Mi vestido
Elegir el vestido de novia, es una de las cosas más complicadas con las que puedes encontrarte durante toda la planeación de la boda, ya que será poco menos que misión imposible materializar en gasas, organzas, santines, pedrería, lentejuela y demás, el sueño de toda una vida.
A veces nuestro sueño y la ilusión de vernos enfundadas en tal o cual diseño es más fuerte que cualquiera de las otras cosas que son necesarias para la realización de ese Gran Día. Y esa idea puede convertirse en una verdadero dolor de cabeza que te hará desfilar por todas y cada una de las casas especializadas.
Lo más recomendable es que al momento en que vayas a ver vestidos, abras tu mente a cualquier opción. Cerrarse a tal o cual idea, puede ser un gran candado que te impedirá lograr tu objetivo o te tardarás demasiado en conseguir eso que deseas sin que realmente conozcas los resultados.
A veces, la idea del vestido de princesa que siempre has deseado, no es lo más recomendable para ti, ya que ese tipo de diseño te hace resaltar características que más valdría dejar de lado para destacar tu hermosa cintura o el talle tan estilizado que tienes.
Quizá lo más adecuado sería que te pusieras en manos de las especialistas que se encuentran en las casas de novia. Ellas saben perfecto qué le queda a cada tipo de cuerpo, qué es lo más recomendable para destacar atributos físicos hermosos y disimular aquellos otros que te pueden restar un poco de la perfección que quieres lograr en el día de tu boda.
Y si fueras a ir con un diseñador o diseñadora, igualmente, escucha las opiniones que te puedan dar; si ya te has decidido por uno, definitivamente, es porque confías en su trabajo y estarás segura en sus manos, así que no dudes en dejarte llevar por las tendencias de la moda y sus comentarios.
Tú serás quien les vaya diciendo qué es lo que buscas, cuáles son tus preferencias en cuánto a diseños, colores, texturas y, claro está, presupuestos. Y ellos como expertos te irán dando opciones para que realmente luzcas como te mereces.
Si vas a ver vestidos a casas especializadas en ajuares de novias, ve con el tiempo suficiente para que te pruebes todas las opciones que se te presenten, ya sea las que tú elijas o las que te ofrezcan los especialistas del lugar.
Permite que te prueben tanto el vestido como el ajuar. Las cosas cambian cuando te ves con el atuendo completo. Creo que en esos momentos es cuando por primera vez dentro de todos los preparativos, empiezas a verte realmente como una novia radiante.
Generalmente, primero te mostrarán una o dos opciones de lo que tú tienes en mente para que veas cómo luces dentro de esos ajuares de ensueño y, mientras, irán platicando contigo para descubrir algunas herramientas que les permitirán ofrecerte otros vestidos en los que podrás verte simplemente regia. No deseches esas opciones, en su mayoría son las más acertadas.
Claro que si tu ideal es tal o cual modelo y de eso depende el que tú te sientas hermosa a pesar de los consejos que te den, pues entonces cómpralo. Lo más importante es que tu estés cómoda y a gusto en con el vestido que estás portando, pues eso es lo que proyectarás durante el Gran Día.
Ya sea con diseñadores o en casas especializadas en vestidos de novia, nunca dudes en dejar en claro tu presupuesto si es un rubro que te tiene preocupada. En la mayoría de los casos todas tienen un tope, y ese es un parámetro importante para poder elegir el vestido adecuado.
Una vez un diseñador que me contó que por la franqueza de una chica con respecto a su presupuesto y las ganas con que ella llegó a pedirle el diseño de su vestido de novia, él se ajustó a sus necesidades para poder complacerla y ofrecerle algo que llenara sus expectativas.
Ya que elijas el vestido que te hará la mujer más hermosa para tu príncipe azul, entonces será momento de buscar los demás elementos del ajuar; ya sabes cómo es, entonces, ya tienes el estilo más o menos a seguir para comprar tu tocado, el lazo y el ramo, los zapatos, entre otros.
Es importante, tomar en cuenta los elementos del diseño del vestido para que no vayas a sobrecargarte por querer colgarte hasta el molcajete. O igual, ponerte cosas que siempre habías soñado con usar, pero que ahora por el modelo de tu vestido, no se llevan muy bien.
Por ejemplo, si tu vestido está bordado al frente y lleva chaquiras, canutillos y cristales, entonces olvida por completo una gargantilla demasiado sobresaliente, quizá algo delicado que no le haga sombra, pues entonces, le restarías lucimiento a la parte más importante.
La idea es que conjugues tus ideales con la experiencia de los que a eso se dedican. Pon tu toque personal y deja que ellos hagan el resto. La fórmula no falla.