¿Qué espíritu de empleado tienes?
como el único culpable ya que se asume que es o bien un tirano, o una persona
de mano blanda incapaz de hacer valer las reglas de la compañía. Al subordinado
sólo se le ve como una víctima insalvable de las circunstancias. Y tú, ¿cómo te
llevas con tu jefe?
temidos? Las reglas de comportamiento dentro de una empresa pueden llegar a ser
confusas, ya que en muchos casos son más las no escritas, que las que quedan
plasmadas en el código de conducta.
1.
Hay mucho trabajo pendiente, sabes que la cabeza del equipo tiene una
especial lista de cosas por hacer, tú:
a)
Me hago de la vista gorda, a mí me pagan por hacer lo mío.
b)
A veces, sólo a veces, le pregunto si le puedo ayudar (esperando me diga
que no).
c)
Le pregunto qué puedo hacer, finalmente somos un equipo y me interesa
que todo salga bien.
2.
Al momento de pedir permisos o autorizaciones para vacaciones o resolver
algo personal, ¿cómo lo haces?
a)
En el último momento, no tiene sentido avisarle antes. Si tengo días de
vacaciones no tiene más remedio que autorizarlo. Evito usar la palabra permiso,
no es mi papá.
b)
Le solicito autorización con tiempo para que nos organicemos. Me siento
incómodo al pedir su aprobación, pero sé que no hay de otra.
c)
Con días de anticipación, salvo en emergencias, le pido permiso y hago
una revisión rápida de pendientes antes de ausentarme del centro de trabajo.
3.
Si por alguna razón tu jefe no está en la oficina, tú:
a)
Ando feliz, ya que puedo hablar por teléfono el tiempo que yo quiera y
manejar los horarios a mi gusto.
b)
Pues sigo trabajando casi normal, la verdad es que utilizo una buena
parte del tiempo para resolver temas personales por medio de llamadas
telefónicas y el uso de Internet, que de otro modo tendría que esperar hasta
llegar a casa para hacerlo.
c)
Soy más exigente con mi propio rendimiento para que a su regreso, tenga
la seguridad que todo marchó de maravilla.
4.
Si tienes acceso a algunos servicios o material de la empresa y puedes
hacer uso de ellos para resolver necesidades personales, ¿qué haces?
a)
Yo los uso, todo el mundo saca provecho de lo que puede.
b)
Algunas veces sí echo mano de eso para resolver un problema, pero le
pido autorización a mi jefe para evitar que sea visto como un abuso.
c)
Jamás lo hago, salvo en ocasiones de emergencia y siempre con previo
visto bueno de la persona a quien le reporto.
5.
¿Con qué frecuencia le mientes a tu jefe?
a)
Muy seguido.
b)
Pocas veces.
c)
Jamás.
Mayoría de A
Empleado adolescente. Tienes un claro problema con la autoridad. Muestras
al resto de tus compañeros de oficina y a quien le reportas, que eres un
subordinado quizá poco confiable ya que mides con dos reglas todo lo que tiene
que ver con tu esfera laboral: una para ti y otra para el resto. Con esta
actitud, sólo marcas los límites que tienes de crecimiento dentro de la
corporación y corres el riesgo de perder de manera paulatina los beneficios de
tus logros. Confundes la palabra respeto con sumisión, y son cosas diferentes.
Te recomendamos reflexiones sobre tu conducta para que se hable de ti por tus
talentos y no por las claras deficiencias en tu desempeño.
Mayoría de B
Empleado joven. Estás en el camino de madurar como un buen profesional.
Para ti el reto está en dejar de ver al jefe como alguien que no te aprecia, ya
que lo importante es que él valore tu trabajo y lo que le brindas al área. Tu
mejor tarjeta de presentación será no sólo lo que haces frente a todos, también
a espaldas de las personas con mayor jerarquía dentro de la organización. A lo
largo de tu trayectoria, tendrás distintos tipos de personas a las cuales
rendirás cuentas, por lo que es mejor que evites alimentar vicios de conducta
como excusas y mentiras, a la par del mal uso de los beneficios con los que
cuentas, de esta forma serás un profesional altamente confiable.
Mayoría de C
Empleado adulto. Felicidades, eres una auténtica joya para el lugar para
el que trabajas. Independientemente de tu nivel jerárquico, no tienes reparo en
aceptar la estructura que existe, ni esto te provoca problemas en el manejo de
tu comunicación con el resto de los compañeros. Fluyes de manera natural con la
autoridad y sabes que respetarla es una manera de hacer fuerte la estabilidad
de los proyectos y de tu puesto. Seguramente, los otros saben con certeza qué
pueden esperar de ti y te confían proyectos en los que la honestidad y la
rectitud son necesarias para llevarlos a buen puerto. Sin duda, tu jefe debe
calificar tu desempeño con altas notas, ¡enhorabuena!