Vestidos de novia que disimulan tus defectos

El vestido de novia de tus sueños es precioso, divino, no hay uno solo que se le parezca; pero… ¿estás segura que ese diseño te hará lucir realmente deslumbrante?

Al momento de elegir el vestido de novia, la mujer debe cuidar que el diseño sea armónico para su figura; nada más triste que ver a una hermosa prometida con un vestido que poco o nada le favorecen. Súmate a la lista de las novias felices con estos tres pequeños consejos para disimular uno que otro defectito.

Caderas anchas

Busca un diseño que disimule el grosor de tu cuerpo en esta parte. Los vestidos tipo imperio (la falda sale debajo del busto) y las faldas trapezoide, ayudan a disimularlo. Evita los tejidos brillantes, éstos dan volumen, evita adornos o detalles en esta zona y excesos de tela. No rotundo a los vestidos con la cadera ceñida. Collares, escotes de cuello amplio o con aplicaciones como bordados y pedrería en el busto ayudarán a disimularlo.

Cintura ancha

Evita los modelos demasiado ceñidos o demasiado flojos, hay que buscar equilibrio. Opta por cortes que destaquen la cintura alta (ligeramente abajo del busto), tal como el vestido tipo imperio que disimula el vientre pronunciado; las mangas discretas suavizan la espalda demasiado ancha, los cinturones discretos y tejidos ligeros son buena opción. No rotundo a las telas gruesas, a los pliegues y a las pinzas en el talle del vestido.

Busto abundante

Elige un vestido sin adornos en esta parte del cuerpo, un cuello halter (los cordones se unen detrás del cuello) da un buen soporte, los escotes en V y los tirantes anchos son de gran ayuda, lo mismo que los corsés. Evita adornos como frunces, flores, cristales (evita llamar la atención hacia esta zona).  Llama la atención hacia tus caderas con un vestido sirena (si se tiene un cuerpo tonificado), con un estilo peplum (faldilla encima de la cadera, muy de moda) y hasta un poco de volumen en la falda.

Recuerden: los vestidos muy holgados dan la sensación de volumen, lo mismo que adornos y detalles. Y, por último, no olvides la consigna: menos es más.