Fiancee BodasEste experto te dice cómo las redes sociales impactan tu salud mental, ¿crees estar listo para descubrirlo?
El desarrollo tecnológico ha marcado un antes y un después en la manera de interactuar, especialmente entre quienes crecieron inmersos en la era digital. Las redes sociales, nacidas para acercar personas, han generado también una transformación profunda en la percepción de uno mismo y de los demás. Este fenómeno ha extendido sus efectos más allá del plano social, alcanzando dimensiones emocionales y físicas con consecuencias preocupantes.
Estudios recientes de instituciones como la Universidad de Harvard advierten que el uso prolongado de redes está asociado con el aumento de cuadros de ansiedad, tristeza persistente y sensación de aislamiento. La constante exposición a vidas aparentemente perfectas alimenta una dinámica de comparación nociva, que debilita la autoestima y agudiza el miedo a la exclusión. A esto se suma el impacto en el descanso nocturno. Investigaciones confirman que el hábito de consultar el celular antes de dormir eleva considerablemente el riesgo de insomnio, afectando el ciclo natural del sueño.
Diego Camarena, fundador de Dakaimi y especialista en Zhineng Qigong, propone observar este fenómeno desde una perspectiva energética y corporal. En su experiencia, las redes sociales alteran el funcionamiento interno al mantener la mente en un estado de estimulación constante, lo que dispersa la atención y desconecta del presente. Según explica, el cuerpo deja de habitarse cuando la atención se enfoca por completo en una pantalla, lo cual debilita la vitalidad y desregula las emociones. Desde la medicina tradicional china, esta desconexión genera un estado de inestabilidad que facilita el desarrollo de angustia y altera el descanso.
La vida digital también interfiere en la capacidad de percibir el cuerpo. Muchos desconocen sus propios límites hasta que el malestar se vuelve físico. Camarena relata que numerosos alumnos llegan sin conciencia de su tensión interna, confundidos por el cansancio acumulado. En su visión, el cuerpo no es una batería que se agota con la actividad, sino una fuente generadora de energía que se activa con el movimiento consciente. Una persona conectada con su cuerpo desarrolla mayor claridad mental, fuerza de voluntad y equilibrio emocional.
Uno de los efectos más inquietantes de la hiperconectividad es la dependencia psicológica generada por la gratificación inmediata. “Las redes activan el sistema dopaminérgico del cerebro, generando una dependencia a la gratificación. Esta adicción emocional se disfraza de entretenimiento, pero en el fondo es una búsqueda de conexión interna mal dirigida”, sostiene el especialista. Esta reacción, similar a la que provocan ciertas sustancias, convierte al celular en un objeto indispensable. El simple hecho de estar lejos de él produce incomodidad, ansiedad o vacío.
Sin embargo, existen prácticas capaces de contrarrestar este ciclo. Camarena sugiere ejercicios que permiten reconectar con uno mismo a través de la respiración: “Sentir el corazón, enfocar la atención en la respiración o visualizar una esfera de energía en el cuerpo son ejercicios que devuelven a la persona al momento presente”. Estas
herramientas, tomadas del Zhineng Qigong, actúan sobre el sistema nervioso, restauran la calma interior y fortalecen la capacidad de autorregulación. Estudios recientes respaldan estas afirmaciones, al comprobar que la meditación continua modifica estructuras cerebrales asociadas al autocontrol.
La solución no pasa por rechazar por completo la tecnología, sino por establecer límites saludables y recuperar espacios para el silencio, la contemplación y el descanso. Reaprender a estar presentes sin necesidad de estímulo externo resulta esencial para reducir la dependencia. El simple acto de sentarse sin hacer nada, que alguna vez fue cotidiano, representa hoy un desafío. Volver a ese punto, aunque parezca simple, puede significar un cambio profundo en la calidad de vida.
La conectividad no debe imponerse como un estado permanente. Recuperar la relación con el cuerpo, cultivar momentos de quietud y reconectar con el entorno inmediato son pasos urgentes para equilibrar la vida en la era digital. En medio del ruido constante, el silencio interno se convierte en un acto de resistencia y autocuidado.
Diego Camarena es fundador y representante de Dakaimi Conciencia en Movimiento, una institución dedicada a la enseñanza y difusión del Zhineng Qigong en México y otros países de habla hispana. Para más información visita: https://www.dakaimi.co/
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