¿Por qué me caso? La reflexión
para reflexionar y dar una respuesta que salga de su corazón.
con frecuencia escucho frases como: “Ya es tiempo”, “Me llegó la hora”, “Es lo
que seguía”, “Porque llevamos mucho de novios”, “Quiero formar una familia”,
“Porque todas mis amigas se están casando”. Estas y otras respuestas, en mi
opinión superficiales, son motivos que de ninguna manera ayudará a la pareja a
mantenerse por siempre comprometidos en un amor de por vida.
El reto en el matrimonio es grande
y cada día un poco más; conocer la razón que te motiva a dar el gran paso de
amarse por siempre debe ser mucho mayor a “ya es lo que toca”, pues vivimos en
un mundo que resulta apático a lo permanente, que se vuelve excluyente, nos
atrae la idea de la aventura, del placer exagerado, de la falta de entrega y
compromiso: “Lo light es lo cool”.
El matrimonio proclama lo
contrario, cree y exige para su éxito una convicción de profunda entrega. Y
aunque la idea de formar una familia se escucha sublime, no es suficiente pues
los hijos llegan y se van, no podemos utilizar al otro como medio para nuestra
realización personal, podría sonar tan terrible como decirle: “Ya que tenga a
mis hijos no te necesitaré más”.
Por esta razón, es conveniente que
nos demos un tiempo para analizar cuál es la razón profunda de dar este paso,
un paso que nos marcará de por vida. Después de tu matrimonio, tu vida no será
jamás igual. Al conocer y estar consciente del verdadero motivo que te lleva al
altar, es preciso que también conozcas el motivo que tiene tu pareja para
desposarse contigo, pues si no buscan los dos lo mismo, es probable que el
amarse para toda la vida no sea alcanzable. Estar convencidos de que su
compromiso de amor eterno será para siempre, es básico para alcanzarlo.
Analistas americanos han
reconocido que es solo la convicción lo que hace superar todas las pruebas,
pues ha encontrado que una pareja que se divorcia la primera vez tiene un 50
por ciento de probabilidades de divorciarse la segunda vez, y el 75 por ciento
de hacerlo una tercera vez, pues es un ser poco capaz de luchar por sus
ideales.
Yo sé que no hay tiempo para
pensar con este ajetreo de preparar la boda, me dirás: “Ya me dio el anillo” o
“Es que ya dijo que sí”. Adelante con la preparación de la celebración que es
tan compleja y desgastante; pero, piensa un poco: si coordinar la boda es
complejo, vivir con alguien quien no está comprometido al cien para compartir
derrotas económicas, enfermedades, malos ratos, apatías, desilusiones, será mil
veces más difícil. Ahora que todo es ilusión, puedes considerar que puedo
equivocarme y espero de corazón que tengas toda la razón si es que este es tu
caso.
¿Por qué te casas? Al menos
responde en tu interior y lleva esta razón siempre en tu corazón pues será la
herramienta que te ayudará a superar todas las dificultades matrimoniales que a
lo largo del camino aparecerán.
Incluso, pudiera suceder que tu
interior te dicte que esto no es tan grave, “si no funciona me separo y hasta ahí”;
sin embargo, las separaciones no son tan fáciles, son como heridas en el
corazón que dejan una cicatriz, una marca imborrable.
Lo mismo sucede con aquellas personas que deciden
casarse para ya no sufrir, no vale la pena un matrimonio así. El matrimonio es
un camino para vivir feliz, una felicidad que pocos palpan por estar encerrados
en su propio yo. La felicidad del amor radica en salir de sí mismo y vivir por
el otro, esa es mi definición, pero hay tantas como matrimonios sobre la
tierra, por eso es clave encontrar cuál es la definición de ustedes dos.
* Elizabeth Uribe de Petersen, Master Wedding Vendor ABC. Autora del
libro Una boda para toda una vida (2009), Amate Editorial. Directora de Specialty Cleaners, centro de renovación,
adaptación y limpieza de vestidos de novia en Guadalajara, Jal., Tel. (33) 3121
7794, www.specialtycleaners.com.mx
http://specialtyc.blogspot.com [email protected] Facebook
y Twitter: Specialty Cleaners. Directora de la Asociación de Consultores
Nupciales en Jalisco, [email protected]
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