¿Una partida cariño?
Te acabas
de ir a vivir con tu novia, la casa está recién pintada, los muebles nuevos,
todo limpio y colocado. Eres feliz. Te has ido de casa de tus padres para
compartir tu vida con la persona que más amas en este mundo; pero… te falta
algo… ¡extrañas tus videojuegos!
Empiezas a
pensar y llegas a una pregunta: ¿cuándo volveré a jugar a la consola?, ¿le
importará a mi novia que de vez en cuando me distraiga con un entretenido
poker online?
Hay varias opciones, encender la consola, tu móvil o tu ordenador y ponerte
a jugar a la espera de escuchar su opinión o, mejor aún, unirte a ella, es
decir, decirle que juegue contigo. Pero para ello deberás hacerlo bien. Primero
no estaría de más que preguntaras si ha jugado a videojuegos anteriormente, si
la respuesta es positiva lo tienes todo hecho.
Si es negativa o encierra una duda, tendrás que convencerla. ¿Cómo?
pues para empezar haciéndola ver que pasarán más tiempo haciendo algo juntos y,
dejando claro, que los juegos con los que van a disfrutar serán elegidos por
los dos. Si a tu novia no le gustan nada los deportes, sé benevolente y no
empieces por el Pro Evolution Soccer.
Cuando hayas conseguido que ella acceda, al menos a probar, elige un
juego con ella, las posibilidades son infinitas. Quizás no sea tu juego
favorito, pero lo vas a compartir con ella, ¿para qué quieres más?
Cuando cada uno tenga los mandos en la mano, y siempre poniéndolos en
la situación de que ella nunca ha jugado, ve con calma. No trates de ganar por
encima de todo como harías con tus amigos, tampoco te dejes vencer, pero no
estaría de más que dedicaras, por ejemplo, la primera media hora a enseñarla y,
sobre todo, a apoyarla en todo momento.
Si logras que le tome gusto al juego en cuestión y que encuentre
divertimento en los videojuegos, podrás seguir disfrutando de ellos como cuando
te encerrabas en tu habitación en la casa de tus padres, pero ahora en el salón
y acompañado de la persona que quieres.
Y si le gusta el póker, pues busquen entre los dos los mejores sitios para jugar al poker y que las cartas digan el resto.