La pareja: complemento perfecto
igualdad de los dos sexos, pero dado el ambiente en que vivimos, la práctica
resulta muy distinta…
acto de amor excelente y gratuito. Dios interviene directamente en el hombre
para que exista. Él quiso compartir su capacidad de hacer feliz al hombre
creando a la mujer. Mientras ésta no existía, el hombre se sentía solo. Y dijo
Dios: “No es bueno que el hombre esté solo. Haré, pues, un ser semejante a él
para que lo ayude” (Gn. 2,18). Aquí vemos muy claro el aspecto relacional de
los sexos: hombre-mujer. La diferencia sexual aparece en la cima de la
creación. La atónita mirada de Adán a Eva seguirá repitiéndose hasta el fin de
los tiempos.
Fotografía: www.freeimagenworks.com/
Dios creó al hombre para que se realice e
integre en la comunión interpersonal de pareja. Dios creó al hombre y a la
mujer en igualdad de dignidad; gracias, a esta igualdad se hace posible la
comunión.
“El hombre y la mujer son creados, es
decir, son queridos por Dios: por una parte, en una perfecta igualdad en tanto
que son personas humanas; y por otra, en su ser respectivo de hombre y de
mujer. Ser hombre, ser mujer, es una realidad buena y querida por Dios: el
hombre y la mujer tienen una dignidad que nunca se pierde, que viene
inmediatamente de Dios su creador (Gn. 2,7-22). El hombre y la mujer son, con
la misma dignidad, imagen de Dios. En su “ser hombre” y su “ser mujer” reflejan
la sabiduría y la bondad del Creador” (Catesismo de la Iglesia Católica, 369).
Gracias a esta
comunión se logra la integración hombre-mujer en que se realiza la unidad de lo
humano. Uno y otro se complementan; por ello cuando se es llamado por Dios al
matrimonio, en él se busca la concertación de la unidad a costa de renunciar a
su familia. “Por eso el hombre abandona a su padre y madre, se une a su mujer y
se hacen una sola carne” (Gn. 2,24), de manera que, “puedan transmitir la vida
humana: sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra” (Gn. 1, 28). Al
transmitir a sus descendientes la vida humana, el hombre y la mujer, como
esposos y padres, cooperan de una manera única en la obra del Creador (GS.
Gaudium et Pes. 50, 1; CEC 372).
Con esta
insistencia en que varón y hembra los creó no sólo se insiste en la igualdad de
ambos porque tienen un origen común sino que se expresa el hecho de que la
sexualidad también participa de la imagen de Dios.
El papel de la mujer
Fotografía: www.sxc.hu/
En nuestras
diferentes culturas existen muchas situaciones en las que la mujer es marginada
de sus derechos más fundamentales, siendo explotada y dominada. La dignidad de
la mujer y su vocación, objeto de constante reflexión humana y cristiana, ha
asumido en los últimos años una importancia muy peculiar. Dios quiso exaltar la
dignidad de la mujer al escoger a la mujer María como su madre: “Al llegar la
plenitud de los tiempos, envió Dios su Hijo nacido de mujer” (Gal. 4,4).
La unión matrimonial exige el respeto y
el verdadero valor de ambos. La mujer no puede convertirse en objeto de dominio
y de posesión masculina. Dios creó lo masculino y femenino en igualdad de
dignidad como se ha visto.
Te invito a descubrir horizontes nuevos y
ver con los ojos de Dios lo que Él mismo
nos ha dado como un gran don: el habernos creado de diferentes sexos, para
poder complementarnos y ayudarnos a realizar el llamado que Él nos hace a la
plenitud. Analiza aquellas situaciones en que no has respetado o valorado a tu
sexo contrario y decídete da cambiar de actitud.
Dinámica
Fotografía: www.freeimagenworks.com/
En pareja, cada uno descubra todos aquellos aspectos en los
cuales individualmente se han sentido complementado por el sexo opuesto. Hagan
una lista de estos aspectos y una vez finalizada comparen los resultados.
Décalogo del esposo
- Aprende a apreciar
y valorar todo lo que tu esposa realiza y exprésaselo. - Dispón cuando menos
de una noche cada semana para salir con ella. - Cuando hables con
otras personas no tengas más que elogios para ella. - Dedica tus ratos de
esparcimiento a disfrutarlos con ella. - Si planean alguna actividad háganla
siempre juntos. - Ten con frecuencia
palabras de elogio para ella. - Comparte todos los
planes, problemas, esfuerzos y éxitos en la vida. - Recuerda todos los
aniversarios y fechas importantes. - Recuerda: “No es el
cuerpo sino el espíritu lo que hace madurar el matrimonio”. - Vive todos los
lenguajes del amor: el gesto, la palabra, el servicio, el interés y la
sexualidad como expresión y al servicio del amor.
Décalo de la esposa
1.
Hazle sentir que estás
orgullosa de él y que crees en él.
2.
Evita toda clase de
engaños y no tengas secretos para él.
3.
Muestra interés y
anímalo en su trabajo.
4.
Siempre que le hagas
alguna sugerencia menciónale tus razones.
5.
Ten siempre para él una
sonrisa y una palabra de aliento.
6.
Invita con frecuencia a
matrimonios amigos a tu hogar.
7.
Guarda para él todo el
tiempo y tu interés, aún estando con tus hijos.
8.
Busca el momento
oportuno para dialogar sobre ustedes.
9.
Preséntate siempre
atractiva y trata de superarte en todo.
10. Recuerda: tu misión es “ser esposa y madre”.
* Pbro. Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, Coordinador
Diocesano de Pastoral Familiar Arquidiócesis de Morelia.
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