Ellos también eligen

¿Alguna vez te han llegado con la frase lastimera de: “Pero, es que, son ustedes, las mujeres, quienes eligen”? Mucho ojo, sí es así, ni les creas, pues ellos también eligen, ¡vaya que sí!

 

Los tiempos han cambiado y con ello nuestras formas de relacionarnos y entender el mundo. Según algunos hombres somos nosotras, las mujeres, quienes elegimos primero y ponemos cada vez la vara más alta. Según nosotras, ellos son quienes lo hacen y a detalle.

En México, en las grandes urbes, se vive en una cultura de la apariencia dentro de la cual aparentamos estar en sintonía con las últimas tendencias y siempre a la  vanguardia de los imperativos. Presumimos, ante el mundo, que el atraso ha quedado atrás y que impera un clima súper open mind; sin embargo, habría que aceptar que, en realidad, la mayoría, en el fondo, son sumamente conservadores con una vena tradicionalista. Quizás por ello es que en muchos de los casos los hombres siguen comportándose y ligando de manera conservadora. ¿No lo crees? Pongámoslos a prueba.

 

En la contienda por ganar un corazón la frase de: “En el amor y en la guerra todo se vale”, no es casual. Algunas mujeres, incluso, nos hemos aventurado a intentar conquistar, claro habría que decirlo honestamente: con resultados desastrosos y desafortunados que terminan en fracaso, ¿por qué?

Porque simple y sencillamente, por rol cultural, los mexicanos no están ni acostumbrados ni cómodos con ser conquistados, ya que en el fondo siguen respondiendo a una conducta instintiva perpetuada culturalmente de presa-cazador en la que ellos deciden, persiguen y obtienen.

 

¿Alguna vez has intentado hacer lo que hace un hombre en una cita y ver su reacción? Es decir, más allá del revolucionario 50/50 en la distribución de gastos y salidas, ¿le has regalado un ramo de flores a un hombre en su cumpleaños, has olvidado su aniversario, has demostrado conductas educadas como abrirle la puerta del auto? Al hacerlo veras que en su rostro se dibuja una maravillosa arruga de incógnita y una mueca de ¿qué diablos está pasando?

Si no me crees inténtalo. Sal con un chico y pon a prueba estas actitudes y veras el rechazo venir hacia ti, si no en seguida, si en un largo lapso. Aunque, ¡ojo! Hay hombres que están acostumbrados a que se les haga y dé todo, ¡cuidado con ellos!, pues a pesar de parecer tranquilos ocultan bajo su careta una peligrosa faz de aquellos que no se esfuerzan por nada, porque están acostumbrados a que todo se les dé demasiado fácil, por ejemplo la retahíla de galancetes de pacotilla que por ser demasiado ‘monos’ saben que tienen una fila de chicas esperando detrás y que no importa si una y otra caen en el intento.

 

El meollo de este asunto radica en que ellos, al igual que las chicas, ya sea por: apariencia física, olor corporal (hormonas), patrones psicológicos aprendidos (búsqueda instintiva/sustitutiva de la figura materna) o por sentirse felices y cómodos, también eligen.

Así que la próxima vez que salgas con un lindo chico ten en mente: ellos también eligen. Que no jueguen contigo al papel de la pobre víctima donde ellos son los escogidos. Eso, querida, es sólo una estrategia muy bien orquestada donde buscan la compasión para entrar a tu corazón. Piensa que una relación sana empieza por un gusto mutuo y que, en asuntos del corazón, éste no se regala ni se vende o intercambia, se da porque ambos así lo consideran y están en el mismo canal; si no, puede derivar en una suerte de limosna afectiva que terminará por dañarte a ti (aunque lo hagas de buena fe) y a él en la apuesta de un peligroso y nocivo juego donde las máscaras terminarán siendo las protagonistas y no el amor.

 

* Mireille Yareth, comunicóloga e historiadora, contáctala en: [email protected]

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