Los niños y la fotografía de bodas

Publicado por Arturo Ayala en miércoles, enero 9, 2013 · Deja tus Comentarios

Decidiste que los niños de la familia serán elementos primordiales en el día de tu boda y te gustaría que todos tuvieran el mejor recuerdo de ellos. Lógralo con los consejos de nuestro experto en fotografía de bodas, Arturo Ayala.

No hay nada más adorable que ver a uno de los niños de la familia vestiditos de paje o menina, perfectamente peinados y comportándose como angelitos en el álbum de fotografía de bodas. Las nenas girando para hacer volar la falda y los chicos comportándose lo mejor que pueden. Claro que ese sólo es el comienzo y toma lugar mucho antes de la ceremonia y las diferencias entre niños y niñas se pierden rápidamente cuando comienza el show de la boda. Para ese entonces todos estarán corriendo y comportándose como lo que son: niños.

El beneficio de los niños en el gran día es que ellos no se comportan para posar a la cámara. Ellos actúan naturalmente y esa emoción se nota en las fotos, sus caras y actitudes se traducen en grandes memorias para todos. Incluso si lo que sucede es que el pajecito está haciendo un terrible berrinche porque la corbata no le gusta. Es un momento especial y único y cuando tengas esas imágenes en tus manos, lo sabrás.

Después de la novia, los niños suelen ser los que más llaman la atención durante la ceremonia y no es de sorprender, dado lo adorable que puede verse un pequeñuelo vestido de manera que emule a las damas o a los padrinos, incluso con el mismo patrón de colores en el que tanto se enfocó la novia al elegir. Claro que hay que asumir el hecho de que tarde o temprano terminaran llenos de lodo y con la corbata al revés, pero esos siguen siendo momentos para recordar.

El humor forma gran parte de lo que se capturará en tu fotografía de bodas. Si hay algo que distingue a los niños y que formará parte intrínseca de tu boda si decides incluirlos en el evento, es que son graciosos a querer o no. Permitirles actuar como niños después de la ceremonia, cuando ya hayan cumplido su labor (si es que les corresponde alguna) te brindará momentos que definitivamente no querrás olvidar y que como fotógrafos instintivamente tendemos a captar.

Por supuesto, no hay que olvidar un pequeño detalle: el ruido. Los niños tienden a ser ruidosos y, por ende, pueden ponerte los nervios de punta. No te preocupes, aprovecha la energía y alegría que brindarán a tu gran día y pide a tus damas y a sus madres que se hagan cargo del mejor comportamiento posible. Disfruta de su presencia, aprovecha para tomarte fotografías con ellos y, ante todo, recuerda que ellos en un futuro podrán revivir ese momento de su infancia y quizá ¡hasta se inspirarán en tu boda para la suya!