Argo (2012)

Publicado por Tomás Alatriste en viernes, marzo 1, 2013 · Deja tus Comentarios

En entrega número 85 de los “Premios Oscar”, Argo obtuvo la estatuilla dorada en las categorías de mejor película, mejor guión adaptado y mejor montaje. Además, en los Globos de Oro y los premios BAFTA, también resultó ganadora como mejor película y mejor dirección, ésta a cargo de Ben Affleck, sin mencionar otros premios que ha obtenido.

Argo está basada en un hecho real. En la administración de Jimmy Carter se da asilo político al Shah Reza Pahlavi, fiel aliado de los estadounidenses. El pueblo iraní reclama que el Shah sea juzgado en su país por los crímenes que cometió; para hacer presión el grupo rebelde se apodera de la embajada de Estados Unidos en Irán y toman a los diplomáticos como rehenes, seis de ellos logran escapar. Tony Mendez, agente de la CIA y especialista en extracciones, es el responsable de idear un plan para rescatar a estos seis diplomáticos que están escondidos en la casa del embajador de Canadá. El plan es hacerlos pasar como parte de un equipo de producción canadiense que busca locaciones en el Medio Oriente para la filmación de una película.

La cinta tiene un tono documental —creo que para dar mayor verosimilitud—, ya que al inicio intercala imágenes (reales) del movimiento rebelde cuando toman por asalto la embajada, con imágenes producidas para el filme. Es cierto, desde el inicio hay una gran tensión, suspenso y una atmósfera de incertidumbre. Han pasado casi 70 días, los diplomáticos están desesperados porque saben que si los encuentra el ejército iraní tienen una muerte segura, por otro lado la CIA, aunque conoce la ubicación de ellos, no puede hacer nada para rescatarlos.

Al agente de la CIA, Tony Mendez (Ben Affleck), especialista en extracciones, se le ordena que proponga un plan para sacar a los diplomáticos, la tarea que se encomienda es sumamente complicada, es como meterse en la boca del lobo; el problema —como dicen—, no es entrar sino salir con vida de allí. Mientras Tony habla por teléfono con su hijo ve en la televisión la película “El planeta de los simios”, y se le ocurre que simular la producción de una película en Oriente Medio puede ser una buena cortina para extraer a los estadounidenses.

Expone su idea con sus superiores, la que es tomada por una completa locura, pero es la única. Autorizan el proyecto, Tony se pone en contacto con su amigo John Chambers (John Goodman), experto maquillista que colabora frecuentemente para la CIA. Chambers considera que la idea es descabellada y por lo mismo puede funcionar, también embarcan al director Lester Siegel (Alan Arkin) al proyecto. Los tres montan una productora, consiguen el guión “Argo” —que da nombre a la película—, contratan personal y hacen ruedas de prensa.

Montada la gran mentira, Tony Mendez viaja a Irán, tramita los permisos para la filmación y se reúne con el grupo para entregar pasaportes e identidades falsas. Ellos, incrédulos, escuchan el plan que tiene Tony para sacarlos del país, ahora él tiene que luchar también con un grupo dividido, unos aceptan la propuesta, pero otros están escépticos —creen que van directo al matadero—, sin embargo el plan continúa como estaba previsto.

El tiempo se agota, niños y mujeres arman los documentos que se destruyeron en la embajada y pronto el ejército se va a dar cuenta de que hay un grupo que logró fugarse. Por otro lado, como la pantalla consiste en que el equipo de producción va de scouting (buscar locaciones), tienen que ir al bazar de Teherán, uno de los más grandes del mundo, allí se van a poner a prueba con sus falsas identidades, digamos que es una preparación para cuando sea el momento de dejar el país; sin embargo, un gran problema se presenta cuando la CIA cancela el proyecto y ordena a Tony regresar inmediatamente. A partir de aquí, la cinta da un giro sorprendente que afianza un final impresionante, lleno de ansiedad, emoción y suspenso.

Me parece una muy buena película, intensa, un thriller político que mantiene al espectador pegado a la butaca, muy bien lograda desde el punto de vista cinematográfico, de ahí que haya recibido tantos premios. Pero me surgen algunas preguntas, claro, éstas no tienen que ver con la cuestión de hacer cine, sino con el hecho real. ¿Por qué lograron fugarse solo seis? ¿Por qué tanto interés de la CIA por rescatarlos? ¿Eran diplomáticos de la embajada o eran espías de la CIA? Si eran espías de la CIA, ¿ellos no estaban preparados para hacer frente a una contingencia de este tipo? En fin, lejos de esto, puedo asegurar que vale la pena verla.

* Tomás Alatriste, contáctalo en [email protected]

FICHA TÉCNICA