¿Mujer desesperada?

Frases como: “Es que él es así”, “Es que trabaja mucho”, “Es su forma de
querer”, “Él es hombre”… motivan a pensar que, en temas de pareja, algunas
damiselas sufren una seria confusión sobre ciertos detalles, como la
importancia que tiene la reciprocidad del afecto. Salvo algunas opiniones en
contra, el hombre perfecto no existe, sin embargo, esto no es motivo para que
representantes del género masculino prendan, cual llama olímpica, el enojo y
desesperación de sus pares. Y tú, ¿cómo andas en este tema?

1. Los invitados a la casa son los suegros, cuñados, dos primos y el
ahijado preferido. Tu pareja, ni tardo ni perezoso, se instala en la sala cual
capitán del Imperio Romano para esperar a que la fiesta transcurra como él
espera, tú:

 

 

a)
Te cercioras de que los aperitivos, botanas y mesa estén listos. Aunque
ya traigas los pies hinchados y parezcan tunas y sientas la espalda desecha, le
haces saber a tu amor, que el cansancio es tu tributo.

b)
 Le pides que colabore en
algunas cosas y a pesar de que sabes que en la primera oportunidad correrá a
tomar su asiento, le exhortas a que participe.

c)
Como su musa que eres, te sientas a su lado y ambos están tranquilos
porque todo está preparado para recibir a la tropa.

 

2. Sus perros, Bali y Pelusa, hicieron otra vez de las suyas, sacaron la
basura del bote y dejaron el patio como si hubiera pasado el presidente
municipal por ahí, es decir,
papeles por todos lados. El paso que sigue es:

 

a)
Sacar los guantes, escoba, cubeta y jabón, mientras él regaña a ese par
de malagradecidos.

b)
Negociar qué hace cada quien para levantar el tiradero.

c)
Si están los dos, ambos hacen la limpieza, si no es así, quien esté
asea. Las lindas mascotitas no
dejan que la escoba ni ustedes descansen.

 

3. Por la mañana le comentas que tienes un compromiso por la noche, al
cual quieres asistir. Más tarde te llama al celular y antes de saludarte dice:
“Chaparrita, ¿qué crees que haremos hoy?”,  tú:

 

a)
Con tal de evitar algún conflicto, decides hacer lo que ciertos manuales
de relaciones personales aconsejan en momentos de crisis: guardar silencio como
momia egipcia.

b)
 Tu espíritu deportivo no
permite que se queden así las cosas, por lo que, para decidir lo que harán, le
sugieres la legendaria práctica del “bolado”.

c)
Le recuerdas lo que le habías comentado respecto a tu compromiso, hablan
la situación y llegan a un acuerdo.

 

4. Estás cansada, es tarde y vas rumbo a tu casa, para ti fue un día de
esos que piensas que son un aviso que el mundo se va a acabar; al llegar al
‘hogar dulce hogar’, ¿qué encuentras?

 

a)
 La casa hecha un desastre,
nada hecho para cenar y con una personita con cara de ‘a ver a qué hora llegas,
tengo hambre’.

b)
Tu pareja ya pidió una pizza y mientras espera a que la entreguen,
desliza uno que otro comentario sobre su inconformidad por la hora de tu
llegada.

c)
La mesa puesta y con la cena lista. Tu esposo, quien es una auténtica
chulada, al enterarse que tenías un día terrible, puso manos a la obra.

 

5. Ese sonido recurrente en la cocina tiene nombre: rata gordinflona. Y
como buen mamífero no anda sola, así que le avisas por teléfono a tu capitán
del Imperio Romano sobre lo que sucede, y su respuesta es:

 

a)
 “¿Qué guardas en la cocina?
Abre la puerta del patio para ver si sale, y ¡abusada que no se meta a las
recámaras!”.

b)
“¿Estás segura? Si quieres cuando llegue vemos qué podemos hacer”.

c)
“No te preocupes, ya sé que te dan miedo, quédate tranquila. Mientras
llego a la casa, ¿puedes investigar algunas empresas de fumigación?

 

Mayoría de A

“Yo lo hago”. Es momento de hacer algunos ajustes y reflexionar sobre la
manera en la que se comunican. No se trata de hacer una lista de las
obligaciones y los derechos que cada uno tiene, pero sí, de que ambos estén en
la misma posición, es decir, con su mirada hacia el otro. Nuestra recomendación
es que hablen sobre las formas en las que demuestran su cariño, si ambos
participan en su vida juntos, tendrán una relación más equilibrada. No
renuncies, por imposible o cursi que esto parezca, a tener una relación en la
que tu pareja se preocupe por ti, tal y como tú lo haces por él.

 

Mayoría de B

“Eso te toca a ti”. Las matemáticas no perdonan: te salen o no, en tu
caso el margen de error no es problema, justo por eso es momento de rectificar
en el camino y hacer que la falla sea prácticamente nula y la historia de amor
que tanto anhelas, se te conceda. Nuestra sugerencia es que si ambos dejan de
dividir las tareas y hacen lo que tengan que hacer simplemente por el bienestar
de ambos, se liberarán de las restricciones con las que viven.  Si se deshacen de la tensión de hacer
algo que a uno u otro no les corresponde, harán que su historia funcione como
reloj suizo, perfectamente.

 

Mayoría de C

“Gracias”. ¡Qué bonito es lo bonito!, si mi abuela tenía razón cuando
decía que el amor sí existe. Siempre hay áreas de oportunidad y crecimiento,
una de sus tareas sea quizá no perder el romanticismo, es decir la sal y la
pimienta entre ustedes; pero están preparados para eso y más, así que a
disfrutar de ese modo balanceado y armónico que tienen de vivir.
Tu capitán romano sabe
que no le quita virilidad ponerse en acción en la cocina y preparar la cena,
pararse enfrente de una lavadora a cumplir una misión o, sencillamente, decirte
cuanto te quiere, porque sabe que el bienestar de ambos es la meta a alcanzar.

 

* Macedonio Tapia, contáctalo en www.sermexico.org.mx,
[email protected].

Fotografía

Pepe
Orellana

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