Los No de tu gran día

Toda mujer ha soñado con el día de su boda. Imaginamos los miles de detalles que pondremos, cómo lo haremos, a quién invitaremos, dónde será la misa y dónde el banquete, qué ajuar llevaremos e infinidad de cosas. En definitiva, queremos que ese día sea único e inolvidable.

Y es, precisamente, ese sueño y esas ilusiones las que nos hacen cometer una sarta de errores que, en lugar de traernos los resultados deseados, terminamos con una lista de sinsabores y malos entendidos convirtiendo ese día en algo inolvidable y no precisamente por lo lindo y hermoso. Pensando en hacerte más leve la planeación, y la vida misma, durante este hermoso periodo, me he dado a la tarea de enlistarte algunas sugerencias de lo que no hay que hacer.

Querer arreglar el mundo sola
No intentes hacerte cargo de la organización completa de la boda. Delega responsabilidades en gente profesional y confiable. En la actualidad hay personas que sólo a eso se dedican: a organizar bodas ajenas, unos cobran y otros no pues su ganancia ya está incluida dentro del costo del paquete que te venden, en este caso en particular, me refiero a las empresas de banquetes con experiencia y renombre, quienes suelen ser un gran apoyo al momento de la planeación.

Lo barato puede salirte caro
Hay tantas empresas que se dedican a la organización de eventos como estrellas en el cielo; pero, no todas son tan buenas como presumen ni tan formales como dicen. Antes de firmar el convenio, con cualquier empresa y de cualquier rubro, es prudente pedir referencias a sus últimos clientes, con ello nos aseguraremos de la formalidad y profesionalismo de las personas en quienes depositarás tu Gran Día.

Firmar a ciegas
Con papel firmado ya no se puede hacer nada. Ya hay un acuerdo mutuo. Recuerda que nada te están regalando, todo lo estás pagando, así que, antes de plasmar tu rúbrica, tienes todo el derecho de preguntar hasta quedar completamente satisfecha así, en un momento dado, podrás exigir las garantías. Más vale prevenir que lamentar.

La familia ¿prestadores de servicios?
No resulta nada conveniente poner a un familiar muy cercano a que se encargue de hacer la comida, decorar la iglesia o hacer el pastel. Siempre sale algo mal, pues a menos de que sean personas totalmente capacitadas y con experiencia, la falta de práctica con grandes volúmenes, le da en la torre al asunto. Y aún en caso de que sean personas profesionales y con experiencia pues por el exceso de trabajo, llegarán al día de tu boda en calidad de bulto.

Dejar las cosas al último
Hay cosas que puedes comprar con mucho tiempo de anticipación: zapatos, medias, copas, lazo, velas, rosario y, en general, todo aquello que no tiene caducidad y que no le pasa nada estando guardadito en un rincón de la casa. Ir postergando estos detalles te incrementará el costo global de la boda, pues con la fiesta a la vuelta de la esquina, no repararás en precios y comprarás donde sea.

Pastillitas para dormir
Recurrir a las pastillas para dormir o para controlar el estrés no siempre son una buena salida ya que hay algunos medicamentos que tienen contraindicaciones y que son un peligro latente combinados con el alcohol, así que para evitarte penas, mejor, recurre a otro tipo de tratamientos para descansar y relajarte, y siempre bajo supervisión de un profesional.

No comer
Por las prisas y el ajetreo, comer se vuelve cosa del pasado o de otro tiempo y cuando llega el momento, los mareos y los desvanecimientos no se hacen esperar. Es conveniente mantener una alimentación sana y balanceada tanto el día de la boda como los días previos. Si tu plan es bajar de peso, no hay otro camino que dieta equlibrada y ejercicio.

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