Casarse con un macho

Dicen que en México, nuestros hombres son muy machos. Hablar de hombres
machos es hablar de México, así como se hace cuando se menciona el tequila y el
mariachi; pero… ¿qué es un hombre macho?


 

Hay tantas definiciones del término “macho” que primero me gustaría
compartir con ustedes algunas que, en lo personal, considero erróneas. Este
término se usa para referir a hombres violentos que golpean a sus mujeres
cuando están ebrios, molestos o desilusionados de la vida; sin embargo, para
mí, estos no son “machos” —y dicho sea de paso, esta triste situación va día a
día en aumento en nuestro país—, desde mi punto de vista estos son hombres
débiles, inseguros y con baja autoestima que deben ser reportados ante las
autoridades. Las esposas que callan este tipo de situaciones sólo alimentan su
debilidad y aseguran recibir una golpiza más fuerte la siguiente ocasión.

Tampoco se es un hombre macho por ser charro o por
portar el atuendo del deporte nacional por excelencia.

Ni  es macho aquel que se acuesta con la chica
disponible que se encuentra al paso, ni el que bebe hasta la inconciencia,
tampoco el que dice palabras ofensivas en presencia de mujeres o niños, ni el
que abusa de su fuerza.

Aquellos hombres a los cuales evocaba Sor Juana Inés
de la Cruz en sus célebres Redondillas
: “Hombres necios que acusáis / a la mujer, sin razón, / sin ver que sois
la ocasión / de lo mismo que culpáis… Tampoco son los hombres machos que caben
en mi definición.

Se trata de una redefinición del hombre macho
mexicano. Para mí, este nuevo macho mexicano es aquel abre la puerta del auto de
la dama que lo acompaña, sea su esposa, su hermana o su madre. Es el que se
atreve a quedarse de pie en el autobús cuando faltan los asientos al observar a
una mujer embarazada de pie, a una persona de la tercera edad que con
dificultad se sostiene, a una persona con capacidades diferentes…

Es el hombre que es sensible a las lágrimas de una
mujer o de un niño indefenso, sobre todo cuando observa que ruedan sobre la
mejilla de su propia esposa o de su propio hijo.

Este nuevo macho mexicano cede el paso en la entrada
de cualquier establecimiento a las damas, sobre todo a la que va de su brazo;
es el que, al caminar sobre la banqueta, lo hace del lado de calle dejando a su
novia o esposa el lado interior; es el hombre que sabe hablar siempre de
virtudes y muy poco de defectos; el que ofrece pagar por tu dulce, por tu soda
o por tu entrada al cine. Y todo esto, porque es un caballero.

El macho mexicano tiene palabra, es comprometido,
cuando ha dicho “te amo” y “para siempre”, trabajará y luchará día a día por
hacerlo realidad. Es maravilloso sentirse protegida, arropada, por un hombre
así que se desvela por la felicidad del ser amado.

No requiere esclavizarse en el tener muchas mujeres,
reconoce el valor de su libertad al elegir día con día amar sólo a una. 

Es un hombre que sabe escuchar y
es c
apaz de negociar con su pareja aceptando cambiar sus ideas y deseos
personales en beneficio de la relación, porque sabe que su palabra no es ley y
ha aprendido a amar de corazón. 

Los invito a todos, tanto a los
hombres como a las mujeres, para que juntos trabajemos a favor de nuestro
México transmitiendo los valores que nos caracterizan. Difundamos la actitud de
este nuevo macho mexicano para lograr que nuestras lindas jóvenes mexicanas se
casen con hombres ejemplares.

 

* Elizabeth Uribe de Petersen, Master Wedding Vendor ABC. Directora de
la Asociación de Consultores Nupciales en Jalisco,
[email protected]. Directora de Specialty Cleaners, centro de
renovación, adaptación y limpieza de vestidos de novia en Guadalajara, Jal.,
Tel. (33) 3121 7794, www.specialtycleaners.com.mx,
http://specialtyc.blogspot.com, [email protected],
Facebook y Twitter: Specialty Cleaners.  

 

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