas. Para los viajeros exploradores está Southern Lakes Resort. Mientras tanto, a los pies de las montañas que rodean el Parque Nacional Kluane, se levanta Mount Logan EcoLodge que es la perfecta combinación entre el ambiente hogareño y la elegancia al natural. También hay opciones para dormir casi bajo las estrellas, pregunten por el Mount Archibald Pod, Martha Black Yurta o la acogedora Gold Rush Cabin.

Desde el interior del Mount Logan EcoLodge. Fotografía: Mark Kelly/Government of Yukon.

Vista aérea de las montañas de Yukón. Fotografía: Adam Brownfield/Destination Canada.

Yukon Spaces & Dawson Lodge es otro lugar espectacular para descansar y tener algunos días de romance de frente a la naturaleza. Se trata de un hotel boutique con prácticas respetuosas con el medio ambiente que les encantará.

Ciclismo de montaña por Dawson Overland Trail con Skookum Backcountry Adventures. Fotografía: Derek Crowe/Tourism Yukon.

Estas tres propuestas románticas para viajar a Canadá son un homenaje al amor a través de la naturaleza. Atrévanse a explorar juntos y a disfrutar de un viaje sin precedentes. Los amores bonitos, todo lo merecen.

Destination Canada

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