15 historias reales de novias que te ayudarán a lograr una actitud Zen en tus preparativos de boda y disfrutar al cien el Gran Día
No esperes a que llegue el día de la celebración para gozar plenamente y haz de cada momento una vivencia especial que se quede con ustedes para siempre.
¡Sí, ya sabemos que los nervios y la emoción te inundan todo el tiempo y que a veces parece que tanto bienestar no te cabe en el cuerpo! Pero, también hay momentos en lo que te sientes superada por todo lo que está pasando a tu alrededor y contigo misma, así que, de pronto, puede resultarte difícil gestionar el cúmulo de experiencias que ahora te toca vivir.
Hablar de equilibrio mental es un tema muy actual y que aplica en todos los momentos y circunstancias que se gestan a lo largo de tus días. Este concepto se basa en centrar tu mente y tu cuerpo en un instante preciso y vivirlo a plenitud, es decir, estar presente en el aquí y el ahora, y aunque puede parecer una práctica apta solo para mentes y almas elevadas, lo cierto es que cualquier persona puede empezar a hacerlo en cualquier momento y obtener los múltiples beneficios que proporciona.
Felices de principio a fin
Y, ¿por qué vendría al caso hablar de esto ahora? Porque como explica Mariana Rivera, especialista en psicología positiva, de la Universidad La Salle: “Esta filosofía de vida permite centrar la atención en lo que estamos experimentando y, así, es probable que muchas cosas no se salgan de tus manos, pero que si esto ocurre no desesperes. En las bodas no siempre ocurre esto, porque a veces no se consideran ni tiempos, ni condiciones básicas y eso puede hacerte sentir incómoda y preocupada”.
La experta recomienda que tomes experiencia de lo que has visto o que intuyes que puede pasar en el transcurso de los días y toma previsiones, incluso te servirá convertirte constantemente en entrevistadora de tus conocidas que ya están casadas para que te aconsejen. Nosotros nos adelantamos y tenemos para ti, testimonios que te serán de utilidad.
De las fechas y horarios
“Creo que el mejor día para casarse es en sábado. Yo lo hice en un viernes de verano a las siete de la noche y el día de la boda llovió y la ciudad colapsó, por supuesto, sufrí mucho porque mi novio no llegaba y solo había 30% de invitados que nos habían confirmado. Pase un trago muy amargo. Mi recomendación es que antes de decidir consideres estos puntos y que tengas un plan maestro como, por ejemplo, que la ceremonia y la fiesta sean cerca de dónde viven o que procures que todos se hospeden cerca de ese lugar”, Eleonora Garza.
“Cometimos el error de reservar el viaje de luna de miel al día siguiente de nuestra celebración, así que no pudimos gozar de la fiesta que planeamos durante tantos meses. Nos fuimos temprano para descansar, pero aun así, estábamos muy cansados y los dos primeros días de viaje la pasamos casi dormidos. Ahora creo que lo mejor hubiera sido programar para salir dos días después de la boda y el regreso con igual distancia”, Luis Vargas.
“Al definir la fecha considera también tus calendarios laborales, yo no lo hice y me tocó en los periodos de más carga de trabajo, sobra decir cómo la pasé”, Liliana Fresno.
Del banquete
“Cuando lo aprobamos lo hicimos pensando en que a la gente le iba a gustar, pero no lo hicimos con respecto a nosotros, así que yo apenas comí y mi pareja no probó bocado. Después ya estábamos hambrientos y hasta de malas. Tuvimos que conformarnos con el postre y un café. Mi consejo es que centren la atención en ustedes, que los haga felices el menú y que tengan tiempo para comer”, Marisa Sánchez.
“No paramos de saludar y agradecer a los invitados, así que nunca tuvimos tiempo para disfrutar de las viandas porque nos sentimos presionados. Mi consejo es que se relajen y que coman como si fuera un día de fiesta normal y ustedes no fueran el centro de atención”, Cinthia Méndez.
“Lo que tengo que decir es breve: no elijas nada exótico o muy elaborado, que nunca hayas comido o lo hayas hecho pocas veces. Tú y los invitados lo agradecerán”, Pily Tarango.
Del outfit
“Nunca me pasó por la mente que en algún momento necesitaría zapatos cómodos. Así que después del primer baile con mi esposo, ya no aguantaba los pies y tuve que mandar comprar unos tenis de último momento. Recomendación: lleva un calzado que sea a prueba de todo y con el que te sientas casi descalza”, Fátima Aguilar.
“¿Qué tal un vestido de novia con bolsas? aunque no lo creas son necesarias hasta para descansar un poco tus brazos o llevar en ellas imprescindibles”, Perla Samaniego.
“Nosotros también sufrimos. Después de un rato el traje incomoda. Sin perder el estilo creo que es necesaria una muda de ropa que te permita desenvolverte con comodidad y disfrutar de la convivencia”, Carlos Granados.
“Me sentí presionada por mi mamá para usar el vestido con el que ella se casó, nunca me sentí cómoda. Mi consejo es que seas firme y que decidas convencida, porque luego te arrepientes”, Carmen Moreno.
Y sobre el viaje de bodas
“Si en algo vas a invertir, que sea en esto. Nosotros por ahorrar, elegimos unos hoteles económicos y la pasamos fatal. ¡Afortunadamente nos amamos y sobrevivimos a la experiencia!”, Coco Valdez.
“Planea tu equipaje de forma práctica y útil. Yo por querer quedar bien, llevé cosas que ni necesitaba y terminé comprando todo cuando llegamos a nuestro destino”, Regina de la O.
“Guarda los documentos —pasaporte e identificaciones— en un lugar seguro y cerca de ustedes. Nosotros teníamos obsesión con eso y la asistente de mi esposo que era la encargada de cuidarlos, tuvo que llegar a toda prisa al aeropuerto para entregarlos. ¡Todos ardíamos en llamas!”, Mabel Hoyos.
¡Prepárate para el regreso!
“No te puedes casar ni ir de luna de miel si antes no dejas listo y preparado el lugar en el que vivirán. Yo me confíe y el regreso fue un caos, no teníamos comida ni un lugar decente donde descansar y tuvimos que mudarnos dos semanas con mis suegros mientras todo se organizaba”, Mariana Triana.
“Haz una lista del súper y pídele a alguien de tu confianza que lo surta un día antes de llegar de viaje, así tendrás alimento suficiente y fresco. Yo no lo hice y la pasamos como náufragos los primeros días”, Ivonne Pesset.
Si ya viviste la maravillosa experiencia de tu Gran Día, comparte con nuestras lectoras tus anécdotas a manera de comentario. Y, si aún no te casas, compártenos tus dudas y danos nuevas ideas para futuros artículos. ¡Gracias por leernos!