Tradiciones de compromiso
Hoy en día, para comprometernos en
matrimonio basta que el galán le diga a la princesa la frase mágica mostrando
la añorada sortija; sin embargo, no siempre fue así. En Reino Unido bastaba una
cuchara de madera tallada por el pretendiente, en Angola todavía se entregan
brazaletes a las prometidas mientras en Rusia el único anillo de compromiso es
la argolla nupcial. ¿Quieres saber más?
Cuchara de amor
Durante el siglo XVII, en Gales, Reino
Unido, el regalo ideal para demostrar el amor a la joven pretendida era la
“lovespoon”, una cuchara de madera cuidadosamente tallada a mano. El hombre la
entregaba como símbolo de su amor y devoción por la joven, regalo que
demostraba al padre de la novia que el pretendiente poseía la habilidad para
proveer a su futura familia.
Alianzas rusas
Los rusos llaman “anillo de compromiso” a
las alianzas que se intercambian en la ceremonia de bodas, misma que usan en la
mano derecha. Son argollas compuestas por tres bandas entrelazadas que
representan a la Santísima Trinidad, cada aro puede ser de un tono diferente:
oro rosa, oro blanco u oro amarillo.
Brazalete de compromiso
Al sur de Angola radica el pueblo de los
kawanyama, comunidad en la cual tras proponerle matrimonio a la novia, el
prometido deberá enviarle un brazalete de metal como símbolo del primer
compromiso de matrimonio, tradición conocida con el nombre de “okuputula”.
Fórmula trinitaria
En la antigüedad —algunos dicen que fueron
los primeros cristianos, otros lo atribuyen a los ingleses—, se tenía por
costumbre que el novio colocara el anillo de bodas primero en el dedo pulgar de
la novia mientras decía: “En el nombre del Padre”, posteriormente lo sacaba
para colocarlo en el dedo índice acompañado de la frase: “Y del Hijo”, después
en el dedo medio: “Y del Espíritu Santo”, para finalmente dejarlo en el anular:
“Amén”. Ritual conocido como la “fórmula trinitaria”.