Cuando el éxito nos transforma
Cuando se tiene un periodo de buenos resultados en varios ámbitos de la vida, como el profesional, el social o el familiar, es probable que, en algunos casos, nos lleve a pensar erróneamente que esto se pueda convertir en un estado permanente y envanezca nuestra forma de pensar y actuar con las demás personas.
Por: Ernesto Rivera Planter
Fotografía: Jack Batchelor http://www.flickr.com/photos/jackbatchelor/
El doctor Juan Cruz, psicólogo y profesor de la Universidad del Valle de México, explica: “Es común que muchas personas en periodos que consideran de éxito rotundo, tengan un cambio de actitud que los haga “perder un poco el piso”, como se dice coloquialmente. La humildad es una virtud que se debe aprender no sólo en las etapas más difíciles, también en las que se suele tener mayor fortuna y todo marcha relativamente bien; el tener “los pies sobre la tierra” siempre traerá mayores ventajas y satisfacciones”.
Una persona que carece de humildad, suele tomar actitudes hacia los demás que denotan en algunos casos, cierta inseguridad o inmadurez que pretende cubrir con el éxito momentáneo que tiene, sobre todo si han existido carencias económicas o afectivas durante algunas etapas de su vida.
Algunos indicadores mencionados por el especialista que nos ayudan a determinar si estamos teniendo actitudes de este tipo son:
- Una mirada crítica más aguda e intolerante con respecto a algunas personas que forman parte del entorno cotidiano.
- Presunción.
- Cambiar de círculo de amistades o dejarles de hablar por considerar que ya no están a “cierto nivel”.
- Compararse con las demás personas.
La vida laboral es uno de los ejemplos más claros en los que se puede presentar esta situación, cuando se comienza a tener una vida profesional exitosa, puede traducirse en cambios radicales tanto económicos como sociales, por eso es importante no caer en la soberbia.
Recomendaciones
- Tanto las buenas situaciones como las malas, tienen una temporalidad determinada.
- Mantén las mismas actitudes con amigos y familia, ellos son parte importante para ser ubicado de nuevo en la realidad, de ser esto necesario.
- Cuidar las actitudes que se tienen con los demás para no caer en egocentrismo o presunción con otras personas e, incluso, familia.
La esencia de cada una de las personas es la que nos determina y las acciones hablan por cada uno de nosotros, por eso es importante que en los mejores y en los peores momentos se sigan manteniendo firmes.
* Ernesto Rivera Planter, contáctalo en www.sermexico.org.mx [email protected]