No agonices, ¡organízate!
En tus manos está
que el tiempo con el cuentas sea aprovechado de la mejor manera.
A todos
nos ha pasado en algún momento: te esfuerzas por tener al día todos tus asuntos
del trabajo, los personales y los familiares, pero, además de que todas tus
actividades se quedan incompletas, te quedas con la tensión de saber que hay
que cumplir y el tiempo no es suficiente.
Aunque es
una realidad que en ocasiones estás expuesto a que surjan situaciones que sacan
de balance la planeación de tus compromisos, también contribuye el hecho de que
no hay una buena organización de tus tiempos. Sin embargo, existen algunas
medidas que pueden ayudarte a mantener todo bajo control y, por otro lado,
lejos del estrés. Sigue estos sencillos consejos.
Lo
primero que debes hacer es jerarquizar las tareas laborales pendientes. Escribe
una lista comenzando por aquello que requiere ser resuelto inmediatamente y
deja al final lo que puede esperar. A cada pendiente asígnale el tiempo que
consideres necesario para resolverlo. Después, en un calendario con horarios,
incluye los quehaceres indispensables para ese día.
También
puedes programar un reloj que te indique el horario en que tienes agendada cada
actividad. Aunque puedes ser flexible al respecto, intenta adaptarte para hacer
rendir tu día.
Es
sumamente importante que en tu programación seas realista y no excedas tus
horas laborales, pues dedicar más tiempo al trabajo que a tus seres queridos no
te hará mejor empleado, por el contrario, sólo te generará estrés que al
acumularse hará bajar tu rendimiento.
Trabajo
en equipo
Planear
previamente las actividades en pareja es una buena opción para compartir el día
y, al mismo tiempo, cumplir con cualquier pendiente doméstico. Se pueden elegir
las tareas a realizar en función de aquello que les gusta hacer o de lo que
detestan. Aunque, si hay algo que ambos odian, roten la responsabilidad de
hacer esa actividad cada semana… así nadie tendrá que asumir siempre la tarea
desagradable.
Aprende a
decir ¡no!
El
competido campo laboral a veces nos orilla a pensar que debemos siempre acceder
a las peticiones que nos hacen nuestros superiores, incluyendo horas extra sin
remuneración o trabajo los fines de semana.
A menos
de que la labor a realizar sea una tarea apremiante, discute con tu jefe
respecto a la urgencia de llevar a cabo el encargo de manera inmediata. Ambos
calculen tiempos para resolver el pendiente lo más pronto posible, sin rebasar
los horarios laborales. Incluso, propón organizar una agenda de tareas para
todo el equipo de trabajo. Ya verás que esto no sólo hará más armoniosa la
convivencia, sino que incrementará su productividad.
Tú eres
lo más importante
Tómate un
momento al inicio de la semana o cuando estés muy cansado y entra en contacto
contigo. Piensa qué necesitas en ese momento para relajarte o qué te podría
hacer feliz. Aquello que te haga sonreír con sólo imaginarlo es la clave.
Si bien
cada día debes hacer tu mayor esfuerzo para que todo salga bien, no olvides que
la perfección es inexistente. Dedicar tiempo a aprender de tus errores sin
martirizarte te permitirá disfrutar mejores resultados la próxima vez que te
enfrentes a una situación similar. Cuando te sientas triste o confundida no
dudes en acudir con quienes te quieren para que te apoyen y aconsejen.
Si una de
las cosas que más deseas, es mejorar tu calidad de vida, es momento de que
empieces por ordenar cada uno de tus compromisos y le des a cada uno la justa
importancia. Recuerda que lograr el éxito en todos los ámbitos de tu vida,
depende no solamente de tus habilidades, sino también de aprender a llevar un
buen control de todas tus actividades, al hacerlo, no sólo te sorprenderás de tus
logros, sino de todo el tiempo de calidad del que puedes disponer para ti y tu
familia.