¿Te quieres casar conmigo?
Por fin encontraste a la mujer de tu vida y crees que ya es tiempo de iniciar una vida de pareja. Ya tienes el anillo de compromiso, la certeza y todo el ánimo de declararle tu amor; pero la pregunta sigue en el aire: “¿Cómo se lo digo?”.
Hay miles de ideas sobre cómo entregar un anillo de compromiso y cada una de ellas dependerá en gran parte de la personalidad de los novios; es cuestión de imaginación. Pero, tomando en cuenta que los hombres de hoy viven en una lucha constante contra reloj y contra el romanticismo, y que además de prácticos son un poco despistados —algunos, no todos—, hemos decidido recabar las mejores y más factibles propuestas para hacer la añorada pregunta.
Consigue chocolate fundido y baña el estuche —con el anillo dentro, por supuesto— y deja que el chocolate solidifique. Posteriormente, introdúcelo dentro de una linda canasta con chocolates de diferentes tamaños.
Si a ella le encantan las mascotas compra un cachorro pequeño y coloca el anillo de compromiso en su collar.
Si le gusta la comida china, acude un día antes al restaurante de su preferencia y pide al chef que introduzca en una galleta de la suerte un papelito con la pregunta mágica inscrita, así, cuando lleguen a cenar podrán entregársela a ella.
Organiza una cena romántica en el mejor restaurante de la ciudad, habla con tu mesero —sin que ella lo sepa— y pídele que introduzca el anillo dentro del postre que tu chica pida.
Coloca una manta enorme en el edificio o vivienda ubicado frente a casa de tu chica o su trabajo, con el mensaje —ya sea hecha por ti o rotulada—, una vez colocada, márcale y pídele que se asome para ver tu mensaje.
Consigue una sala de cine donde te permitan transmitir la pregunta en la pantalla grande antes de comenzar la función o, incluso, en el intermedio.
En tu casa o en la de ella, haz un camino de listones rojos, pegados al techo y colocando uno tras otro a cierta distancia; en la punta de cada listón coloca una nota de un momento especial, divertido o chusco que les ha tocado vivir juntos. Espérala al final del camino con el anillo
Vayan a cenar y pídele al mesero que el chef escriba sobre el postre de ella la frase: «¿Quieres ser mi esposa?”, claro, sin que ella se de cuenta.
De una manera más sencilla, pero encantadora: si es época de frío o temporada de lluvias, mientras observan el paisaje dentro de tu auto escribe tu proposición en el vidrio cuando esté empañado.
Reúne a la toda la familia y amigos para una carne asada y proponle matrimonio frente de todos.