Los peques en tu boda
Al momento de planear la boda y respecto al tema de los niños, hay parejas que no lo piensan dos veces, para ellos muy simple: los peques son tan bien recibidos como los adultos; sin embargo, existe la otra cara de la moneda, aquellos que prefieren prescindir de las simpáticas travesuras de estos angelitos y, de plano, dicen “No” a los niños. Y ustedes, ¿de qué lado están?
Tener en tu boda a los más pequeños de la familia no es ni bueno ni malo, simplemente son hechos que hay que valorar desde antes para que en el Gran Día no les toque vivir malas experiencias o incomodidades, tanto si los invitan como si no lo hacen. La decisión será única y exclusivamente de ustedes, así que analicen la situación y tomen sus previsiones para disfrutar del día más importante de sus vidas sin inocentes imprevistos.
Con niños
Si su familia es muy grande y está llena de peques, dejarlos fuera sería poco menos que imposible —y, quizá, hasta descortés—; entonces, será bueno prever algunas opciones que les permitan a los chiquitines tener recuerdos memorables de su unión y a los papás también. Las actividades dependerán mucho del lugar y el horario en el que se lleve a cabo la celebración de tu boda.
Para los espacios abiertos hay un sin fin de actividades, en estos casos el candado será el presupuesto. Paredes escalables, brincolines, talleres de manualidades, guardería, juegos interactivos, inflables pequeños o gigantes, grupos de animadores, payasos, pueden ser parte de los atractivos que les lleven a los peques.
En eventos por la noche o en lugares cerrados, las actividades tendrán que ser sobrias y tranquilas. Si, por ejemplo, tendrás muchos niños de entre 5 y 8 años, contratar un grupo de animadores, tipo taller de manualidades, o un grupo de simpáticos payasitos, sería perfecto para evitar que anden corriendo por todo el salón.
Si tuvieras bebés o niños menores de 5 años, una pantalla gigante con películas infantiles y niñeras sería una excelente opción para mantenerlos entretenidos y, sobre todo, muy bien cuidados.
Para poder hacer cualquiera de estas opciones u otras más, deberás tener en consideración si el lugar que has alquilado para realizar tu evento tiene espacios para tal efecto o algunas áreas que puedan ser acondicionadas para que un considerable número de infantes estén ahí.
Por último, habla con tu empresa de banquetes para que te sugieran la mejor opción en cuestión de alimentos, se ven muy simpáticas las mesitas y las sillitas sólo para los niños donde les sirven comida a su antojo tal como hamburguesas o papas a la francesa.
Sin niños
Aquí las cosas cambian radicalmente pues tendrán que ser muy firmes en la decisión de no aceptar a los pequeños. Lo idóneo es que una vez que lo decidan, le informen a las hermanas y cuñadas que tienen hijos y que se han ilusionado con vestirlos de pajecitos, claro, con todo el tacto posible. Aunque hay quienes optan por acotarlo en la invitación con la conocida frase de “No niños”, el protocolo señala que es de pésimo gusto, lo ideal es comunicar la decisión de viva voz.
La diplomacia y la prudencia serán sus mejores aliados, puesto que durante los preparativos de la boda, casi toda la familia se pone demasiado susceptible, así que un comentario mal realizado sobre los hijos de alguien puede llegar a ser motivo de discusión o de ruptura.
Al realizarles este planteamiento sean lo más honestos posible, alabando las cualidades de los pequeños, pero también dejando en claro que su ideal no es tenerlos dormidos en las sillas o crear incomodidades tanto para los papás como para los demás invitados.
Con la familia pueden hasta sugerir la opción de que se contrate una niñera para todos y ver en qué casa se dejarán a los pequeños y qué actividades llevarán a cabo, las películas, los juegos de video y demás cosas que los mantengan entretenidos y dejen tranquilos a sus papás para que puedan disfrutar.
Todos tus invitados fluirán con sus deseos para que su boda sea perfecta con o sin niños, sólo díganlo de una manera clara y muy concisa evitando herir susceptibilidades.