Un reconocimiento a la pareja del año

El fin de año es siempre un buen momento para hacer un recuento de todos
los sucesos que se registraron a lo largo de 365 días, no todo fue bueno, pero
afortunadamente tampoco fue malo.

Las situaciones buenas y malas vividas a lo largo del año son
precisamente las que contribuyen a fortalecer el vínculo afectivo de la pareja,
y es justo reconocer que, en ocasiones, la rutina en las actividades nos
distrae de agradecer en tiempo y forma el apoyo y las muestras de amor de
nuestra pareja.

Seguramente habrán vivido muchas anécdotas de las que
pensaron que se reirían al recordarlas, como también habrá otras que se
quedarán en la bitácora personal y no se volverán a tratar. Y qué mejor
catarsis que revivir todas esas experiencias, mirar con tranquilidad que ya
están resueltas y dedicarles una carcajada a aquellos 5 minutos de enojo, dolor
o frustración.

Es tiempo de subirnos a una especie de globo
aerostático para ver desde las alturas cada instante vivido a lo largo del año.
Comencemos por hablar de los periodos difíciles. Cuando se presenta una crisis
en pareja, damos por hecho que el otro tiene la capacidad natural para
solventar el conflicto y esto ocasiona que el reconocimiento se deje de lado
sin considerar que él o ella también tiene preocupaciones y momentos de
vulnerabilidad e, incluso, más de una vez, ganas de salir corriendo y dejar que
la magia del cosmos arregle las cosas; y sin embargo, a pesar de su estado
anímico nuestra pareja siempre hace su mejor esfuerzo para que los dos salgan
sanos y salvos de la situación.

También es necesario hablar de aquella ocasión donde
la prueba no estuvo fuera de casa ni en un evento externo o doloroso, sino
cuando simplemente uno de ustedes se encontró con una esposa o un marido
iracundo incapaz, en ese momento, de ser asertivo y solucionar lo que le estaba
pasando y, como otras veces, no claudicó ni salió corriendo, sino con amor
contuvo el enojo y sacó fuerzas por los dos para superarlo.

 

Hoy puede ser un gran día

Siempre estamos esperando que llegué una fecha especial como el
aniversario o las vacaciones para disfrutar y compartir experiencias en un
ambiente ideal, pero para nuestra sorpresa descubrimos que quizá no se han
procurado lo suficiente para llegar a esos instantes de descanso y placer en
las condiciones óptimas. Nada más triste que utilizar un festejo para arreglar
diferencias y en algunos casos reconciliar dolores mutuos.

En ocasiones, a ambos les resultará complicado poner
buena cara cuando afuera no todo salió como se esperaba; pero es en la empatía
donde podemos cambiar la actitud, poner de nuestra parte y tener fresco cuáles
fueron los motivos que nos hicieron decidir iniciar una vida en pareja, porque
sólo allí encontraremos la inspiración para cambiar un rostro de enojo o de
tristeza por una mirada de esperanza.

 

Aprender de la experiencia

El deseo cuando se inicia un nuevo año es que éste sea mejor que el
anterior y que los sueños pendientes ahora sí se realicen. Un primer paso para
acercarnos a ello, es poner en práctica lo aprendido y hacer que cada instante
que pasemos juntos sea una prueba de amor.

Los cuentos de princesas siempre terminan con la típica
frase de: “Y vivieron felices para siempre”, lo que no nos dicen es que en la
vida real, para que esto suceda, es necesario construir ese final feliz de
manera constante y que, además, resulta mucho más emocionante escribir la
propia historia de amor con sus altas y sus bajas demostrándonos que sí es
posible cumplir el objetivo inicial nuestra unión: que dure para toda la vida.

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