Regalos de boda

¿Qué regalar y dónde comprar los regalos de boda?
Guadalupe Loaeza nos da algunos consejos. ¡Toma nota!

Aunque en la actualidad dar obsequios se ha
convertido en algo obligatorio, no debemos olvidar que en esencia, regalar es
demostrar el cariño y el afecto de una forma material.


Regalar es algo que nos gusta a todos, tanto dar como
recibir, pero hay gente que se pone sumamente nerviosa cuando tiene que dar un
regalo y se preocupa tanto que acaba comprando algo que no le agradará a la
persona obsequiada. Lo primero que hay que considerar cuando hacemos un regalo
es el placer que vamos a ocasionar con él, y no el embarazo o la incomodidad, como
es el caso de quien no conoce las reglas.

 

Una de las cosas que hay que evitar es la
extravagancia (un regalo suntuoso que apenas se justificaría en una boda). Lo
primero que debe considerar es el gusto de la persona a quien se está
obsequiando; por supuesto que nunca debemos regalar algo que a nosotros no nos
guste, pero debemos considerar, primero que nada, complacer a la persona.

Para dar un toque especial a sus regalos, envuélvalos
de una manera original y si es posible deje la etiqueta (nunca el precio) de la
tienda donde lo adquirió, para que la persona pueda cambiarlo y si es una
persona muy cercana a usted, esté pendiente de qué objetos o artículos llaman
su atención.

 

Para aquellas personas por las que usted siente un
gran afecto, es importante elegir un regalo en ocasiones especiales como
Navidad, cumpleaños, aniversarios, bodas y graduaciones. Si usted fue invitado
a un compromiso de este tipo, pero no puede acudir, debe mandar un regalo si la
persona que festeja es importante para usted; si no siente  un especial afecto ni tiene ningún tipo
de compromiso, pero fue invitado con el fin de que enviara un regalo, no se
sienta presionado, con mandar una tarjeta cariñosa es suficiente.

 

Lo primero es preguntar a los novios si tienen una
mesa de regalos en algún almacén o boutique. Si alguno de los dos es familiar,
puede usted proponerle a varias personas que se junten para hacer un buen
regalo.

 

Ahora bien, si desea hacer un regalo muy personal,
puede usted mandarles: un viejo grabado de algún monumento o calle del centro
histórico, enmarcado con anterioridad; una colección de libros viejos,
empastados en piel, para su biblioteca, la obra completa de Amado Nervo, por
ejemplo; una caja forrada en piel con todos los discos del trío Los Panchos; un
servicio de desayuno para dos personas; un marco o plateado de pewter o de
plata con una foto de los dos.

 

Si usted no es familiar muy cercano, no deberá mandar
un cheque. No deberá llegar el mero día con el regalo. Después de la ceremonia
religiosa o civil, durante las felicitaciones, no se le ocurra preguntar:
“¿Recibiste mi regalo?”, “¿les gustó?”, “¿verdad que es precioso”, “no saben el
trabajo que me costó encontrarlo…”. Tampoco hay que mandar roperazos; no
sabemos por qué razón, pero siempre, siempre, se nota.

 

En algunos casos, cuando se envía junto con la
invitación una tarjeta donde se lee: “No habrá recepción”, se concluye
automáticamente “no habrá regalo”.

 

Fotografía

http://weddinggiftsdirect.com.au

 

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