Mi suegra
Si eres de las que piensas que todos los
problemas con tu pareja son provocados por tu adorada suegra, entonces es
tiempo de cambiar actitudes, de eliminar malas vibras y renovar posturas, o
qué, ¿prefieres seguir amargándote la existencia?
Es imposible evitarlo, están cerca y tu
estado de ánimo se transforma, cualquier comentario resulta incómodo y ni
hablar del día siguiente: tu único tema de conversación, y motivo de tu mal
temperamento, es la mala disposición de la mamá de tu esposo. ¿Te gustaría
cambiar esta situación? Aquí te damos los diez puntos claves para tener una
relación más que sana con tu suegra.
1. Los roles. En primer término, habrá
que tomar en cuenta que tanto la esposa como la madre desempeñan papeles
diferentes en la vida del hombre; ambas necesitan el cariño del hijo y las dos
luchan por conseguirle sin darse cuenta que hay cariño para ambas y para cada
una es diferente. Mantente al margen de tus roles como pareja, amiga y esposa,
y respeta los de tu suegra. El que ella invada tu espacio, no implica que
tengas que tomar la misma actitud. Demuestra madurez evitando caer en este
juego.
2. Con tu pareja. Sé honesta con tu
pareja acerca de tus sentimientos hacia su madre cuidando de no ser ofensiva.
Si algún comentario realizado por ella te ha molestado, coméntalo con tu pareja
a solas. En sus pláticas sobre tu suegra asegúrate de no usar insultos ni
recriminaciones hacia ella e intenta buscar soluciones que los reconforten a
los dos. Respeta a tu suegra no sólo frente a ella, sino incluso cuando la
refieras en tus pláticas.
3. Ante las familias. Tras un desacuerdo
es común que las parejas, por ira o reproche, pretendan evidenciar al culpable del
conflicto ventilando desacuerdos personales ante madre y familia, situación que
se presta para que suegra y familia aconsejen y critiquen. Eviten hablar de sus
problemas y sean discretos con su vida. Cuando no sea necesario no den
explicaciones, eso les ahorrará consejos y comentarios incómodos. Ustedes son
los encargados de decidir y de equivocarse si hace falta.
4. Con tu suegra. Cuando una persona nos
resulta molesta tendemos a tomar una postura a la defensiva percibiendo todo lo
que dice o hace en contra nuestra. Cambiar de postura permite a la otra persona
apreciar cualidades nunca antes vistas. Intenta comprender la situación de tu
suegra (sus celos al sentirse desplazada, el exceso de trabajo o
responsabilidades, la falta de atención por parte de sus hijos, etcétera),
valora sus preocupaciones e interésate por su vida, después de todo, ella es
una parte muy importante en la vida de tu pareja.
5. ¡Sorpréndela! Mantén siempre un buen
trato con ella, deja a un lado las discusiones del día anterior y llega a
visitarla con una sonrisa, un detalle o un comentario agradable (sin fingir ni
exagerar). Tal vez suene difícil, pero eso la dejará asombrada y le mostrará
que no le has dado importancia a sus comentarios. Finge demencia ante los malos
tratos y recuerda que cada día hay que renovar nuestros sentimientos. Invítala
a tu casa aunque sea para tomar un café; cuando estés en su casa ofrécete a
ayudarla; pídele recetas de cocina y trucos para mejorar tus platillos.
6. Gana terreno. Fíjate en el comportamiento
de la señora cuando su hijo está presente, lo más probable es que intente
quedar bien con él haciendo comentarios graciosos o contando historias de su
pequeño. Tú simplemente ríe de todo cuando lo amerite, así se harán cómplices y
ganarás su confianza poco a poco. En su cumpleaños y festividades importantes
no olvides hablarle por teléfono y si es posible llevarle un detallito.
7. El pleito. Los mayores conflictos se
producen porque ambas partes se comportan igual; tomando esto en cuenta, estará
en ti ahorrarte un mal rato. En primer lugar, no caigas en las provocaciones de
tu suegra: los pleitos se dan por la diferencia de opiniones. Cuando esto
suceda escúchala y exprésale que respetas su opinión sin darle importancia al
tema ni comentarios extra. Si has tenido un mal día y se te agotó la paciencia,
dile cariñosamente que ese día no deseas discutir y cambia de tema. Ante todo,
mantén la calma y nunca te vayas de su casa sin agradecer sus atenciones y
despedirte amablemente (fuera de su casa podrás gritar, patalear y hasta
llorar).
8. No a la dependencia económica. Si la
familia de uno de los dos solventa cualquiera de los gastos de la pareja, se
sentirá con derecho a opinar, aconsejar y hasta criticar; este es uno de los
factores que crean mayores conflictos con las suegras. Les recomendamos acudir
a ellos sólo cuando sea absolutamente necesario.
9. Marcar límites. Ante una suegra conflictiva, la pareja
tiene la obligación de poner el alto. Plantéen el problema en pareja y busquen
las mejores soluciones para evitar conflictos y enfrentamientos, tales como que
el hijo(a) hable con su mamá y le especifique que en su matrimonio hay cosas
que deberá respetar, como los horarios de visita a su nuevo hogar, su economía,
educación, valores, tradiciones, etcétera. Callar las incomodidades acarrea más
pleitos de los necesarios y, a la larga, será más difícil poner el alto.
10. Sé tú misma. Lo principal es no
perder nuestra identidad; quedar bien con actitudes que no son propias de
nosotros además de resultar demasiado obvio para cualquiera, aleja a quienes
nos rodean; muéstrate tal y como eres, eso dará la confianza suficiente a los
demás para mostrarse como son, y después de todo, eso fue lo que hizo que tu
pareja se enamorara de ti.
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