Episodio de la prometida
Pensar en contraer matrimonio es un gran evento. De repente, como si fueran siempre y de toda la vida, las ideas, sueños, anhelos e ilusiones toman significado y aquellas cosas que creías no te pasarían son simplemente naturales. Pero, aunque comprendas el resultado de todo el proceso que te condujo al preciso punto en el que te encuentras, aún así es para mencionar.
Ella, tu prometida, se hará cargo de tantos pendientes como tú. Ten por seguro que serán intensas las pruebas del vestido y del maquillaje y las pláticas para decidir los servicios. Será divertido y extenuante encontrar las argollas, las arras, el lazo y el ramo más bonitos. Y, sobre todo, será intenso el tema de las despedidas de soltero. Te inundará un mar de asuntos por resolver y vivirás a un ritmo donde sientes que el tiempo no es suficiente. Pero también, habrá que tenerlo siempre en cuenta y no perderlo de vista, su principal compromiso es contigo, ella tiene su palabra dada en promesa de matrimonio: está comprometida contigo.
Tu prometida caminará a tu lado y te apoyará. Soñará contigo y se apoyará en ti. Aprenderá a comunicarse contigo, estará vuleta loca de alegría y mencionará cualquier detalle de la boda, todos los sentimientos nuevos que experimenta o los planes que tienen juntos cada que se le presente la ocasión. Hablará de su historia de amor compartida, reconocerá tu esfuerzo por cumplir sus sueños, valorará cuánto has crecido y agradecerá que estén unidos.
Es momento de materializar los sueños. El vals de los novios con la pirotecnia, los invitados disfrutando el banquete y el vino, el humo de los cigarillos, el bullicio de las pláticas por todo el lugar… todos se saben y se sienten alegres, son testigos de lo que todos ellos mismos ya sabían: que existen dos seres en este mundo que se aman. Para eso hay que reunir a la sociedad, ¡para celebrar el cumplimiento de una promesa!
Esa mujer hermosa que está a tu lado se convirtió en tu prometida cuando aceptó tu propuesta de matrimonio. Esa mujer increíble dejará de ser tu prometida cuando frente al altar te haga una nueva promesa. Entonces, como marido y mujer, iniciarán un nuevo y también intenso viaje.
Todos sus pendietes y preocupaciones deben estar resueltos antes de que pongas el primer pie dentro del templo; a partir de entonces respira profundo y confía en ti mismo, todo tu esfuerzo por fin será recompensado.
Es una excelente opción que decidan aprender de memoria sus votos. El protocolo pide que se prometan a ustedes mismos fidelidad y amor eternos. La realidad requiere que su fidelidad sea sincera y su amor profundo.
Es cierto que provoca un poco de nerviosismo estar sintiendo la mirada y la expectativa de tus familiaes y amigos y ver de reojo un sin fin de flashes; pero casi todo esto se te olvida cuando te encuentras a ti mismo, solo, frente a una mujer, viendo sus ojos, tomando sus manos y diciendo: “…Prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida”.
Nada de lo anterior es cualquier cosa. El evento que organizaron en eso consiste, en la mutua promesa de amor y en la culminación de una etapa e inicio de otra. Por eso es para mencionar. ¡Felicidades!